Este miércoles 21 de febrero de 2024 está previsto que ‘regrese’ a la Tierra un satélite de 2.294 kilos lanzado al espacio por la Agencia Espacial Europea (ESA) en 1995: el Satélite Europeo de Detección Remota (ERS-2). El riesgo de que parte del satélite o de los desechos espaciales supongan daños en personas es mínimo: la ESA prevé que este caiga en el océano, tras haberse quemado la mayor parte al entrar en contacto con la atmósfera. Aclaramos los principales aspectos de esta caída de basura espacial en nuestro planeta.
¿Cuándo y dónde impactará el satélite?
Según la última actualización de la ESA, la reentrada a la Tierra del satélite ERS-2 tendrá lugar, con un margen de error de más de una hora, a las 16:41, hora peninsular española. Se espera que lo haga a unos 80 kilómetros de altura sobre el punto rojo del siguiente mapa, en algún punto del océano Pacífico (al oeste del continente americano).
Se prevé que será en ese punto, al entrar en la atmósfera, donde el satélite comenzará a fragmentarse. También que la mayor parte de este se quemará y que los trozos ‘supervivientes’ “se esparcirán de forma un tanto aleatoria” en un perímetro que abarca unos cientos de kilómetros de largo y unas decenas de kilómetros de ancho con respecto al punto de impacto. Algunos fragmentos podrían alcanzar la superficie de la Tierra, “donde con toda probabilidad caerán al océano”. “Ninguno de estos fragmentos contendrá sustancias tóxicas o radiactivas”, aclara la agencia espacial.
¿Cuál es el riesgo para las personas?
Debido a la zona deshabitada en que está previsto que caigan los restos, así como a la previsión de que la mayor parte del satélite se queme, según la ESA “los riesgos asociados son muy, muy bajos”.
Cada año, el riesgo de que una persona sea herida por basura espacial es inferior a uno entre 100.000 millones, lo que supone 65.000 veces menos probabilidades que las de ser alcanzado por un rayo y tres veces menos que el riesgo de ser alcanzado por un meteorito, según la ESA. O lo que es lo mismo, ser afectado por un viejo satélite espacial es más de un millón de veces menos probable que un décimo sea agraciado por el Gordo de la Lotería de Navidad.
¿Qué es el satélite ERS-2?
La ESA lanzó el satélite ERS-2 el 21 de abril de 1995 y se estima que pesa unos 2.294 kilogramos. Su misión fue observar la Tierra y, de hecho, recogió “gran cantidad de valiosos datos sobre la superficie terrestre, los océanos y los casquetes polares, y se le pidió que vigilara catástrofes naturales como graves inundaciones o terremotos en zonas remotas del planeta”, aclara la agencia. Su misión acabó en 2011, momento en el que fue sacado de órbita. Desde un inicio, la idea fue que este reentrase en la atmósfera terrestre. De esta forma, se evitarían colisiones en órbita con otros satélites y se mitigaría la creación de más basura espacial.
¿Por qué no es tan sencillo saber exactamente cuándo y dónde caerá?
La imprevisibilidad de las reentradas de estos objetos es consecuencia de la poca capacidad para prever la densidad de las capas relevantes de la atmósfera terrestre. Son estas capas las que producen la resistencia responsable de la caída de la órbita del satélite: cuanto más densas son, más resistencia generan y más rápido decae su órbita. Las previsiones de densidad dependen del modelo atmosférico que se utilice y de la impredecible actividad solar.