El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo en el Congreso el 3 de junio que las cifras oficiales de fallecidos que publica el Ministerio de Sanidad “están siguiendo rigurosamente los parámetros de la OMS (Organización Mundial de la Salud)”. Sánchez dijo también durante la sesión que el ministerio no realiza cálculos propios y que se limita a recopilar los datos que remiten las comunidades, y a “contrastarlos de acuerdo con el protocolo asumido por el Gobierno de España con la OMS”. Según Sánchez, en esta cifra están computados “todos aquellos fallecidos a los que se realizó un test de COVID-19 y dieron positivo”.
En los días previos, el Ministerio de Sanidad no había registrado notificaciones de nuevas muertes por COVID-19, cuando las comunidades autónomas, en cambio, sí que estaban reportando fallecidos. Como ya os contamos en Maldita.es, el Ministerio de Sanidad lo justificó diciendo que se debía a retrasos en el envío de los datos por parte de las comunidades.
En resumen, la OMS emite recomendaciones sobre la forma en que los países deben reportar los datos epidemiológicos de COVID-19, como los datos de fallecimientos, y está obligada a publicar datos verificados, pero no ordena a los países la forma en la que deben registrarlos ni publicarlos. Os lo explicamos.
La OMS dice cuál es la forma correcta para clasificar, certificar y codificar las muertes por COVID-19
En su guía para la certificación, clasificación y codificación de la COVID-19 como causa de muerte, la OMS establece las pautas que deberían seguir las autoridades sanitarias de cada país a la hora de registrar una muerte por COVID-19. En este documento por ejemplo se define qué es una muerte por COVID-19 y qué no lo es, y también se dice que deben registrarse por separado los casos confirmados por pruebas de laboratorio de los casos probables o sospechosos.
La OMS define una muerte por COVID-19 como una muerte resultante de una enfermedad clínicamente compatible con la COVID-19, ya sea un caso probable o confirmado, a no ser que haya una causa alternativa clara de muerte que no esté relacionada con la COVID-19, como pueda ser por ejemplo, un trauma.
Es decir, la OMS reconoce también como fallecidos por COVID-19 a los casos probables que no tienen resultados de pruebas de laboratorio, pero aclara que estos deben codificarse (codificación CIE) de forma distinta: U07.1 para confirmados y código U07.2 para casos probables o sospechosos. La organización también explica que reconocen que en muchos países el detalle de la prueba de laboratorio no se incluye en los certificados de defunción. En estos casos recomiendan codificarlos “provisionalmente” como confirmados (U07.1), a menos que se indiquen como probables o sospechosos.
La definición de la OMS indica que “no debe existir un período de recuperación completa de entre la enfermedad y la muerte”, por lo que si una persona se recuperó de la COVID-19 y posteriormente falleció por otra causa, no contaría como muerte por COVID-19.
También se pone el ejemplo de una persona que tuviera cáncer previamente a contraer la COVID-19. En este caso el fallecimiento no se contabilizaría como muerte por COVID-19 aunque se sospeche que las condiciones anteriores pudieran haber desencadenado un cuadro clínico grave.
Además, la OMS incluye en este documento ejemplos y recomendaciones para los profesionales sanitarios que rellenan los certificados médicos de defunción y que determinan la causa básica de la muerte.
Como ya os contamos en Maldita.es, en España la causa certificada de muerte no es un dato público y solamente se encuentra en los certificados médicos de defunción que se almacenan en los registros civiles (aunque no informáticamente) y que se envían al INE para la elaboración de la Estadística de Defunciones.
Pautas que los gobiernos "deberían considerar" a la hora de registrar datos de fallecidos por COVID-19
Existe un documento de la OMS del 10 de mayo sobre estrategias de vigilancia de la COVID-19 con pautas que los gobiernos de los estados miembros "deberían considerar" a la hora de registrar los casos de COVID-19. En relación a la mortalidad [pág. 4], el documento dice, entre otras cosas que el número de fallecidos por COVID-19 debería ser “idealmente reportado diariamente o al menos semanalmente”.
Otras recomendaciones que incluye este documento son:
- Monitorizar muertes debidas a causas respiratorias no específicas, como “neumonía no específica”.
- El sexo, la edad y el lugar de la muerte deberían ser reportados en todos los casos, tanto para fallecimientos en hospitales, como en otros lugares.
- Los certificados médicos de defunción deberían seguir las pautas para la certificación y clasificación de la COVID-19 como causa de muerte, también publicado por la OMS e informar a las oficinas de estadística como se hace normalmente.
- En comunidades donde los registros de muertes están limitados, otras “aproximaciones” para la vigilancia de la mortalidad pueden ser considerados los registros de centros religiosos o de cementerios.
No existe una infraestructura para que la OMS acceda a los casos de cada país, así que deben notificarlos los países
Desde Maldita.es nos hemos puesto en contacto con la OMS y nos ha dicho que, generalmente hablando, “se requiere que la OMS solo publique datos verificados”, pero que, debido a las diferencias en los métodos de informes, la consolidación de datos retrospectivos y los retrasos, el número de casos nuevos no siempre refleja la diferencia exacta entre los totales del día anterior y el actual.
En la respuesta a Maldita.es, la OMS ha añadido que, además, el número de casos confirmados notificados por los países “refleja la capacidad y la estrategia nacional de pruebas de laboratorio”, por lo que la interpretación del número de casos notificados debe tener esto en cuenta.
Según la organización mundial, en la actualidad no existe un mecanismo armonizado de informes de salud pública que permita el intercambio de información de los institutos y agencias de salud pública de los distintos países directamente a la OMS. La organización determina que la falta de dichos mecanismos es “una barrera para el acceso a datos desglosados, que son necesarios para comprender las características epidemiológicas específicas de la edad, el sexo u otras características”.
La OMS no obliga a los países miembros, la OMS recomienda
La OMS no dicta a los países la forma en que deben publicar sus datos. La organización hace recomendaciones sobre los indicadores mínimos que estos deben proporcionarles para poder comprender mejor la epidemiología y las tendencias de la COVID-19. En este documento, la OMS explica qué clase de información deben enviar los gobiernos de los estados miembro y con qué frecuencia para que puedan tener una perspectiva global de la epidemia con fines de vigilancia.
En la respuesta a las preguntas de Maldita.es, nos ha dicho que “no todos los países han podido informar sistemáticamente de los datos, por lo que es difícil proporcionar una imagen clara de la gravedad de la enfermedad”. Según la autoridad, “muchos países están luchando por capturar las muertes relativas a la COVID-19”.
La errata que la OMS notificó el 4 de junio se debió a que no hizo el ajuste para España: durante una semana consideró que no hubo muertes
Aparte de los “cero fallecidos” ha habido algunas controversias más en España sobre las cifras de muertes por COVID-19: el 26 de mayo bajaron en 1.918 personas las cifras de fallecidos con respecto al 25 de mayo.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, dijo que esta reducción se debió entre otras causas a la “eliminación de duplicados” y a que algunas comunidades habían comunicado como casos confirmados a casos probables o sospechosos. En consecuencia, el Ministerio de Sanidad corrigió su serie histórica.
Una semana más tarde y después de que Sánchez mencionara los protocolos de la OMS en el Congreso, el 4 de junio, la organización internacional publicó en su reporte diario una nota al pie de página en la que aparecía España con la palabra “errata”. La nota decía que “debido a un error técnico, los casos y fallecimientos fueron inexactamente reportados para España desde el 27 de mayo”.
La errata tiene una explicación. La OMS nos ha aclarado que, cuando España realizó el ajuste retrospectivo de los datos de fallecimientos, eliminando algunos casos, el sistema de la OMS “erróneamente lo trató como un valor cero”. Según la OMS este error se ha ma mantenido hasta que han corregido los datos en su sistema.