En el debate sobre el peso de los impuestos en nuestros salarios se pueden ver cálculos que cuentan con las cotizaciones a la Seguridad Social que pagan las empresas por tener empleados a cargo como parte del salario que finalmente perciben los empleados.
Los cálculos que reflejan los contenidos suman las cotizaciones que paga la empresa y las que paga el propio empleado como si ambas estuvieran incluidas en su salario. Sin embargo, dos economistas consultados por Maldita.es consideran que esto es incorrecto, ya que los impuestos que paga la empresa a veces se trasladan a otros aspectos, como pueden ser los precios.
Según el economista Manuel Verdú, si desaparecieran las cotizaciones que paga la empresa, el salario no subiría de forma automática, sino que sería un aumento “discrecional por parte del empleador, quien podría hacerlo o no”.
Las cotizaciones no forman parte del salario: es un coste adicional que la empresa debe pagar por cada trabajador
Manuel Verdú, doctor en Finanzas y Economía Cuantitativas por la Universidad de Valencia, explica a Maldita.es que las cotizaciones pagadas por la empresa “son un coste adicional que debe pagar por cada trabajador, pero no como parte del salario”. Indica también que las cotizaciones suponen un coste adicional para la empresa y una reducción de salario para el trabajador.
Este experto plantea una cuestión a Maldita.es para desarrollar su explicación: si desaparecieran las cotizaciones sociales que paga la empresa, ¿el salario del trabajador aumentaría de forma automática?
Verdú opina que en el caso de las cotizaciones pagadas por el trabajador, sí implicaría un incremento del salario neto, por lo que sí se podría considerar como un impuesto que paga el trabajador.
También valora que en el caso de las pagadas por la empresa, “no afectaría en absoluto al salario del trabajador (ni al bruto ni al neto), por lo que no podemos considerarlo como un impuesto que paga el trabajador”.
Añade que “hay quien argumenta que, de no existir estos costes, el empleador elevaría el salario del trabajador por la misma cuantía, pero esto no es ni mucho menos automático, sino que sería discrecional por parte del empleador, quien podría hacerlo o no”. Este experto añade que, si desapareciera la parte a pagar por el trabajador, “sería igualmente posible que el empleador decidiera reducir el salario bruto para quedarse con dicha cantidad”.
Juan A. Gimeno, catedrático de economía aplicada por la UNED, opina que no es correcto considerar las cotizaciones sociales como un impuesto pagado por el trabajador, ya que las cotizaciones sociales pagadas por la empresa recaen formalmente sobre ellos, que suelen intentar trasladarlo a otros contribuyentes. Ha explicado a Maldita.es que lo “más habitual” es que las cotizaciones sociales pagadas por las empresas “se integren en los costes generales [de la empresa] y acaben repercutiendo sobre los clientes”.