No hay una única forma de representar los resultados de las elecciones. Ningún gráfico o mapa es perfecto y todos tienen sesgos en la manera elegida para mostrar la información, como ya os contamos en Maldita.es.
Las elecciones generales del 23-J han dejado un escenario de gobernabilidad incierto, según los datos provisionales. Las cifras absolutas muestran que el PP ha sido el partido más votado (33,05%) y el PSOE el segundo con el 31,70%. Pero algunos de los mapas más comunes, como los que indican el ganador en cada circunscripción, muestran una imagen diferente: la de un país mucho más escorado hacia uno de los bloques.
Los expertos en información visual explican que no hay una única forma de representar los resultados electorales y que cada una de las formas que se utilizan es más adecuada para mostrar un contenido concreto.
Hay múltiples formas de mostrar los resultados electorales en un mapa
Una de las formas más comunes es la de dar el partido ganador por circunscripción, que en el caso de las elecciones generales corresponde a la provincia. Este mapa, en el caso de las generales del 23-J da como resultado un predominio visual del PP, que ha sido el más votado en 40 de las 52 provincias. Su limitación es que no permite conocer a simple vista el reparto de escaños en cada provincia ni el resultado de otros partidos además del ganador. Esa información solo puede proporcionarla si es un mapa interactivo.
En la interpretación de los mapas influye si se publican de forma estática o interactiva en una web, dónde es posible explorar cada una de las zonas para ver los resultados.
Otra forma de mostrar los resultados es hacerlo con un mayor nivel de detalle, como por ejemplo un mapa que muestre el ganador en cada municipio. Tiene los mismos problemas que el mapa provincial, pero a cambio suele mostrar una imagen más heterogénea porque permite mostrar otros partidos, como Vox y Sumar o las formaciones autonómicas.
Los resultados electorales pueden mostrarse todavía con más detalle, como a nivel censal, lo que en los últimos años se ha popularizado como mapas electorales “calle a calle”, como este de El País. Estos mapas suelen ser interactivos y permiten explorar una importante variedad de información para cada unidad territorial.
Los mapas también pueden mostrar otras dimensiones, como puede ser la población. Si se colorean los municipios por el partido ganador y se les asigna un tamaño en función de su población, es posible ver mejor la distribución poblacional del voto. Es decir, permite ver si un partido ha sido más votado en zonas más o menos pobladas.
Una versión más avanzada del mapa anterior es el mapa dasimétrico. Este mapa permite ver mejor cómo se distribuye la población dentro de un mapa de coropletas y también ver de una forma más detallada cuáles son las zonas pobladas, es decir, dentro del límite del municipio o de la sección censal, en qué zonas vive la gente. El investigador climático y visualizador de datos Dominic Royé publicó uno de estos mapas con los resultados electorales de años anteriores.
Impresionante comparación en forma de un mapa dasimétrico de las elecciones generales de noviembre 2019 y junio 2016. Recordemos "land doesn't vote, people do". #rspatial #dataviz pic.twitter.com/JotgMY8Lcc
— Dr. Dominic Royé (@dr_xeo) October 5, 2021
Otra opción es el cartograma, una representación abstracta de un mapa geográfico. En este caso, muestra con cuadrados coloreados el reparto de diputados por circunscripción. Aunque no refleja de forma directa a los partidos más votados por poblaciones, es más adecuado para mostrar el resultado del reparto de escaños, que es en lo que se traducen los votos.
Raúl Sánchez, coordinador del equipo de Datos de elDiario.es, ha hecho una reflexión sobre el uso de los distintos mapas en una cobertura electoral compartiendo varios de los que se han publicado en este medio. Según él, los mapas no engañan, simplemente hay distintos tipos y cada uno de ellos “cuenta una historia”.
Los títulos descriptivos o las fuentes de las que procede la información también ayudan a comprender mejor el contenido del mapa o permiten saber dónde consultar la fuente de los datos para contrastarlos o buscar más información.
No es un debate nuevo
Un caso popular de este debate sobre la conveniencia de utilizar un mapa u otro fue el de las elecciones estadounidenses de 2016 del que ya os hablamos en Maldita.es. El expresidente Donald Trump usó en 2019 la imagen del mapa de partidos ganadores por condado en la que la mayoría aparecían coloreados de rojo (color del partido republicano) junto al mensaje “try to impeach this” (trata de procesar esto).
Challenge accepted! Here is a transition between surface area of US counties and their associated population. This arguably provides a much more accurate reading of the situation. @observablehq notebook: https://t.co/wdfMeV5hO4 #HowChartsLie #DataViz #d3js https://t.co/lStHeeuMUw pic.twitter.com/MpYiXtsHmu
— Karim Douïeb (@karim_douieb) October 8, 2019
Una opción que se propuso fue representar los condados con un tamaño proporcional a su población. El panorama cambiaba por completo. En las áreas de mayor población el partido demócrata había sacado mejores resultados y el resultado del experimento daba la impresión contraria al compartido por Trump. De hecho, el partido demócrata superó en porcentaje de voto total al republicano.