“Un golpe en los testículos equivale a 9.000 en escala de dolor, similar a 160 partos y quebrarse 3.200 huesos a la vez". Se ha hecho viral una imagen con esta comparativa para, supuestamente, dar a entender cuánto duele un golpe en los testículos. Pero, ¿pueden compararse dolores distintos? Es más, ¿se puede comparar el dolor, en general?
Según los expertos consultados por Maldita.es, no hay ningún estudio que compare el dolor por un golpe en los testículos con otro tipo de dolor. Además, aseguran que el dolor es subjetivo y resultado de una suma de varios factores.
La escala para medir el dolor va de 0 a 10
El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable que, según Ana Peiró, médica farmacóloga, médica asistencial en dolor y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, “integra aspectos bio-psico-sociales”. Es decir, se trata de “la suma de muchos factores” y es “complicado tener un control para compararlos” entre ellos.
El texto afirma que un golpe en los testículos equivale a 9.000 en escala de dolor, pero esto “no existe”, como señala Peiró. La técnica que se utiliza para cuantificar el dolor y poder valorarlo es la escala visual analógica (EVA). Rodrigo García-Baquero, miembro de la Asociación Española de Urología (AEU), cuenta a Maldita.es que en ella “el paciente puntúa de cero al 10 el dolor que experimenta”, siendo cero la ausencia de dolor y 10 el dolor máximo imaginable por el paciente.
No se puede comparar el dolor de una patada en los testículos con el de un parto o un hueso roto
Además, el texto compara el dolor de esa patada al de “quebrarse 3.200 huesos a la vez” y tener “160 partos”, algo que científicamente no puede comprobarse porque nadie puede romperse 3.200 huesos a la vez (el cuerpo solo tiene 206) ni va a experimentar 160 partos. García-Baquero asegura que “no existe ningún estudio que compare el dolor testicular generado por un traumatismo con dolores por otras causas”.
El experto incide en que el dolor es una sensación subjetiva, y que sería necesario que una persona experimentara las diferentes situaciones a comparar para poder hacer una comparación ‘fiable’ sobre el dolor que causan. De hecho, aun así sería una situación compleja de estudiar (no sería suficiente con la información procedente de un solo participante y, de nuevo, se trata de una sensación subjetiva).
¿Por qué duele un parto y un golpe en los testículos?
Independientemente de que sea comparable con otro tipo de dolor, ¿por qué se habla tanto del que resulta de un golpe en los testículos?¿A qué se debe que sea tan intenso? La respuesta, según Peiró, está en los receptores del dolor, los llamados nociceptores, que se encuentran en gran cantidad en los testículos: “Son terminaciones nerviosas libres no encapsuladas” que se encuentran “en la epidermis (la capa exterior de la piel) y en las estructuras sensibles profundas”, aclara la experta. “La región genital es una región con una gran densidad de terminaciones nerviosas, en parte, porque constituyen la base del eje funcional de la sexualidad y la reproducción del varón”, añade García-Baquero.
Además, los testículos no están protegidos por ningún hueso o músculo y se encuentran en suspensión, otro factor por el que los testículos son especialmente sensibles a cualquier agresión. De hecho, un golpe en la zona no sólo provoca dolor , sino también lo que se denomina “cortejo vegetativo”, situación que se caracteriza por “náuseas, vómitos, sensación de inestabilidad, e incluso pérdida de conocimiento”.
¿Qué ocurre en el caso del parto? En primer lugar, como cuenta en The Conversation A. Victoria de Andrés Fernández, profesora titular en el Departamento de Biología Animal en la Universidad de Málaga, la cabeza del futuro recién nacido presiona sobre los músculos del útero y produce una falta de oxígeno que provoca dolor. A esto se suma el que genera las distensiones del peritoneo visceral (las capas de tejido que cubren la superficie de la mayoría de los órganos del abdomen) y el suelo pélvico.
Según De Andrés, el parto implica uno de los dolores más intensos que existen en la naturaleza. “Tanto es así que llegó a poner en jaque la propia supervivencia de nuestro linaje evolutivo y casi impidió que llegáramos a existir como especie”. Puedes leer más sobre este tema en The Conversation.
Aún así, los expertos insisten en que, para estudiar el dolor, se suele comparar el mismo sujeto o a un conjunto de sujetos similares “antes o después de la intervención”.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Ana Peiró, médica farmacóloga y médica asistencial en dolor.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 29/06/2023