“Arcturus, la nueva variante de COVID-19 altamente contagiosa y con un nuevo síntoma: ahora ataca los ojos”. Un vídeo que circula en redes indica que la subvariante de ómicron XBB.1.16 produce picor y enrojecimiento en los ojos, síntomas parecidos a la conjuntivitis.
Si bien es cierto que hay casos de personas con esta versión de ómicron que han experimentado conjuntivitis, hacen falta más investigaciones para saber de qué forma podría afectar a los ojos, si es que lo hace de manera distintiva. Además, la conjuntivitis ya era un posible síntoma de COVID-19 antes de que apareciera XBB.1.16, y no hay evidencia de que esta variedad del virus cause una enfermedad más grave. Explicamos en profundidad qué sabemos sobre esta subvariante.
Qué es exactamente XBB y XBB.1.16: un híbrido de dos subvariantes de ómicron
XBB es el nombre que recibe un sublinaje dentro de la variante ómicron. Para explicarlo con más detalle: imaginemos un árbol genealógico a partir de la variante ómicron de COVID-19. Aquí, XBB sería una de las ramas de este árbol, ‘hija’ de las subvariantes BA.2.10.1 y BA.2.75, al intercambiar entre ellas su material genético, explica en The Conversation Victoria Easton, viróloga de la Universidad de Leeds (Reino Unido).
Así, XBB.1.16 es un linaje que desciende de XBB, como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS). Fue detectada por primera vez el 9 de enero de 2023 y designada como variante de interés —que llama la atención a la comunidad científica— el 17 de abril.
“Arcturus” es el nombre con el que algunos medios se están refiriendo coloquialmente a XBB.1.16, pero no se trata del nombre ‘oficial’ ni está designado bajo criterios científicos, como sí lo están las variantes de COVID-19 ómicron y delta, por ejemplo.
XBB.1.16 se ha notificado por al menos 58 países
Según un informe de la OMS, hasta el 7 de mayo se han secuenciado 11.857 casos en 58 países. En un informe previo de abril, este organismo indicaba que la mayoría de casos se habían reportado desde India (el 63,4% del total de secuenciaciones), Estados Unidos (10,9%), Singapur (6,9%), Australia (3,9%), Canadá (2,6%), Brunei (2,4%), Japón (2%) y Reino Unido (2,1%).
Manal Mohammed, profesora de Microbiología Médica en la Universidad de Westminster (Inglaterra), explica en The Conversation que “es importante tener en cuenta que sólo una pequeña parte de las infecciones por COVID se someten a secuenciación genética”, por lo que es probable que haya muchos más casos de esta subvariante.
“XBB.1.16 tiene una mutación en la proteína de la espícula que lo hace muy contagioso, por lo que se propaga rápidamente”, explica William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas y profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville (Estados Unidos), a Self.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, siglas en inglés) indican que del 14 al 27 de mayo, XBB.1.16 representaba aproximadamente el 15,1% de todos los casos de COVID-19 en Estados Unidos.
No hay evidencia de que cause una enfermedad más grave
La OMS afirma que la enfermedad causada por XBB.1.16 no parece ser más grave que la de las variantes que circulaban anteriormente: “La información disponible no sugiere que XBB.1.16 tenga un riesgo adicional para la salud pública en relación con los demás linajes descendientes de ómicron que circulan actualmente”.
Por otro parte, indican que XBB.1.16 “puede llegar a ser dominante en algunos países y causar un aumento de la incidencia de casos debido a su ventaja de crecimiento —puede transmitirse a más gente y, por tanto, generar más casos de COVID-19— y a sus características de escape inmunitario —ignorar algunas defensa del sistema inmune que protegen de la infección—”.
Maria Van Kerkhove, directora técnica de COVID-19 de la OMS, también señala que “no se ha detectado un cambio en la gravedad en los individuos o en las poblaciones”.
Growth advantage & immune escape are observed for XBB.1.16, incl in countries where XBB.1.5 has become dominant recently.
— Maria Van Kerkhove (@mvankerkhove) April 21, 2023
No changes in severity have been reported, and can cause full range of disease. Be vigilant.
Updated tables with risk assessment ⬇️https://t.co/VNvjJn8Xcv
Un estudio aún no revisado por pares publicado el 26 de abril de 2023 concluye que las características clínicas de los afectados por la variante XBB.1.16 y por otras variantes de ómicron circulantes fueron similares.
¿Puede XBB.1.16 causar conjuntivitis?
Los síntomas típicos de COVID-19 incluyen fiebre, tos, secreción nasal y pérdida del sentido del gusto o del olfato. Sin embargo, explica Mohammed, “médicos en India informaron de síntomas de conjuntivitis en niños afectados por esta subvariante, que generalmente no se habían visto en olas anteriores de COVID-19”. Otros profesionales de salud, como la neumóloga Namrata Jassani o el pediatra Vipin M. Vashishtha, también han reportado que algunos bebés con COVID-19 presentan conjuntivitis.
Según explica Schaffner, parece que la conjuntivitis se reporta más en casos con esta subvariante, aunque recuerda que no es raro que cualquier virus, incluido la COVID-19, cause conjuntivitis. Hacen falta más estudios para saber con precisión de qué forma afecta esta subvariante a los ojos, si es que lo hace de manera distintiva respecto a otros linajes de ómicron.
La Academia Estadounidense de Oftalmología indica que la conjuntivitis puede ser un síntoma de COVID-19 en los niños. Thomas Steinemann, portavoz de este organismo, cuenta a The Washington Post que "aunque el coronavirus podría causar conjuntivitis, otros virus o alergias oculares son los culpables más probables”. “La mayoría de las conjuntivitis no son COVID", precisa.
Además, ya había trabajos previos a la aparición de XBB.1.16 (como este de agosto de 2021) donde aparecían que algunos pacientes únicamente presentaban conjuntivitis como síntoma de COVID-19, aunque esto se considera “raro”.
Qué se sabe de la efectividad de las vacunas frente a XBB.1.16
La OMS reconoce que es demasiado pronto para conocer la efectividad de las vacunas contra la COVID-19 ante esta subvariante porque hay muy pocos trabajos científicos que hayan evaluado esto.
Como ejemplo, un trabajo científico de enero de 2023 indica que las subvariantes XBB (no solo 1.16, sino todas las que están en esta ‘rama’ de ómicron) tienen cierta capacidad de escape inmunitario.
Pero esto no quiere decir que las vacunas no sean efectivas. De hecho, algunas expertas como Mohammed apuntan que es probable que las vacunas actuales frente a la COVID-19 ofrezcan una buena protección contra la enfermedad grave causada por XBB.1.16.