Aquí lo primero es saber que es un sistema de P2P o peer-to-peer (red de pares en español). Una red P2P es un tipo de conexión entre ordenadores que permite compartir archivos o información sin necesidad de intermediarios. Es decir, sin que tenga que intervenir un servidor central que facilite la comunicación entre esos ordenadores, como ocurre en otro tipo de conexiones.
Por ejemplo, Google, que a través de su servicio de correo electrónico, Gmail, nos permite enviar y recibir correos, no sería una red de P2P porque necesita intermediación de Google en este caso para que un mail mío te llegue a ti. Si nos saliésemos del mundo digital, enviar una carta utilizando el correo postal no sería un P2P, sin embargo, si yo fuera en persona a echar esa carta en tu buzón, sí.
Este tipo de red elimina la necesidad de intermediarios
Según explica Panda Security, una empresa especializada en crear soluciones de seguridad informática, “la ventaja principal de la tecnología P2P” es que “saca el máximo partido de los recursos (ancho de banda, capacidad de almacenamiento, etc.)” de cada uno de los clientes (o peers) “para ofrecer servicios de aplicación y red, sin tener que confiar en los recursos de uno o más servidores centrales”.
En este tipo de conexión, todos los ordenadores funcionan a la vez como clientes y como servidores. Así se evita también la formación de un posible cuello de botella con el paso de los archivos por los servidores intermedios o simplemente el hecho de que pase por un servidor. Lo que os decíamos un poco más arriba: elimina la función del intermediario.
Si usabas Internet allá por la primera década de los 2000, quizá recuerdes aquellos programas como eMule que servían para descargar películas, canciones, etc. Pues este es un programa basado en el sistema P2P, el mismo tipo de comunicación que años después ha usado Torrent, también para la descarga de archivos.
Precisamente el hecho de que no sea necesario un intermediario entre estas comunicaciones hace también que no haya un control de aquello que se mueve por esas redes. Por eso se ha usado durante años para la descarga y reproducción de archivos de manera ilícita sin respetar los derechos de autor. Lo que todos conocemos como piratería.
Con la llegada de plataformas de suscripción para ver películas, series, etc., como Netflix, HBO o Disney+ un poco más tarde, cayó el tráfico de este tipo de redes P2P para la descarga de archivos, según cuenta Xataka, que recoge el informe anual de Internet móvil de 2019 realizado por Sandvine. Spotify, la plataforma de reproducción de música vía streaming, abandonó los sistemas P2P allá por el año 2014. En Maldita.es también os contamos que, según estudios recientes, este auge del streaming ha reducido notablemente en apenas diez años el número de descargas ilegales.
¿Se sigue utilizando este tipo de red a día de hoy?
Sergio Carrasco, abogado especializado en ciberseguridad e ingeniero de telecomunicaciones, nos explica que el P2P no está “obsoleto” como tal, pero sí que este tipo de red ha ido evolucionando hasta convertirse en otro modelo de conexiones, de modo que se utilizan otros protocolos para según qué usos. Vamos a verlo con ejemplos.
Una red P2P puede usarse para descargar directamente archivos, como ocurría con Torrent o con Emule, dos programas informáticos que se usaban hace años. A día de hoy, otros modelos de P2P más evolucionados, como las llamadas redes distribuidas IPFS (Sistema de Archivos Interplanetario, por sus siglas en inglés) se usan para compartir y descargar archivos más complejos. Como los NFT.
Os hemos hablado de los NFT, estos archivos digitales que destacan por ser originales y que se venden a precios muy elevados. Una red IPFS serviría, por ejemplo, para guardar ese archivo original y poder compartirlo de una manera segura y, sobre todo, descentralizada. Es decir, que no haya un solo ente u organismo que la controle.