Los truenos y las DANA pueden ser muy disruptivos en nuestras vidas. Sobre todo si tenemos brontofobia, es decir, miedo o fobia a las tormentas. Si es tu caso y te genera un sufrimiento extremo, te explicamos a qué se puede deber y qué cosas puedes hacer para reducirlo.
Es sano tener miedo a los peligros pero la fobia ya es un trastorno
Como aclara la psicóloga clínica Aurora Gómez Delgado “tener miedo a las cosas potencialmente peligrosas es normal, sano y adaptativo. Si no tuviéramos miedo a cosas peligrosas, no tomaríamos precauciones, moriríamos y nuestros genes ‘sin miedo’ no se heredarían”. De hecho, aclara la psicóloga, los casos donde se ve gente sin miedo a nada son poco frecuentes y pueden indicar patología.
Pero lo que diferencia un miedo de una fobia es que “ya es algo patológico, la intensidad y duración del sufrimiento suelen ser muy extremos. Cuando tenemos fobia a algo, lo normal es evitarlo. Y al no exponernos a ese estímulo, acabamos agravando el problema”, añade Gómez.
De esta forma, la brontofobia es un trastorno de ansiedad incluido dentro de las fobias simples o específicas: un temor irracional a un estímulo o situación concreta, señala a Maldita.es Vanesa Fernández, psicóloga y profesora en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid.
Fobias adquiridas a través del aprendizaje
Las causas detrás de esta fobia a las tormentas están relacionadas con el aprendizaje. Una forma de adquirirla es por una experiencia desagradable directamente relacionada con una tormenta que hemos vivido en primera persona. Otra vía es por aprendizaje por observación o vicario: se adquiere de forma indirecta cuando observamos o conocemos situaciones traumáticas relacionadas con las tormentas, como ocurre con el miedo a volar, señala Fernández.
Y la fobia se mantiene debido a que la conducta de evitación genera un alivio de la ansiedad pero impide desarrollar una estrategia para hacerle frente, añade la psicóloga.
Fácilmente tratable con terapia psicológica
El tratamiento más eficaz para las fobias es la terapia conductiva-conductual que enseña a la persona técnicas de relajación y hace una exposición controlada y gradual a la causa de ese temor, aclaran las dos expertas.
Esta exposición controlada consiste en ir presentando partes del estímulo, en un contexto seguro y con gente de confianza mientras se observa la respuesta emocional. Cuando la persona va comprobando que sus peores temores no se cumplen, el vínculo estímulo-respuesta (tormenta-miedo) va disminuyendo, aclara Gómez.
Un ejemplo sería enseñar una imagen de una tormenta, luego un vídeo y después un vídeo con audio acompañado con técnicas para disminuir la ansiedad. “El miedo sólo se puede superar afrontándolo exponiéndose a la situación” con ayuda terapéutica, concluye Fernádez.
Primera fecha de publicación de este artículo: 03/09/2021