El transporte autónomo es un avance tecnológico que a día de hoy nos genera muchas dudas: ¿está lo suficientemente avanzado para que las personas nos despreocupemos por conducir? ¿Hablamos sólo de coches o también de trenes o incluso drones? ¿Y cómo funciona el sistema que hace que los vehículos reconozcan todo lo que les rodea? En Maldita.es hemos hablado antes de coches autónomos, de drones y también del llamado hyperloop, un proyecto de transporte que busca crear una especie de tren que avance a 1.000 kilómetros por hora por un tubo al vacío. Te has quedado patidifuso, ¿verdad? Entonces este es tu programa. A continuación recopilamos las intervenciones de los especialistas que nos acompañaron en la Maldita Twitchería sobre transporte autónomo. ¡No te las pierdas!
Las diferencias entre humanos y máquinas a la hora de conducir
Una cosa está clara a la hora de hablar de estas diferencias: las personas tenemos reflejos humanos y un sistema psicomotriz que no es tan fácil de trasladar a un programa informático para que este lo imite. De eso comenzamos hablando con Lucía Errandonea, creadora de Algorithmic Societies y miembro de Algorights e Ideas For Change. "¿Cómo se mueve y cómo decide un coche? Primero tenemos que entender cómo nos movemos nosotros, e incluso los animales", asegura Errandonea. En nuestro caso, mezclamos nuestros sentidos con los conocimientos que adquirimos para orientarnos o para reaccionar a nuestro entorno y todo eso lo combinamos con el sistema motriz, que nos permite movernos: "Todos estos sistemas están coordinados por el sistema nervioso que da órdenes y toma decisiones". Hacer que un sistema automatizado inteligente pueda combinar todos ellos es un poco más difícil de lo que parece.
El hecho de que una máquina no pueda interpretar el entorno que la rodea crea diferentes dilemas o controversias, como señala Errandonea. Uno de ellos es el ya conocido 'dilema del tranvía', que escenifica lo que debería hacer un coche autónomo si se enfrenta a una situación en la que tuviese que elegir si salvar a una persona o a otra. "Estamos en los primeros niveles de automatización en lo que se refiere a los coches comerciales", añade Errandonea al hablar de otro de estos dilemas: el "falso márketing" sobre el nivel de automatización. "La narrativa de que el futuro está aquí y la automatización está aquí no es real, hay muchísimas cosas que no están resueltas aún", asegura.
La inteligencia artificial que hace a los coches autónomos no está lo suficientemente madura
Julián Estévez, investigador en Robótica e Inteligencia Artificial y profesor en la UPV-EHU, comienza con un ejemplo sobre lo difícil que es conseguir que los sistemas de inteligencia artificial sean lo suficientemente acertados como para que la conducción no sea arriesgada: si estamos buscando la entrada adecuada a una ciudad grande, como Madrid, en la que puede haber muchos carriles de incorporación, y nos cruzamos con un coche que parece dubitativo sobre qué carril usar, podemos ser prudentes, reducir la velocidad y quedarnos pendientes por si hace un movimiento de última hora. Ese examen humano es mucho más difícil que lo consiga una máquina. "Hay un montón de acontecimientos que veo francamente difíciles de traducir a una parametrización matemática", afirma Estévez.
Otro de los asuntos a tratar es que no se necesita sólo que adquieran un alto grado de autonomía, sino insertarlos en la sociedad. "Hay un problema entre la convivencia de coches autónomos y no autónomos", señala el especialista, de ahí que existan propuestas de separar los ambientes en los que circulan cada uno. "Plantean tenerlos en diferentes carriles, o diferentes zonas de ciudad o diferentes horarios, como cuando nos desconfinamos [de la pandemia de COVID-19]. Todo esto no es un problema sólo tecnológico, sino de plantearnos las ciudades y nuestra forma de movernos", ejemplifica. Hay muchísimos asuntos de los que hablar sobre los coches autónomos y seguro que algunas nos las dejamos en el tintero, pero aquí puedes volver a ver nuestra charla con Julián Estévez y la comunidad:
El hyperloop: un proyecto para un tren de altísima velocidad que ha tenido que paralizarse
Como decíamos al principio, el hyperloop es un proyecto tecnológico que busca conseguir que un vehículo parecido a un tren formado por cápsulas pueda hacer un trayecto al triple de velocidad de lo que lo haría un AVE usando un túnel que lo suspendiese en el aire usando el vacío. Tienes más información en este artículo, pero lo que te recomendamos es ver la intervención de Iván Rivera, ingeniero de telecomunicaciones y director de Innovación de TELICE. "Hyperloop intenta establecer un quinto medio de transporte que quiere competir con el tren y con el avión siendo un híbrido de ambos", expone.
Tras una explicación detallada de cómo funciona la ciencia tras este medio de transporte, todavía hipotético, Rivera nos explicaba las limitaciones que presenta. Lo primero, conseguir que el tubo levite y se mueva a una velocidad tan alta aprovechando el vacío del tubo (algo que a nivel científico es complejo si hablamos de unas dimensiones tan grandes). Por otro lado, mencionaba trabas a las que ya se enfrenta un tren convencional: "Estos sistemas tienen unas limitaciones de curvas: en alta velocidad, las curvas son muy amplias, tienen un radio de curvatura (...) de cinco, seis o siete kilómetros para tomar la curva a 300 kilómetros por hora. Si queremos tomarla a 1.000 kilómetros por hora, por mucho que estemos en un tubo el radio de la curvatura va a tener que ser mucho más superior", explica. Esto encarecería mucho el trayecto y no acortaría tanto las distancias. Aquí puedes ver el resto de la charla:
Primera fecha de publicación de este artículo: 05/05/2022