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Cuando se abre una crisis diplomática entre dos países, podemos leer titulares que hablan de decisiones como llamar a consultas a embajadores o convocar a embajadores (que, por cierto, no es lo mismo). Pero, ¿qué distintas acciones pueden tomar los Estados en una escalada diplomática?
Las acciones diplomáticas que puede tomar un país hacia otro no están reguladas de manera estricta, detalla Carles Pérez-Desoy i Fages, diplomático y profesor de Derecho Diplomático de la Universitat de València. En su artículo ‘La ruptura de las relaciones diplomáticas: una aproximación sistemática con una referencia especial a la entrada en vigor del tratado de Lisboa en la praxis diplomática’, Pérez-Desoy, que ejerce como embajador de España en el Principado de Andorra, establece una serie de pasos que son “costumbre” en una crisis diplomática.
Convocatoria al embajador del país ajeno
Una de las primeras señales de malestar entre dos Estados puede ser la convocatoria por parte del Ministerio de Exteriores del país que se siente perjudicado, al embajador del otro país.
Un ejemplo: Esto es lo que se produjo, por ejemplo, el 24 de noviembre de 2023 cuando el ministro de Exteriores israelí convocó a los embajadores de España y Bélgica en el país para “una dura conversación de reprimenda”, por las palabras de los líderes de España, Pedro Sánchez, y Bélgica, Alexander De Croo, durante la visita a Oriente Próximo. Ese mismo día, España convocó a la embajadora israelí en Madrid para pedirle explicaciones por la reacción de Israel a la visita de Sánchez. El 30 de noviembre, Israel repitió la convocatoria a la embajadora española, Ana Salomón, por la entrevista de Sánchez en TVE donde dijo que tenía “francas dudas de que Israel esté cumpliendo con el derecho humanitario”.
Expulsión de diplomáticos
Un paso más allá en una escalada de tensiones diplomáticas supone la expulsión de los funcionarios de la Embajada, con rangos inferiores al embajador. El número de expulsados y su rango dentro de la legación, detalla Pérez-Desoy, ofrece diferentes niveles en crisis. Para la expulsión de diplomáticos, los países generalmente se acogen a que estos funcionarios realizan actividades incompatibles con las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 y sobre Relaciones Consulares de 1963. Generalmente son por acusaciones de espionaje. Este paso suele tener una respuesta similar por el otro Estado afectado.
Un ejemplo: España expulsó a los diplomáticos rusos el 5 de abril de 2022 por suponer “una amenaza para los intereses de seguridad”, anunció el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares [min. 15:26]. Aunque España ha permitido la continuidad del embajador ruso, hasta el momento de publicación de este artículo. Rusia respondió expulsando al personal diplomático español de la Embajada en Moscú.
Llamada a consultas al embajador propio
Llamar a consultas a un embajador no es lo mismo que convocar al embajador. La llamada a consultas supone un paso más y la realiza el Estado afectado con su propio embajador en el otro país.
Un ejemplo: Este hecho ha ocurrido en la relación hispano-israelí, cuando el 30 de noviembre, Israel llamó a consultas a su embajadora en España. De esta manera, la embajadora de Israel en Madrid, Rodica Radian-Gordon, que llevaba en España desde 2019, volvió a Jerusalén de manera temporal. Israel la envió de vuelta a España en enero de 2024.
Y dos ejemplos más: Ocurrió algo similar en 2021, cuando Marruecos llamó a consultas a su embajadora en Madrid tras la acogida de España al líder del Frente Polisario, Brahim Gali. En 2022, volvió a la embajada marroquí en España. Argelia también llamó a consultas a su embajador en España tras el giro del Gobierno respecto al Sáhara Occidental, un cargo que repuso en noviembre de 2023.
Retirada del embajador
Un paso más tras la llamada a consultas del embajador supone la retirada del mismo. En estas situaciones, es un cargo inferior de la Embajada el que asume sus funciones. Esta acción la toma el Estado que tiene la embajada en el país y supone que para que vuelva el embajador, el país receptor tenga que dar su plácet, autorizar su presencia.
Expulsión del embajador
La expulsión del embajador es uno de los pasos más importantes y simbólicos en las crisis diplomáticas. “La representación diplomática queda en manos de un Encargado de Negocios a.i. y, de alguna manera, constituye un punto de no retorno, a partir del cual, la normalización de relaciones diplomáticas pasará inevitablemente por la solicitud -y concesión- de plácet para un nuevo Embajador”, explica el diplomático español en su análisis. Muchas veces, esta medida, que toma el país que acoge la misión diplomática, es respondida por el estado afectado de la misma manera.
Dos ejemplos: Este hecho ocurrió en 2012 cuando el Gobierno español declaró persona ‘non grata’ al embajador sirio en España provocando su expulsión. Siria respondió expulsando también a su homólogo en Damasco. En 2018, Venezuela expulsó al embajador español en el país y España actuó de la misma manera con el representante venezolano en Madrid.
Suspensión temporal de las actividades de la Embajada y la retirada del personal diplomático
La suspensión temporal de las actividades en la Embajada es el paso previo a la ruptura de las relaciones diplomáticas. Acarrea retirar a casi todo el personal diplomático del país y mantener en la embajada de un tercer país a funcionarios esenciales.
Un ejemplo: Esto ocurrió en 2012 cuando España cerró su embajada en Siria y dos de sus diplomáticos operaron desde la misión diplomática de la Unión Europea en el país.
Ruptura de las relaciones diplomáticas
Cuando un país rompe sus relaciones diplomáticas con otro, corta cualquier tipo de contacto entre ambos Estados. Es el punto álgido de la crisis diplomática. Aun cortando las relaciones, los Estados siguen teniendo obligaciones. La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 establece en su Artículo 45 a. que el Estado que albergaba la embajada está “obligado a respetar y proteger” los edificios de la misión, así como sus bienes y archivos.
Las relaciones diplomáticas suponen la máxima representación y autoridad de un país en el extranjero.Tienen como objetivo fomentar las relaciones políticas, económicas y comerciales entre los dos Estados. Las relaciones consulares se encargan de prestar servicio a los ciudadanos que se encuentran en el país extranjeros.
La Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963 fija en su Artículo 2.3 que “la ruptura de relaciones diplomáticas no entrañará, ipso facto, la ruptura de relaciones consulares”. En la Convención de Viena de 1961 se fija en su Artículo 46 que estas relaciones consulares se pueden realizar a través de un tercer estado.
Primera fecha de publicación de este artículo: 01/12/2023
