En los últimos diez años, el precio del alquiler en España se ha duplicado y el sueldo de los jóvenes ha crecido por debajo del precio de los alquileres. En la búsqueda de un lugar para vivir, las inmobiliarias y caseros nos pueden pedir documentos como el contrato de trabajo, la vida laboral y un sinfín de nóminas. Pero hay algo que conviene saber: es legal que nos los pidan pero tienen que cumplir la normativa de protección de datos y no usarse para otros fines.
Los expertos consultados por Maldita.es indican que hay datos especialmente sensibles que no son necesarios para el proceso y que podemos tachar o borrar cuando entreguemos los documentos, como el número de cuenta en las nóminas o la dirección en nuestro DNI. También recomiendan compartirlos de forma segura a través de plataformas cifradas o en persona.
Es legal que nos pidan estos documentos, pero su tratamiento debe cumplir con la normativa de protección de datos
Sí, es legal que nos pidan nuestro contrato laboral, nóminas y vida laboral. Así lo afirma a Maldita.es la abogada experta en protección de datos, Maite Sanz de Galdeano: “La solicitud de estos documentos no es ilegal en sí misma. Los propietarios tienen derecho a verificar la solvencia económica de los posibles inquilinos. Sin embargo, deben cumplir con la normativa de protección de datos”.
Miguel Vieito, abogado, investigador en Derecho y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, aclara que esas normativas relativas a la protección de datos son la Ley Orgánica de Protección de Datos y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). El experto indica que cuando se nos solicitan estos documentos, también se nos tiene que explicar en qué consiste su tratamiento, por ejemplo, con una política de privacidad. Además, avisa de que no lo deberán usar para nada que no se haya informado previamente.
Ojo, todo esto aplica tanto a empresas inmobiliarias como a los titulares o arrendadores del propio inmueble, explica a Maldita.es Ruth Benito, abogada especializada en protección de datos. La especialista sostiene que, si no somos seleccionados para el alquiler, toda nuestra información y documentación debe ser bloqueada y solo consultarse en caso de posibles reclamaciones. “Una vez transcurridos los plazos legalmente previstos, debe ser totalmente eliminada”, concluye.
Estos documentos pueden incluir datos de categoría especial innecesarios para el proceso cuyo tratamiento está prohibido
Benito advierte que muchos de los documentos que se suelen pedir para un alquiler “pueden contener datos personales de categoría especial o datos que son considerados sensibles”. El RGPD describe los datos de categoría especial como aquellos datos personales que revelan el origen étnico o racial, opiniones políticas, convicciones religiosas, afiliación sindical, datos biométricos, relativos a la salud o la vida sexual de una persona.
La experta señala que información como nuestra afiliación sindical, deducciones por contingencias (como incapacidades temporales), número de la seguridad social o reducciones de jornada se pueden encontrar en los documentos que compartimos con los arrendadores. “Estos datos resultan innecesarios para la valoración de la idoneidad del inquilino y la negociación del contrato”, advierte.
Sumado a no ser necesarios para el proceso, el RGPD prohíbe el tratamiento de los datos de categoría especial. “La prohibición está exceptuada sólo en situaciones tasadas y muy específicas, la mayoría de las cuales no van a resultar aplicables a la negociación de un contrato de alquiler”, sostiene la especialista.
Al compartir nuestros documentos, podemos tachar o borrar información no esencial y enviarlos a través de métodos seguros
Los expertos explican que hay medidas que podemos tomar para proteger estos datos sensibles. “Lo ideal sería que cuando soliciten esta información, (la inmobiliaria o el propietario) instruyan al potencial inquilino para que este pueda proporcionar los documentos habiendo hecho ilegibles los datos no necesarios”, afirma Benito. Si el inquilino no lo hace, la experta señala que la inmobiliaria también puede difuminar esta información.
Para compartir nuestros documentos de forma más segura, Sanz de Galdeano aconseja:
Tachar o borrar información no esencial en los documentos, como el número de cuenta en las nóminas.
Tachar o borrar información en el DNI, como nuestra dirección (lo explicamos aquí). La experta afirma que es suficiente mostrar nuestro nombre, apellidos y número de documento.
Utilizar métodos seguros para compartir los documentos, como plataformas cifradas (como WeTransfer) o preferir entregarlos en persona.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Miguel Vieito, abogado e investigador en Derecho.
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