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Después de responder cuántas veces es normal darse placer sexual a uno mismo, otra de las dudas típicas que responden los profesionales de la sexología es a qué edad es normal empezar a masturbarse.
En primer lugar tenemos que decir que lo “normal”, en ciencia, puede significar muchas cosas. Tal y como explican las autoras de un estudio sobre masturbación infantil del que hablaremos más adelante, lo normal puede ser lo estadísticamente común, cuando algo ocurre de manera recurrente en la población; puede ser lo saludable o aquello que no es dañino o perjudicial; o lo normativo, que está aceptado social y culturalmente.
Con datos estadísticos en la mano, sabemos que la edad media a la que dicen los españoles haberse masturbado por primera vez es de 13,5 años en hombres y 16,2 en mujeres, según un sondeo de 2019. Pero esto no es más que eso, una estadística. Empezar a masturbarse antes, o después, de esa edad ni es raro ni es perjudicial de ninguna manera.
La respuesta completa es que la autoexploración sexual es una práctica que se puede iniciar en todas las edades, antes incluso de la edad media que reflejan las estadísticas, y que la literatura científica considera el inicio de la masturbación un comportamiento normal, independientemente de la etapa de la infancia en la que ocurra.
Lo que dicen las estadísticas: la primera masturbación consciente se da en la adolescencia
Una manera de saber si es común la edad a la que comienza a masturbarse una persona es compararla con las estadísticas disponibles. En este sentido, el Barómetro del Autoplacer, un sondeo de la empresa de juguetes sexuales Tenga publicado en 2019, dice que la media de edad en España de la primera masturbación es a los 14,8 años. En hombres, es a los 13,5 años; y en mujeres, a los 16,2 (página 6).
Este sondeo representa la media de 1.012 respuestas de españoles de entre 18 y 54 años (49% de ellas, de mujeres).
Un trabajo científico publicado en 2011 exploró, con metodología diferente a la encuesta, las tendencias de masturbación en adolescentes estadounidenses (de 14 a 17 años). Según ese trabajo, a la edad de 14 años, el 62,6% de los hombres y el 43,4% de las mujeres se han masturbado alguna vez en su vida; a los 17, esta práctica ha sido realizada por el 80% de los hombres y el 58% de las mujeres. Además de confirmar que, estadísticamente, la masturbación ocurre en la adolescencia, el estudio concluye que esta práctica “forma parte del desarrollo sexual normal”.
El ‘problema’ de estos trabajos es que se basan en la percepción de a qué edad recuerdan haberse masturbado de forma consciente por primera vez las personas entrevistadas, pero no revela si esa fue realmente la primera vez que se autoexploraron para darse placer —porque no lo recuerden con exactitud o porque practicaban algo que no consideraban masturbación— ni si es un comportamiento normal. Estadísticamente, sí se puede ver que es una práctica muy común.
¿Cómo se puede saber si era una masturbación consciente o no? Irene Martínez Cuevas, psicóloga, especialista en sexología y no-monogamias y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, apuntó en la Twitchería sobre el onanismo que definir ambos términos es difícil. “Hay gente que valora y recuerda su primera experiencia solamente cuando estaba solo en casa, o cuando encontró una práctica que les da gusto”, precisa. Por ejemplo, un niño que se autoexplora y descubre algo que le da placer se estaría masturbando, pero podría no ser consciente de ello ni recordarlo más adelante como la primera vez que lo hizo.
Lo que dice la literatura científica: la masturbación puede ocurrir a todas las edades, incluso antes de la adolescencia
A pesar de que la estadística puede arrojar una cifra sobre a qué edad es mayoritario haberse masturbado, esto no revela nada sobre si es normal o no.
Para ilustrar la normalidad de esta práctica sexual, Martínez cuenta que existen bastantes trabajos científicos (por ejemplo, en 1987, en 1996, en 2016) en los que se distingue a fetos tocándose los genitales en el útero y haciendo movimientos “repetitivos, como si fueran de masturbación”. Obviamente, esto no son masturbaciones conscientes ni nadie responderá que su primera masturbación fue a las 15 semanas de gestación.
Una revisión publicada en 2008 aborda toda la literatura sobre la masturbación infantil, un fenómeno —dicen las autoras, a las que nos referíamos al inicio de este artículo— que se ha vinculado históricamente a un comportamiento sexual negativo o anormal o incluso como diagnóstico de otros síntomas como dolor abdominal o epilepsia.
De esta revisión de estudios científicos se extraen muchas cosas interesantes, como que la masturbación infantil no suele ocurrir con estimulación manual (más bien se define por seis características, como posturas determinadas, duración variable del episodio o sin que exista una alteración de la conciencia), que la falta de conocimiento de los profesionales médicos sobre este asunto puede generar ansiedad en las familias e “investigaciones innecesarias” en niñas y niños y que estos episodios finalizan cuando la criatura se distrae, por lo que se recomienda a las familias que causen alguna distracción o simplemente ignoren el comportamiento.
Lo más relevante y que se destaca en todo el texto científico, es que la masturbación infantil ocurre. ¿Eso significa que es normal? “Debemos aclarar que la definición de un comportamiento sexual normal depende del contexto social, cultural y familiar. Por ejemplo, la masturbación infantil en público en un niño pequeño puede considerarse normal, pero no en una persona de 12 años porque ya debería haber aprendido las normas culturales”, exponen las autoras.
Otra revisión de literatura científica, publicada en 2012, aclara desde la primera línea que la autoexploración y la masturbación “es una parte normal del desarrollo infantil”. “El 90-94% de los hombres y el 50-60% de las mujeres recuerdan haber tenido algún comportamiento de masturbación durante su infancia”.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes Irene Martínez Cuevas, psicóloga experta en sexología.
Irene Martínez Cuevas forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es en colaboración con FECYT que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.
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