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En tiempos de noticias diarias sobre la inteligencia artificial (que si ChatGPT, que si imágenes generadas con IA) en los que somos más conscientes que nunca del impacto que tienen los algoritmos en nuestras vidas (los algoritmos de recomendación de las redes sociales, los que intervienen en procesos de despidos o contratación y un largo etcétera), es posible que sintamos cierta inquietud e incluso miedo a la tecnología o tecnofobia.
En concreto, hay personas que manifiestan temor a que los algoritmos decidan por nosotros, que nos gobiernen o que nos reemplacen. También vemos montones de titulares que mencionan el miedo a la inteligencia artificial. ¿Qué hacer para que no nos sobrevenga agobio con todo esto, qué actitud podemos tener para enfrentarlo con tranquilidad? Vemos claves que podemos aplicar en nuestra vida diaria con José Luis Serrano, profesor titular de Tecnología Educativa en la Universidad de Murcia y autor del artículo de The Conversation ¿Debemos temer a los algoritmos?, en la Maldita Twitchería Tecnológica.
1. Entender cómo funcionan la tecnología y el ecosistema digital
En general tenemos miedo a lo desconocido. Por eso, la idea fundamental que transmite Serrano es la importancia de la educación y la comprensión: “A más educación, más difícil que nos engañen”, y más conscientes y críticos podremos ser. Por eso, para empezar, el profesor insta a que entendamos cómo funciona el sistema, en este caso, el ecosistema digital al que accedemos con nuestro teléfono.
Podemos comenzar por recordar que inteligencia artificial y algoritmos no son lo mismo. La inteligencia artificial sí que está compuesta por algoritmos, es un sistema algorítmico entrenado con datos que “aprende” y mejora. Pero un algoritmo es simplemente un conjunto de instrucciones (solo que algunos pueden ser más simples y otros más complejos). Unos y otros pueden afectar a nuestra vida diaria. Aquí aclaramos cuándo hablamos de inteligencia artificial y cuándo no.
Serrano también hace referencia al profesor de Tecnología Educativa de la Universidad de Barcelona Antonio Bartolomé, quien dice que puedes enseñar cuando un alumno tiene preguntas. “Con el ciudadano pasa igual, por eso me alegra que haya llegado ChatGPT a poner sobre la mesa el debate social de la inteligencia artificial y los algoritmos. Ahora la gente quiere saber”, incide. Sobre ChatGPT, aquí puedes saber más sobre cómo funciona y por qué contesta lo que contesta.
2. Entendernos a nosotros mismos y cómo nos comportamos con dispositivos como el móvil
Otra pregunta que puede surgir cuando entendemos cómo funcionan los algoritmos, por ejemplo los de recomendación, es si somos libres tomando decisiones. ¿Hasta qué punto decide el algoritmo y no nosotros? “Pensamos que los algoritmos nos están quitando libertad, pero es una creencia poco fundamentada. Lo que tenemos que hacer es más introspección y conocernos mejor. Si dejamos que los algoritmos nos conozcan mejor que nosotros mismos sí que habremos perdido libertad”, resalta Serrano.
Por eso, el profesor de Tecnología Educativa también anima a que entendamos cómo nos comportamos ante el ecosistema digital, por ejemplo con la hiperconexión a los dispositivos: “Parece obvio, pero hacemos cosas que no nos sientan bien, como estar conectados a deshoras. Hay que prestar atención a cómo funciona nuestro organismo y qué nos hace bien para no malgastar nuestra atención ni nuestro tiempo, y aprender a ejercer cierto autocontrol”. En Maldita.es puedes leer más sobre cómo configurar el móvil para limitar el tiempo que pasamos usando aplicaciones y redes sociales y sobre el derecho a la desconexión digital.
3. Tener a la inteligencia artificial como herramienta y al aprendizaje permanente como mantra
El otro miedo por excelencia es a ser reemplazados por las máquinas y los algoritmos, es decir, a la automatización. ¿Qué podemos hacer contra el miedo o la preocupación a ser sustituidos? Serrano llama a la formación y aconseja “usar el aprendizaje permanente como herramienta y aprender de más áreas de conocimiento”. Es decir, que más allá del debate sobre qué profesiones serán sustituidas, la idea es no solo especializarnos en cosas concretas en nuestro trabajo, sino seguir manteniendo la “capacidad de ser generalistas y seguir aprendiendo a medida que avanza la tecnología”, como ya hicimos cuando incorporamos a nuestra vida el móvil y el ordenador.
Además, como se suele aplicar a toda herramienta, la tecnología en sí misma no es buena ni mala; depende del uso que se haga de ella. En cuanto a la inteligencia artificial, los expertos coinciden en que debe usarse como un apoyo que nos pueda inspirar y ayudar. Por ejemplo, en el caso de la IA que se utiliza para crear imágenes, vimos que puede ser una potente herramienta para la industria creativa, el marketing y la publicidad.
También puede ayudarnos a automatizar ciertas tareas, y Serrano recuerda que no es un verbo que nos deba asustar: “Los Homo sapiens hemos llegado hasta aquí gracias a ser eficientes y adaptarnos, y un principio clave de esa adaptación han sido los automatismos”. Por ejemplo, “si tuviéramos que pensar en cómo respirar o mover las manos mientras hablamos sería imposible; si automatizamos algunas cosas, podemos prestar atención a otras”.
Por supuesto, para que estas automatizaciones y cualquier impacto en nuestra vida digital (y real) lleguen de forma positiva, habrá que regular la inteligencia artificial y los sistemas algorítmicos, algo que está en ciernes en la Unión Europea con la propuesta de reglamento de la Comisión Europea sobre inteligencia artificial o AI Act, propuesta en abril de 2021 y que sigue discutiéndose. Pero de momento, ante las noticias sobre IA y algoritmos que ya afectan a nuestras vidas, como concluye Serrano, lo mejor es mantener la calma y seguir formándose e informándose: “Miedo, no. Educación y reflexión, sí”.
