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MALDITA CIENCIA

Himen, dolor y sangrado: mitos sobre la "pérdida de virginidad" en las mujeres

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Claves
  • Siguen existiendo mitos relacionados con la primera relación sexual con penetración en mujeres, como que siempre es dolorosa o causa sangrado
  • Un himen perforado no es prueba de que una mujer ya haya mantenido relaciones con penetración
  • No hay evidencias de que el cuerpo femenino cambie después de la “primera vez”

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Seguro que has escuchado alguna vez que todas las mujeres sangran la primera vez que tienen relaciones sexuales con penetración. O que este encuentro es doloroso para ellas. En realidad, son dos mitos sobre la pérdida de la “virginidad” de las mujeres, un concepto construido, no sobre una base científica, sino sobre un conjunto de aspectos culturales y religiosos

Estos mitos están relacionados con una falsa creencia (que todavía hoy en día se perpetúa en algunas culturas): las mujeres que no han practicado el coito tienen el himen intacto y éste “se rompe” con la primera penetración (lo que produce sangrado y molestias). En realidad, esta membrana es diferente en cada mujer (puede tener uno o más orificios o ninguno) y no tiene por qué perforarse durante la penetración (si es lo suficientemente elástica). Incluso puede agujerearse con actividades cotidianas como practicar algunos deportes o utilizar tampones para la menstruación. Te contamos todo sobre estos mitos para que no te la cuelen.

El himen no es una prueba de “virginidad”: puede perforarse por otras causas ajenas a la penetración o ser elástico

El himen es una membrana mucosa con tamaño variable que rodea el orificio vaginal y que actúa como una barrera natural contra las infecciones, recuerda a Maldita.es Vicent Carmona, ginecólogo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. “Normalmente tiene uno o varios orificios centrales que permiten la salida del flujo menstrual”, afirma Carmona.

Aunque es poco habitual, hay mujeres en quienes esta membrana no está perforada. Se trata de una malformación congénita conocida como himen imperforado que afecta al 0,01% de las mujeres. En estos casos, con la llegada de la menstruación, la sangre “no puede salir al exterior y se acumula en la vagina, el útero e incluso las trompas [de Falopio]”, afirma el experto. 

Anatómicamente y en palabras del ginecólogo Lisardo Zunzunegui, esto se ve como un “bulto” que sobresale “entre los labios de la vulva”. En estos casos, es necesaria una “intervención quirúrgica para abrir un orificio en la parte central y drenar el contenido menstrual acumulado”, evitando así los “cuadros de dolor cíclico de tipo menstrual” que sufren las mujeres con el himen imperforado, explica Carmona. 

Algunas variedades de himen. Fuente: fotografia facilitada por Lisardo Zunzunegui.

Aunque haya casos en los que suceda, esta membrana no tiene por qué “romperse” necesariamente durante la penetración. En algunas ocasiones, “el himen es tan fino y/o tan elástico, que permite la penetración sin romperse”, afirma Carmona. 

De hecho, hay ciertas actividades de la vida cotidiana ajenas a la relación sexual con penetración que pueden provocar la ruptura de esta membrana: desde “la introducción de tampones” a la práctica de “ciertos deportes, como el ciclismo o la equitación”. También puede distenderse con la introducción de objetos “con forma de tubo”, explica Zunzunegui.

Por lo tanto, no se puede considerar el himen com una “prueba” fehaciente de que una mujer no haya mantenido relaciones sexuales con penetración. Según este mito, aquellas mujeres que se mantienen “vírgenes” no tienen orificios en esta membrana. Pero, como explica Carmona, “se puede haber roto por otra circunstancia no relacionada con el coito o puede permanecer íntegro a pesar de haber tenido una penetración durante el sexo”. Existen, además, intervenciones (conocida como himenoplastia) para “reparar un himen roto y que parezca íntegro”, afirma Zunzunegui.

No todas las mujeres sangran ni sienten dolor con la primera penetración vaginal

Otro de los mitos más extendidos sobre la pérdida de la “virginidad”, también relacionado con la supuesta “ruptura del himen”, es que las mujeres siempre sangran con la primera penetración vaginal. De hecho, en algunas culturas consideran que este sangrado es sinónimo de virginidad. Sin embargo, ambos expertos coinciden en que no tiene por qué pasarle a todas las mujeres.

Durante la penetración, el himen se puede distender o romper “resultando en un sangrado de poca cantidad”, explica Zunzunegui. Pau Zúñiga, médica general y divulgadora en redes sociales, explica que este sangrado también puede deberse a que “la vagina está más estrecha” por la falta de lubricación y el pene puede “lacerar las paredes vaginales” produciendo este sangrado.

Sin embargo, esto no siempre ocurre. “Muchas mujeres no tienen ningún sangrado ni dolor si su himen es muy elástico o tiene una gran abertura”, asegura Carmona. Así, este se adapta a la forma y tamaño del pene y vuelve a su posición tras la penetración, sin dejar rastro de lesiones atribuibles al acto sexual.

Tampoco es cierto que este sangrado siempre vaya acompañado de dolor o que todas las mujeres sientan dolor durante su primer coito. La rotura del himen (si es que se produce) “puede ser indolora”, asegura Amèlia Acera, ginecóloga y maldita que nos ha prestado sus superpoderes. 

No hay evidencia científica que demuestre que tras el primer encuentro sexual la mujer experimenta cambios físicos

También existe la falsa creencia de que el cuerpo de la mujer cambia después de la primera relación sexual con penetración: en teoría, se ensancharían las caderas, se separarían las piernas e incluso variaría la forma de caminar. Sin embargo, estas creencias no tienen base científica. Las únicas modificaciones anatómicas en estos casos son las relacionadas con la rotura del himen, si es que se produce. Según explica Carmona, “si el himen se ha roto, se aprecia una especie de discontinuidad” en esta membrana, pero es algo poco evidente y “difícil [de saber a ciencia cierta] en muchas ocasiones”.

La psicóloga sanitaria y sexóloga Irene Luceño explica en su canal de YouTube que se trata de un mito relacionado con la sexualidad de las mujeres y la falta de educación sexual. El cuerpo femenino “no cambia, no se dilata y no pierde su posición inicial ni su firmeza” después de la primera penetración, asegura.

Además, no hay estudios ni publicaciones científicas fundamentadas que relacionen de forma directa los cambios anatómicos de la mujer con un primer encuentro sexual con penetración. 

En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Josep Vicent Carmona y Lisardo Zunzunegui, ambos expertos en ginecología y obstetricia.

Y la maldita Amèlia Acera, ginecóloga, que forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.

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