¡Feliz sábado, malditos y malditas! Una pregunta: ¿crees que es posible desarrollar una inteligencia artificial que iguale o supere a la humana, que pueda razonar y entender emociones, que sea casi humana? Esto es lo que se llama IA general (AGI) y, aunque hay quien bebe los vientos por proclamar que serán los primeros en conseguirla, algunos expertos creen que es puro marketing y que su desarrollo sigue siendo un problema sin resolver. Aquí lo analizamos.
En relación con esto, esta semana hablamos de robots humanoides y del desarrollo en abierto de la IA, pero, antes, una cosa un poco más chunga sobre la que no debemos cerrar los ojos y que hay que contar para poder prevenir: el horror que pueden suponer las redes sociales para niños y niñas.
Las redes sociales son durísimas para los niños, y sus dueños lo saben
Solo se necesitan 35 minutos para crear un hábito abusivo de consumo de TikTok. Hay un número “elevado” de niñas que se desnudan frente a cámara a cambio de monedas virtuales enviadas por adultos en la app china. Unos 100.000 niños reciben acoso sexual cada día en Instagram. Uno de cada diez sufre bullying en esta red social. El 32% de las chicas adolescentes se sienten peor con sus cuerpos después de usar Instagram.
Son cifras muy crudas que conviene tener en cuenta. Aún más cuando se sabe que todo esto no es que lo ignoren las plataformas, es que son datos que provienen directamente de sus documentos internos.
En España los menores no deberían abrir una cuenta en redes sociales hasta los 14 años según la ley, pero los métodos de verificación de edad no son fiables, pueden llegar a tener acceso antes y, en cualquier caso, a partir de los 14 años siguen siendo menores y se enfrentan a contenidos de todo tipo. Las redes también pueden ofrecer cosas divertidas, didácticas y entretenidas, claro, pero también otras mucho más dañinas.
Por ejemplo, vídeos que promueven la alimentación desordenada y la pérdida de peso peligrosa. También porno: más de la mitad de los adolescentes españoles acceden a la pornografía antes de los 13 años. Porque a pesar de que la mayoría de las plataformas prohíben el contenido sexualerótico, no es difícil encontrarse con él. Y, una vez que consumes un vídeo, te aparecen del mismo tipo una y otra y otra vez.
El problema además es que esto va en dos direcciones: lo que consumen y lo que publican los niños (o sus padres), y lo que se puede hacer con esto, como los vídeos hiperrealistas (deepfakes) eróticos e imágenes sexuales manipuladas con inteligencia artificial, donde se incorpora el rostro o cuerpo de la víctima en un contenido pornográfico, que ya se están haciendo con fotografías de menores.
Por el peligro que suponen para los menores (y para todos), este tipo de contenido debe ser moderado por las plataformas, es decir, limitado o en ocasiones eliminado para que no llegue a ciertos públicos. Sin embargo, muchas veces esto no sucede y los adolescentes terminan viendo cosas que no deberían, y afectándoles a nivel físico y psicológico.
¿Qué podemos hacer nosotros, si tenemos a niños y niñas cerca? Fomentar la educación digital, la autoestima y el espíritu crítico, incentivar hábitos saludables para el uso de estas tecnologías, poner límites al uso de aplicaciones móviles y realizar un acompañamiento cercano para que los niños y jóvenes aprendan a utilizar las redes sociales de forma sana y sabiendo reaccionar a los contenidos que pueden encontrarse dentro. En este artículo tienes todo. También te recomiendo ver el programa ‘Redes sociales: la fábrica del terror’ (partes 1 y 2) de Salvados; es muy duro, pero necesario.
Este robot no es lo que parece
Imagina que estás en la presentación del taxi autónomo de Tesla (la compañía de automóviles de Elon Musk), un robot humanoide te sirve una copa, baila y hasta “habla” contigo. Da la sensación al principio de ser autónomo, ya que durante el evento Musk dice que los desarrollos de sus coches aplican a estos robots mayordomo, llamados Optimus, y te hace pensar que funcionan con IA. Pero no.
Los asistentes empiezan a sospechar y muchos descubren que los robots en realidad estaban siendo controlados remotamente; incluso uno de ellos admitió ser “asistido por humanos”. “Esto no es completamente una IA. Un humano está prestando asistencia de forma remota”, tuiteó uno de los expertos que asistió. El director de ‘Yo, robot’, Alex Proyas, también aprovechó para sugerir que Elon le ha robado sus diseños.
Volviendo al mayordomo humanoide que no es lo que parecía ser, aquí hemos recopilado lo que sabemos sobre el tema, porque no deja de ser cierta desinformación obviar que un robot en realidad está siendo teleoperado por humanos. Hemos preguntado a Tesla sin respuesta y Musk tampoco ha dado explicaciones transparentes. Ya en otra ocasión fue poco claro sobre las habilidades de Optimus, pero esta vez directamente no se ha pronunciado sobre los límites.
Por cierto, vaya susto nos pegamos: pensamos por un segundo que Elon Musk había retuiteado un tuit con nuestro tema, pero no, claro, era una de las mil cuentas que hay suplantándole (a él y a otra tanta gente).
En tres bits
Una robot salvaje. Seguimos con pelis y con robots, y os recomendamos una peli de animación que está ahora en cartelera: ‘Robot salvaje’ (The Wild Robot). Odiamos los spoilers así que no te contamos de qué va exactamente, solo que es una fábula sobre el amor, la amistad y la búsqueda personal, pero que de fondo tiene una reflexión potentísima sobre el desarrollo de la tecnología, su posible conexión con la naturaleza y su peligrosa desconexión con la humanidad. Si quieres pasar un rato emocionante con una producción que luce muchísimo en pantalla grande, una banda sonora chulísima y, de paso, soñar con que otro enfoque para la tecnología es posible (es una peli, en la vida real ya sabes que la IA general no existe y no tiene conciencia ni emociones), vete al cine y luego nos cuentas.
Abril o cerral la IA. La semana pasada hablamos largo y tendido del Nobel de Física y su relación con la inteligencia artificial. Pero no mencionamos que la IA también está relacionada con el Nobel de Química de este año. Los empleados de Google Deepmind, Demmis Hassabis y John Jumper, recibieron el reconocimiento por su sistema para la predicción de estructura de proteínas, AlphaFold. Y, como con el de Física, este premio también trajo cierta controversia porque la versión AlphaFold 3 fue publicada de forma cerrada; es decir, no de forma abierta para que cualquier persona pueda usar, estudiar, modificar y compartir el código fuente del sistema. Aquí explicamos qué es y por qué es importante la IA de código abierto. Alfonso Valencia, director de Ciencias de la Vida en el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona (BSC), reflexionó sobre cómo se resiente la ciencia cuando la tecnología (si se cierra la IA) queda en manos de las grandes empresas en Science Media Center España.
Mejor no cargues el móvil sobre la cama. Cerramos con consejos para el día a día. Aunque las probabilidades de que un teléfono móvil pueda explotar o provocar un incendio son muy muy bajas, desgraciadamente a veces sucede. Esto puede llegar a pasar si el móvil se expone a altas temperaturas, se carga de forma excesiva y se sobrecalienta demasiado. Aunque no es algo común, en esos casos lo que puede sufrir daños y explotar es la batería del dispositivo. Para que no haya que lamentar desgracias, lo mejor para evitarlo es no ignorar el aviso de sobrecalentamiento (también si tú mismo lo notas), usar buenos cargadores y poner el móvil a cargar en una superficie poco inflamable. O sea, nada de en la cama ni en el sofá. También podemos configurar el proceso de carga de la batería para que sea óptimo.
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