Darse ‘unos rayos’ para evitar quemaduras solares en nuestras próximas vacaciones no es recomendable: no existe el bronceado saludable, tampoco el conseguido entre cuatro paredes y unos cuantos fluorescentes. De hecho, ese tono dorado que nuestra piel adquiere tras la exposición a la radiación ultravioleta es consecuencia, en sí mismo, de que ya se ha producido en ella daño solar. “Nuestra piel intenta defenderse y protegerse del daño que produce la radiación ultravioleta generando un exceso de melanina”, explica a Maldita.es Andrea Allende, dermatóloga y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Como es de suponer, en la afirmación ‘ningún bronceado es saludable’ también se contempla el conseguido en máquinas de rayos UVA, consideradas carcinógenas. Aunque las sesiones de rayos UVA no suelen ser prolongadas (duran unos cuantos minutos), la radiación recibida es más intensa y concentrada, con lo que esto conlleva: a corto plazo, quemaduras en la piel; a medio-largo plazo, daños sobre las células cutáneas.
Estos últimos generan radicales libres que, a su vez, causan daños acumulativos en el ADN de las células: “La piel tiene memoria y todo ese daño que se va produciendo se va acumulando. Llega un momento en el que los daños en el ADN son tantos que se producen determinadas mutaciones, lo que predispone y aumenta el riesgo de cáncer cutáneo”, recuerda Allende.
Sobre el mito que recomienda tomar el sol poco a poco o ir a las cabinas de bronceado para preparar la piel para el verano, al tratarse, supuestamente, de un comportamiento preventivo y beneficioso para que el sol no produzca quemaduras en la piel: no, esto no es así. “Es cierto que las quemaduras se producen con las primeras exposiciones solares, pero este comportamiento no tiene ningún sentido: al final, consiste en generar un daño solar en la piel, primero con las cabinas de bronceado y luego, además, con la exposición al sol”.
Entre las medidas políticas que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) propone considerar, se incluye el “prohibir a los menores y disuadir a los adultos jóvenes de utilizar instalaciones de bronceado, para proteger a la población en general del posible riesgo adicional de melanoma y carcinoma de células escamosas”, en base a la solidez de la evidencia existente.
De hecho, estas cabinas ya están prohibidas en varios países tanto dentro (Francia) como fuera (Australia) de la Unión Europea. En España, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) advierte sobre el riesgo que supone su uso.
Este artículo forma parte del 218º consultorio de Maldita Ciencia.
Primera fecha de publicación de este artículo: 14/08/2023