A veces, quien menos se espera, lanza una expresión que nos hace replantearnos los límites metafísicos de la tecnología y cuestionarnos si ciertos conceptos tienen sentido.
Si vives en España, es posible que te hayas enterado de uno de los últimos capítulos de la prensa rosa: la aristócrata Tamara Falcó afrontaba ante las cámara su ruptura con su pareja, Iñigo Onieva, señalado por una infidelidad. Falcó decía esto al respecto de lo que había comunicado a su ahora expareja: "Que sepas que me da igual si han sido seis segundos o un nanosegundo en el metaverso. Como esto sea verdad, aquí se acaba todo".
Desde entonces, la frase se ha repetido hasta la saciedad y, por supuesto, las consultas han hecho su aparición: ¿tiene algún sentido eso del nanosegundo en el metaverso? Te dejamos un spoiler: el tiempo en el metaverso es el mismo que en la vida real, aunque puede llegar con retraso.
Los conceptos por separado: ¿qué es un nanosegundo? ¿Y un metaverso?
La primera palabra, nanosegundo, está más o menos clara: es la milmillonésima parte de un segundo, es decir, una fracción de tiempo extraordinariamente pequeña e imperceptible para la mente humana, pero que sí tiene sentido en los campos de la física cuántica, la química, la electrónica y la informática.
Un nanosegundo en el metaverso pic.twitter.com/Y1MdiyHXIp
— Martín Bianchi Tasso (@martinbianchi) September 27, 2022
Vamos con la segunda parte de la expresión. La propia Falcó reconoció después que no sabe ni lo que era un metaverso, pero nosotros hemos hablado mucho de ello en Maldita.es, así que os dejamos material de referencia: qué es el metaverso y qué tiene que ver con Facebook (Meta), qué sabemos sobre el uso que se le da a día de hoy y cuáles son sus implicaciones. Incluso nos hemos adentrado en Horizon Worlds, el metaverso del conglomerado de Meta, para visualizarlo en primera persona.
El tiempo como concepto en un juego de realidad virtual, a elección del desarrollador
Los conceptos por separado están claros. Ahora bien, ¿qué es un nanosegundo en el metaverso? ¿Es la misma unidad de tiempo que en la vida real? ¿O puede que el tiempo tal y como lo conocemos esté alterado dentro de un universo digital como el metaverso?
“El tiempo en el metaverso es exactamente el mismo que en la vida real, porque el tiempo no lo manejamos. Aunque el tiempo pase a la misma velocidad, otra cosa sería que hubiera aplicaciones o salas virtuales del metaverso que jugasen a modificar la apariencia del tiempo, es decir, que usaran relojes que simulen que va más rápido o más lento”, explica la doctora Laura Raya, directora de Investigación en U-tad, Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital.
La especialista pone como ejemplo el juego de Los Sims: en ese mundo, un día eran minutos de juego en la vida real, y había hasta trucos para forzar que la narrativa fuera más rápida.
El efecto de la latencia, un pequeño retardo que experimentamos en algunas transmisiones
Vale, sí, que eso ya lo sabíais. Pero quietos parados. Para ir más allá de estos casos concretos y ahondar en la naturaleza de la propia tecnología, tenemos que introducir otro concepto: la latencia.
Seguro que has estado en algún concierto con pantallas alrededor del escenario que recogen la imagen del cantante para que puedas verlo en grande desde cualquier lugar del recinto. Quizá te has fijado en que, a veces, puede que estés escuchando la canción y los labios del artista vayan por detrás de la música. Este pequeño retraso, traducido a lo que puede ocurrir con las conexiones en computación, es lo que se conoce como latencia: es el retardo producido por la demora de propagación de una red.
En nuestras conexiones diarias a internet, teléfonos móviles o aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp, esa latencia se ha visto reducida al mínimo gracias al avance de la conectividad, que ha hecho que nuestra conexión sea más rápida que nunca. Por ejemplo, la latencia es menor en redes de fibra óptica que en redes ADSL, y es menor con el 4G que con el 3G, y mucho menor con el 5G. Por ejemplo, si juegas a videojuegos y tu conexión a internet ha ido mejorando, habrás notado que si juegas online con otros adversarios ahora tienes menos problemas de retraso. También se puede percibir en videollamadas.
Pero volvamos al metaverso. Si hablamos de este nuevo espacio virtual como un mundo inmersivo al que se puede acceder a través de gafas de realidad virtual y realidad aumentada, y que nos ofrece interactuar con esos objetos de una forma más orgánica, ¿cómo puede afectar ahí la latencia?
“En el metaverso, hablamos de latencia cuando el sistema informático no se actualiza a la velocidad suficiente para dar respuesta a eso que llamamos el tiempo real. Por ejemplo, en realidad virtual, siempre recomendamos que el mundo gráfico se actualice al menos 70 veces por segundo para que el ojo no detecte esa latencia”, explica Raya.
También influyen la potencia y la configuración del dispositivo que usemos para conectarnos
La experta indica que esta latencia también dependerá de otras características, como la potencia de las gafas y el diseño de ese mundo virtual. “El procesador de la gafa o el ordenador ya tiene capacidad suficiente como para poder actualizarse a esa velocidad, pero va a depender del número de polígonos [conjuntos de triángulos que se unen para modelar un proyecto en 3D] que se utilicen para crear el mundo virtual. Si tenemos un número muy elevado de polígonos o hay muchísimas texturas, no se podrá ejecutar a 70 veces por segundo, habrá latencia y la sensación que va a dar es que el mundo no se actualiza en tiempo real y por tanto causará mareo”, detalla Raya.
¿Has usado alguna vez gafas de realidad virtual o realidad aumentada? Entonces puede que hayas notado una sensación de vértigo o que tu cuerpo iba más rápido que los movimientos dentro del mundo virtual. “No es que en el metaverso vayamos a ir más lento, es que nos vamos a marear si el mundo virtual no se actualiza a lo que el ojo está esperando”, sintetiza Raya. Si, por el contrario, la gafa es potente y el diseñador del mundo virtual lo ha optimizado, se podrá adaptar a esa velocidad a tiempo real y no habrá mareo ni latencia.
Puede parecer poco importante marearnos un poco mientras estamos en el metaverso, pero pensemos en casos concretos. ¿Y si se está utilizando como plataforma para que un cirujano practique virtualmente una operación? ¿O estamos conduciendo un vehículo? Aquí la conectividad es crucial. “Si ya es intenso para la red transmitir una videollamada en 2D, imaginemos todo el proceso que requiere hacer esa transferencia en entornos 3D que requieren un consumo mucho mayor por la cantidad de datos”, añade Pedro Lozano, cofundador de Imascono, estudio creativo que trabaja en las tecnologías de realidad aumentada, realidad virtual y metaverso.
La importancia de la conectividad a internet
La conectividad entra en juego especialmente cuando se tienen que producir interacciones entre gafas u ordenadores. “Se dice que será necesario el 5G o incluso el 6G para tener esa tasa de refresco actualizada entre una gafa y el resto de gafas, o entre ese ordenador y el resto de ordenadores de cada uno de los usuarios que esté en el metaverso”, añade Laura Raya.
Por eso, de momento, sí que hay limitaciones en el metaverso. “Hoy en día los ordenadores e internet permiten tener salas de un máximo de unas 50 personas. Si quiero crear un espacio virtual 3D y que asistan 500 personas, lo que tendré que hacer es generar diez salas, pero los 500 usuarios no pueden estar de forma simultánea porque el sistema colapsa. Hoy en día no es factible y por eso la conectividad en el metaverso es fundamental, es una de las capas más importantes para posibilitar la baja latencia”, dice Lozano.
Por tanto, podemos concluir que en el metaverso experimentamos el tiempo real prácticamente igual que en la vida física gracias al avance de la tecnología y de la conectividad de internet, que han conseguido reducir la latencia en la mayoría de casos que ahora mismo se utilizan. En casos más complejos, serán necesarias mayores infraestructuras de conexión.
Así que, podemos decirle a Tamara Falcó que si la infidelidad hubiera tenido lugar en el metaverso y hubiera durado un nanosegundo, a priori se habría correspondido con el tiempo real (salvo posibles mareos).