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El verano le gusta a nuestro cerebro. Sin embargo, no deja de ser molesto para las personas con los ojos claros (sin gafas de sol), ya que la luz del sol les molesta más. ¿Por qué ocurre esto? Esta es una pregunta que nos habéis hecho a través de La Dudoteca, y la respuesta es que los ojos claros tienen menos melanina, un pigmento que nos protege de la radiación solar.
La cantidad de melanina determina el color de los ojos
El iris, la parte coloreada del ojo, tiene células con un pigmento llamado melanina. Conchi Lillo, profesora titular de la Facultad de Biología, investigadora de patologías visuales de la Universidad de Salamanca y maldita, explica en La Dudoteca cómo influye la melanina ocular en la protección frente al sol: “Las personas con ojos claros tienen poca melanina en estas células. De la misma forma que la melanina de la piel nos ayuda a protegernos de las radiaciones solares más peligrosas, a mayor cantidad de melanina en el iris, mayor protección frente la luz tendremos en los ojos.
Por eso, las personas con poca melanina en general (rubias y con tez y ojos claros) “suelen ser más sensibles a una exposición intensa de luz y son más intolerantes o están incómodas cuando hay mucha luminosidad”, añade Lillo. El oftalmólogo y maldito Rubén Pulido, añade: “En general, los ojos con más melanina (más oscuros) estarían más protegidos contra la radiación solar y aquellos con menos melanina (más claros) serían más sensibles a la misma y más propensos a sufrir molestias si se exponen a la misma”.
La melanina disminuye la fotofobia que puede producir la luz
Además de en el iris, también tenemos melanina en el fondo del ojo (epitelio pigmentario). Estas células protegen a los fotorreceptores, las células que responden a la luz y nos permiten ver, señala Lillo: “La melanina se encarga de absorber el exceso de luz que llega a nuestra retina, lo que ayuda a disminuir la fotofobia, la molestia ocular que se produce ante una iluminación excesiva”. El epitelio pigmentario también “reduce el daño acumulado que la exposición prolongada al exceso de luz produce en los fotorreceptores, un fenómeno llamado fotooxidación, por el cual los fotorreceptores se sobreestimulan y se genera una mayor cantidad de radicales libres y daño oxidativo”, concluye Conchi Lillo.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Conchi Lillo, experta en patologías visuales.
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