Nos habéis preguntado por una imagen viraizada en Twitter que relaciona el número de horas diarias en redes sociales con la depresión en adolescentes. El gráfico aparece en el artículo científico ‘Underestimating digital media harm’ de Jean M. Tweng, Jonathan Haidnt, Thomas E. Joiner y W. Keith Campbell. Este paper se publicó en el número de abril de la revista Nature Human Behaviour y usa los datos de un estudio anterior que se basa en preguntas hechas a jóvenes.
El artículo del que se extraen los datos correlaciona tener síntomas de depresión con las horas que pasan los jóvenes en redes sociales
El artículo original del que se extraen los datos es ‘Social media use and adolescent mental health: findings from the UK Millennium Cohort Study’, publicado en 2019 en la revista científica EClinicalMedicine por las investigadoras Yvonne Kelly, Afshin Zilanawala, Cara Booker y Amanda Sacker. Este trabajo concluye que el uso prolongado de las redes sociales puede tener riesgos en la salud mental de los jóvenes y que la relación entre su uso y los síntomas de la depresión es más marcada en chicas que en chicos.
En el estudio se entrevistó a un total de 10.904 jóvenes británicos de 14 años: 5.496 chicas y 5.408 chicos. Se les facilitó un cuestionario con preguntas sobre síntomas de depresión, tiempo de uso al día de redes sociales, acoso online, duración y calidad del sueño, peso y autoestima y satisfacción con la propia apariencia.
Los resultados sugieren que quienes pasaban más tiempo en redes sociales eran a la vez quienes tenían más síntomas relacionados con la depresión. Además, estos síntomas eran más frecuentes entre chicas que entre chicos: el 38,1% de ellas que pasaban 5 horas o más al día en redes presentaban síntomas, frente al 14,5% de los chicos que pasaban el mismo tiempo. Entre quienes decían no usar redes sociales también había más chicas (11,2%) que chicos (7,4%) con síntomas compatibles con la depresión.
Las investigadoras concluyeron a través de distintos modelos probabilísticos que los síntomas de depresión están fuertemente correlacionados con las horas de uso diario de redes sociales.
Otras de las conclusiones de las investigadoras es que un mayor uso de las redes sociales también estaría relacionado con el acoso en línea, la falta de sueño, la baja autoestima y la mala imagen corporal; factores que a su vez se relacionan con síntomas de depresión.
Aunque el paper es interesante y va en la línea de otras investigaciones previas hay varios aspectos de este trabajo que obligan a tomar sus resultados con cautela.
El paper es un estudio observacional en el que se busca la relación entre dos variables pero en el que no se puede asegurar que una esté causada por la otra
Hay que tener en cuenta que este estudio es observacional: se selecciona a un grupo de personas (en este caso casi 10.904 jóvenes británicos de 14 años), se les hace unas preguntas y se busca correlación entre distintos factores. Los propios menores dicen el tiempo que emplean en redes sociales y los síntomas que tienen sin un diagnóstico clínico, por lo que hay que tomar las respuestas con cautela.
Además, correlación no implica causalidad: que quienes pasan más horas en redes sean los que más síntomas de depresión dicen tener no quiere decir necesariamente que las redes sociales causen la depresión. El mismo estudio explica que sus resultados "se basan en gran medida en datos transversales y, por tanto, no se puede inferir la causalidad".
También puede que los más deprimidos pasen más tiempo en casa y por lo tanto utilicen más las redes sociales o que haya un tercer factor que cause ambas cosas. Las investigadoras señalan que "los chicos y chicas con menos recursos o con familias monoparentales eran más propensos a utilizar redes sociales durante 5 horas o más al día". Este factor, o algún otro, también podría influir en tener síntomas relacionados con la depresión.
El paper no tiene en cuenta los posibles efectos de usar pantallas para otros fines que no sean las redes sociales
En el paper se mencionan los problemas de sueño como otro de los factores que pueden tener relación con el uso de las redes sociales. Sin embargo hay otros factores cercanos que pueden afectar al sueño, como las propias pantallas, que no aparecen mencionadas en el estudio.
El estudio reconoce que "el uso nocturno de las pantallas está relacionado con la alteración de los patrones de sueño" pero no usa el tiempo utilizado frente a las pantallas para hacer otras cosas (ver vídeos, jugar a videojuegos, leer, etc.) distintas a las redes sociales. De hecho las propias investigadoras señalan que no tuvieron en cuenta la hora a las que los jóvenes estaban utilizando las pantallas.
El CIS ha hecho en España preguntas sobre salud mental durante la pandemia: los jóvenes son los que más han llorado y han tenido más ansiedad
Como ya explicamos en Maldita.es, el Centro de Estudios Sociológicos (CIS) publicó el 4 de marzo un estudio especial sobre la salud mental de los españoles durante la pandemia. Y entre los jóvenes es donde, según los resultados, más personas habían tenido ataques de ansiedad o lloraron debido a la situación. El 35,1% de los españoles declaró haber llorado por las consecuencias de la pandemia desde que comenzó. Entre los jóvenes de 18 y 24 años este dato llegaba hasta el 42,8% (el grupo de edad donde más personas han respondido que han llorado) y hasta el 39,4% entre quienes tienen 25 y 34 años.
Con respecto a los trastornos de ansiedad, el 15,8% de los españoles declaró haberlos tenido tenido desde que comenzó la pandemia, según el CIS. Cifra que casi se duplica entre los más jóvenes. El 30,3% de personas entre 18 y 24 años declararon haberlos sufrido y el 22,6% de los que tienen entre 25 y 34.
¿Cómo se sale de la depresión? ¿Por qué es necesario pedir ayuda? ¿Cuándo buscar ayuda? En la Twitchería de Maldita.es dimos respuesta a estas preguntas en una retransmisión dedicada a la salud mental. En ella Carlos Hernández-Echevarría, coordinador de Políticas Públicas de Maldita.es, y Rocío Benavente, coordinadora de Maldita Ciencia, hablan con expertos psicólogos y personas que han sufrido ansiedad o fatiga pandémica.