“Un informe de Sanidad recoge 14.000 efectos graves y 500 desenlaces mortales por las vacunas contra la covid”. Un contenido de Público titula así un reportaje dedicado a los efectos adversos de estos fármacos, citando el 19º informe de farmacovigilancia sobre vacunas contra la COVID-19. Posteriormente, Público ha modificado su titular a "[...] tras las vacunas COVID-19" y agregado una nota aclaratoria de este cambio*.
Pero los informes de farmacovigilancia no indican que estos fallecimientos y efectos adversos se deban a las vacunas o sean consecuencia de estas, sino que han sucedido después de la vacunación. Como indica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), estos acontecimientos “no pueden relacionarse con las vacunas por el mero hecho de vacunarse”. Estos efectos adversos también pueden deberse a una enfermedad previa, a otros medicamentos o pura casualidad temporal.
Por qué es incorrecto indicar que los efectos graves y muertes sean “por” las vacunas covid
El contenido de Público indica en su titular que, supuestamente, un informe de Sanidad recoge 14.000 efectos graves y 500 desenlaces mortales “por las vacunas contra la covid”. El informe que menciona es el 19º Informe de Farmacovigilancia sobre vacunas COVID-19, publicado en enero de 2023 y último disponible hasta la fecha.
Esto no es cierto: está malinterpretado. A pesar de que el informe sí menciona tal cifra, no lo hace en el sentido de que se hayan registrado 500 muertes a causa de las vacunas, sino que se han notificado 500 fallecimientos (por cualquier causa) a partir del comienzo de su administración. El propio informe tiene un apartado destacado para reflejar que los acontecimientos adversos no significa que estén causados por la vacuna.
Ponemos un ejemplo: si alguien muere por muerte natural poco después de vacunarse, es posible reportar el caso a la AEMPS y que se ‘cuente’ como efecto adverso, aun sin tener nada que ver realmente con el fármaco. Las vacunas son muy efectivas en reducir la mortalidad por COVID-19, pero no están diseñadas para reducir las muertes por otras causas. Por tanto, es esperable que sigan ocurriendo fallecimientos por otros motivos.
El mismo informe indica que, en la gran mayoría de los casos notificados que hay información médica, “el fallecimiento se puede explicar por la situación clínica previa del paciente y/u otros tratamientos que estuviera tomando, y las causas de fallecimiento son diversas, sin presentarse un patrón homogéneo”.
Este informe señala que, hasta el 31 de diciembre de 2022, se han registrado 84.650 notificaciones de acontecimientos adversos en España, lo que corresponde a 76 notificaciones por cada 100.000 dosis. De estas, 14.003 se consideraron graves; y dentro de ellas, 500 presentaron un desenlace mortal.
Este artículo ha sido actualizado el 8 de agosto de 2023 para indicar que Público ha modificado el titular de su contenido original.
Primera fecha de publicación de este artículo: 07/08/2023