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En caso de sufrir un ictus, nosotros o alguien cercano, es fundamental reaccionar con rapidez para que el pronóstico sea lo mejor posible. Para eso, hay que saber cómo reconocerlo y qué hacer ante uno. El problema es que muchas veces circula y podemos toparnos con desinformación sobre esta enfermedad cerebrovascular que nos confunde, lo cual puede tener graves consecuencias físicas en nuestra salud.
Qué es un ictus, qué hacer frente a uno y cómo reconocerlo, tanto en hombres como en mujeres, porque podrían tener síntomas diferentes. Además, también os explicamos por qué la perspectiva de género en la medicina es crucial para la salud de las mujeres.
¿Qué es un ictus?
Un ictus ocurre cuando se bloquea el flujo de sangre en las arterias que nutren el cerebro, o cuando ocurre un sangrado en el cerebro mismo o en las membranas que lo rodean. En ese momento, la sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria y, como consecuencia, las células nerviosas no reciben oxígeno y dejan de funcionar. Al ictus también se le conoce como Accidente Cerebro Vascular (ACV).
El cerebro es un órgano extremadamente complejo que controla muchas funciones corporales, por lo que, si ocurre un ictus y el flujo de sangre no puede llegar a la región que controla una función corporal particular, esa parte del cuerpo no funcionará como debería.
Al ictus se le llama también coloquialmente infarto cerebral, y esa es precisamente la diferencia con un infarto a secas, que es el que ocurre cuando el flujo sanguíneo que trae oxígeno al músculo cardíaco se reduce o se corta severamente por completo. Esto sucede cuando las arterias coronarias que suministran el músculo cardíaco con flujo sanguíneo se estrechan a causa de una acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias.
¿Cuáles son los principales síntomas de un ictus? ¿Hay síntomas distintos en hombres y en mujeres?
Los síntomas del ictus pueden variar. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), los principales son: pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo; alteración en la percepción de estímulos y sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo; pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos; alteración repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha; desequilibrio, dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente y sensación de vértigo. La boca torcida también es otro síntoma al que podemos estar atentos.
Según la Asociación Americana del Corazón (AAC), pueden existir algunos síntomas del ictus distintos para mujeres y para hombres. Mientras que algunos de los síntomas pueden ocurrir en ambos sexos, las mujeres también pueden experimentar más señales generales de advertencia, como el debilitamiento general; la desorientación, confusión, o problemas de memoria; la fatiga, y las náuseas y vómitos.
“No es que las mujeres presenten síntomas diferentes de los hombres ante un ictus, sino que parece que es más frecuente detectar en ellas síntomas atípicos -que también pueden aparecer en hombres, por otro lado-”, explicó a Maldita.es Esther Samper, doctora en Ingeniería Tisular Cardiovascular. De todas maneras, la especialista aclaró que “el infradiagnóstico en mujeres y otros factores como la falta de estudios comparativos de elevada calidad complican saber con certeza las diferencias entre hombres y mujeres en la presentación del ictus”, por lo que se necesita más investigación al respecto.
¿Qué se debe hacer ante un ictus?
Aunque la gran mayoría de los pacientes que sufren un ictus suelen presentar una combinación de varios de estos síntomas, experimentar tan solo uno de ellos ya debe considerarse motivo de urgencia, como explicó la SEN en este artículo. Ante los primeros síntomas de ictus debe llamarse inmediatamente al 112 y no trasladar al paciente por medios propios al hospital o al centro de salud.
Dependiendo de si se trata de ictus isquémico o hemorrágico, las causas varían: el primero sucede cuando un coágulo de sangre bloquea un vaso sanguíneo del cerebro; el segundo, si uno de ellos se debilita y se rompe. Si alguna de estas situaciones ocurre, parte del cerebro muere, ya que deja de recibir el oxígeno y los nutrientes necesarios para que funcione correctamente.
Los factores de riesgo modificables para evitar el ictus isquémico son de dos tipos, señala la Federación Española del Ictus: por un lado, los factores de riesgo establecidos como la hipertensión, diabetes mellitus, tabaco, anemia falciforme y, por otro lado, factores como la obesidad, la inactividad física, la intolerancia a la glucosa y el alcoholismo.
Es posible disminuir el riesgo de que una persona tenga un ACV. Esto se logra con medidas preventivas generales como consumir alimentos saludables -poca carne, mucha fruta y verdura-, hacer ejercicio físico en forma regular, dormir bien y no fumar. Pero, de todos modos, y aunque se sigan todos los consejos, no es posible excluir totalmente la posibilidad de sufrir un ACV.
Otras medidas apropiadas para prevenir el ataque cerebral son tener valores de presión arterial y azúcar en sangre normales y realizar controles de salud anuales, verificar y controlar regularmente la hipertensión, los niveles elevados de colesterol y los niveles altos de azúcar o diabetes.
¿Por qué es importante conocer la diferencia de síntomas entre hombres y mujeres? ¿Qué importancia tiene la medicina con perspectiva de género?
Según cifras de la AAC, el ictus es la tercera causa de muerte en mujeres y mata a más mujeres que hombres: una de cada cinco mujeres tendrá un ataque o derrame cerebral. En España, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021 las enfermedades cerebrovasculares fueron la segunda causa de muerte más frecuente entre las mujeres (13.854).
Además, de acuerdo a la asociación estadounidense, el embarazo, la preeclampsia (un trastorno hipertensivo que puede ocurrir durante el embarazo y el posparto), o tomar pastillas anticonceptivas puede aumentar el riesgo de tener un ictus: “Si bien la presión arterial alta no está directamente relacionada con el género, a lo largo de la vida de una mujer, el embarazo, la prevención del embarazo y la menopausia pueden aumentar el riesgo de desarrollar presión arterial alta”.
Como decíamos, según la AAC, algunos de los síntomas generales que a veces experimentan las mujeres cuando padecen un ictus pueden ser muy sutiles y pasar desapercibidos, retrasando el diagnóstico y el tratamiento de la paciente, empeorando el pronóstico.
Como ya hemos explicado desde Maldita.es, hay evidencia de que tradicionalmente la ciencia ha probado los fármacos mayoritariamente en hombres y animales macho, y eso repercute en la salud de las mujeres.
También hay evidencia de que los ensayos clínicos de tratamientos y medicamentos recetados a los hombres y las mujeres han sido sesgados a lo largo de la historia, con la participación mayoritaria de los hombres. Por ejemplo, esto se ha visto en estudios cardiológicos o neurológicos.
Pero es un error suponer que las mujeres y los hombres perciben la enfermedad y reaccionan a los medicamentos de la misma manera, porque hay evidencias de que hombres y mujeres responden de forma diferente a los tratamientos farmacológicos, según diversos estudios. Este sesgo de la investigación tiene efectos en la salud de las mujeres.
Por eso la medicina con perspectiva de género es importante. Gracias a la investigación científica con visión de género se sabe que las mujeres que fuman tiene entre un 20% y un 70% más de probabilidad de tener cáncer de pulmón que los hombres que fuman el mismo número de cigarros, y que las mujeres que acuden a tratamiento para el abuso de drogas tienen del doble al triple de probabilidades de sufrir también estrés postraumático que los hombres. Las mujeres también tienen unas 10 veces más probabilidades de contraer el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) que los hombres durante relaciones sexuales sin protección. Además, padecen más dolor, en mayor intensidad, con más frecuencia, en más partes del cuerpo y con una duración mayor que los hombres.
Primera fecha de publicación de este artículo: 09/03/2023
