¿Has visto tantas veces una serie o película que eres capaz de recitar sus diálogos de memoria y casi sin equivocarte? Yo, sí. Podría decir las palabras exactas de Emilio Delgado en muchos diálogos de Aquí no hay quién viva, la mítica serie española de Antena 3 emitida a principios de los años 2000. O contar casi todos los chistes que hace Chandler Bing en Friends, la sitcom estadounidense sobre la vida cotidiana de un grupo de seis amigos en sus 20. Si a ti también te pasa, tienes lo que en el mundo de internet y las redes sociales se conoce como una ‘serie confort’, a la que seguramente recurras prácticamente a diario para acompañarte en tareas cotidianas como limpiar o cocinar.
Este fenómeno se conoce como rewatching (‘volver a ver’, en su traducción literal al español) y, según los expertos consultados por Maldita.es, ocurre como consecuencia de diferentes factores: desde la pereza que supone tener que buscar una nueva serie o un intento de desconexión, hasta la necesidad de saber lo que vamos a sentir para “tener el control”. También hay personas que utilizan su ‘serie confort’ para olvidar temporalmente emociones desagradables (como tristeza, ansiedad o frustración), aunque los expertos aseguran que no es una estrategia de regulación emocional recomendada.
Optar por la serie o película de siempre para no tener que elegir una nueva entre tanta oferta
Los suscriptores de la plataforma de streaming Netflix pueden elegir qué ver en un catálogo de más de 17.000 títulos entre series y películas. Y ésta es sólo una de las muchas plataformas al alcance de cualquier usuario de internet: HBO, Disney Plus, Filmin… todas ellas tienen miles de producciones entre las que escoger. Ante este amplio abanico de posibilidades, algunos espectadores prefieren ahorrarse la molestia de escoger una nueva serie o película. Así, terminan recurriendo a algo que, a pesar de que ya lo han consumido antes (una o varias veces), están convencidos de que les gustará.
“En población general, puede ocurrir sencillamente por no tener que tomar una decisión entre toda la parrilla” y “por ahorrarse tener que informarse de dichos contenidos audiovisuales antes de tomar dicha decisión”, explica Natalia Martín, psicóloga especializada en trastornos de la conducta y la mente humana y maldita que nos ha prestado sus superpoderes.
Además, en caso de decantarnos por la ‘novedad’, no sabemos a ciencia cierta si el título será de nuestro agrado. Esta incertidumbre fomenta que muchas personas recurran a la misma serie o película de siempre. Utilizamos la ‘serie confort’ como una “especie de comodín” para evitar enfrentarnos a la sorpresa, como afirma Sílvia Álava, Doctora en Psicología Clínica y de la Salud. O incluso a otras emociones desagradables como la frustración o el aburrimiento. Repetir una serie o película que ya has visto “evitan sentir que han perdido el tiempo con una serie que no les haya gustado o no pueda resultar entretenida”, asegura Martín.
Hay personas que utilizan su ‘serie confort’ para desconectar o revivir emociones agradables
También nos decantamos por el rewatching como una forma de evadirnos. “Para alguien sin problemas de salud mental, puede ser una forma de descansar y dejar la mente ocupada en algo trivial para desconectar”, explica Martín. Según añade Álava, con películas o series que ya hemos visto se hace un “menor esfuerzo cognitivo” porque conocemos la historia desde principio a fin y “apenas hay que prestar atención”. De hecho, muchos usuarios ponen su ‘serie confort’ de fondo, mientras realizan otras actividades de la vida diaria como pueden ser cocinar, limpiar o comer.
Generalmente, estas producciones nos hacen sentirnos bien y recurrimos a ellas para revivir emociones agradables. Funciona como un mecanismo de condicionamiento, según explica Álava: “Repetimos aquellas series a las que tenemos asociadas emociones agradables porque el cerebro ha aprendido esa sensación”, explica. No obstante, Marín advierte que no siempre sale bien: “Puede generar frustración por no experimentar las mismas sensaciones”. Algo que resulta, en sus palabras, “esperable” porque “exponerse repetidas veces a un mismo estímulo puede hacer que “nos habituemos y deje de provocarnos una misma respuesta emocional”.
También hay otro factor que, según Valentín Martínez-Otero, psicólogo y profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, refuerza el visionado de forma reiterada: la conexión emocional con los personajes. Podemos sentirnos identificados con la forma de ser de un personaje, su situación sentimental o incluso su vida laboral y esto hace que veamos la historia desde un punto de vista más cercano.
Mi vida laboral es como la de Belen López Vázquez, y como dice Emilio, en la oficina de empleo van a poner mi CV en la estantería de los expedientes X. pic.twitter.com/IaHM6jUXVp
— ana ❤️🔥 (@sufridasafo) April 2, 2024
Ver una serie o película para evitar sensaciones desagradables: los expertos aseguran que no es una buena estrategia de regulación emocional
Los expertos coinciden en que el rewatching no tiene consecuencias negativas para los espectadores, siempre y cuando busquen un momento de desconexión o revivir ciertos momentos de su vida. Sin embargo, sí puede suponer un problema para las personas que utilizan una serie o película para evitar sentir sensaciones desagradables en ese momento (como tristeza, ansiedad, miedo o frustración), como ocurre con otros comportamientos, como el comer emocional.
“A veces, utilizamos una serie como ‘chupete emocional’, para tapar emociones que estamos sintiendo”, afirma Álava. Quizá sea una persona que sufra de ansiedad o alguien que esté triste o preocupado por algo que ha ocurrido y quién acude a su serie o película ‘confort’ porque “sabe que le va a gustar y le va a calmar”, explica la psicóloga. Este comportamiento, dice Martínez-Otero, es “una forma de escapismo” que utilizan los espectadores para “evadirse de problemas personales”.
Álava afirma que no hay un perfil concreto de persona que utilice de forma sistemática el rewatching con este propósito. Aunque señala que las personas con “necesidad de control y de conocer qué va a pasar” tienen más tendencia a recurrir a estos “chupetes emocionales”. Martínez-Otero, por su parte, habla de “personas inseguras, que buscan seguridad en lo conocido”, o aquellas con “altos niveles de ansiedad o estrés”.
Sin embargo, no es un método aconsejable por los expertos para evitar el dolor emocional. Álava explica que, en estos casos en los que sentimos tristeza, miedo, frustración, ansiedad o cualquier otra emoción que nos resulte desagradable debemos “mirarnos hacia adentro, ver qué ha sucedido y cómo podemos solucionarlo”. Añade que las estrategias de regulación emocional que mejor funcionan son aquellas de ocio activo: “Es mucho más efectivo ponerse a escribir, cocinar, hacer manualidades, algo de deporte o incluso quedar con amigos”.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Natalia Martín, psicóloga especializada en trastornos de conducta y la mente humana.
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