Lo hemos visto muchas veces en series y películas: policías y agentes de investigación entreteniendo a un sospechoso en una llamada telefónica para así localizar su ubicación exacta. Acto seguido, aparece en la pantalla de la comisaría la posición exacta de la persona. ¿Cuánto tiene esto de realidad y cuánto de ficción? ¿Es posible localizar tan fácilmente un teléfono? ¿Se hace en la vida real?
David Medrano, ingeniero de telecomunicaciones y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, nos explica que “técnicamente la geolocalización es sencilla: se puede triangular la ubicación de un terminal gracias a la medición de los niveles de señal del móvil contra las diferentes antenas de su entorno”. De esta técnica te hemos hablado en otras ocasiones, por ejemplo cuando el Gobierno usó datos anónimos de localización de los teléfonos para medir la movilidad de la ciudadanía durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19.
Hallar la posición de un teléfono depende del número de antenas al que esté conectado
“Es fácil técnicamente porque los teléfonos móviles están constantemente intentando conectarse a varias antenas de su entorno analizando la mejor cobertura de cada una de ellas, saltando automáticamente de una a otra sin que notemos el cambio”, añade Medrano.
Pero no siempre se dan las condiciones para que sea fácil triangular la posición. El ingeniero especifica que si “se está conectado a tres antenas, es suficiente, mientras que con dos antenas es un poco más difícil y ya únicamente con una sólo se puede hallar un radio mucho más amplio en el que pueda estar el teléfono”.
Todo esto se lleva a cabo con la señal móvil, pero prácticamente todos los móviles modernos traen GPS, que es otra manera de geolocalizar la ubicación de un terminal. Este método es utilizado por numerosas aplicaciones para analizar nuestra posición, como mapas o las aplicaciones de mensajería que nos permiten compartir nuestra ubicación.
Según el especialista, es habitual que se usen los dos métodos combinados. “Funciones como ‘Encuentra tu móvil’, un servicio ofrecido por los fabricantes para intentar localizar un teléfono perdido, utilizan ambas formas para poder ubicar correctamente y con mucha precisión el terminal”, comenta este especialista, que también explica que “esta suma es útil, por ejemplo, si nos hallamos en interiores, donde es más difícil obtener la señal GPS”.
Combinar la red móvil con el sensor GPS o el bluetooth puede resultar en una localización muy precisa
Esto también se está empezando a utilizar en las llamadas al 112 en España, como recuerda nuestro maldito y también ingeniero de Telecomunicaciones Norman López-Manzanares: a través del sistema AML (Advanced Mobile Location), los smartphones, tanto si llevan Android como iOS, tienen la capacidad de enviar al centro de emergencias los datos de localización obtenidos a través del GPS, antenas de la red móvil o el bluetooth (aunque estas opciones no estuviesen activadas por el usuario antes de la llamada), con una precisión de 15 metros.
Ahora bien, sabiendo todo esto, ¿bajo qué otros supuestos legales se puede localizar una llamada? ¿Es igual que en la ficción? En cierto modo sí, ya que esta técnica sólo puede utilizarse cuando hay una orden judicial de por medio, tal y como explica a Maldita.es David Maeztu, abogado especializado en tecnología y protección de datos: “La Ley 25/2007 de conservación de datos relativos a las comunicaciones electrónicas y la Ley de Enjuiciamiento criminal establecen que es necesaria siempre una autorización judicial para consultar este tipo de datos con las operadoras”.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes los ingenieros de Telecomunicaciones David Medrano y Norman López-Manzanares.
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