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Ya no nos extraña oír hablar de útiles de higiene femenina reutilizables, como la copa menstrual. De hecho, esta se ha popularizado a gran velocidad durante los últimos años. Ahora bien, con la irrupción en el mercado de una alternativa a compresas, salvaslips y tampones, artículos desechables y ‘de toda la vida’, también han surgido preguntas. Por ejemplo, si hablamos de salud, ¿es preferible utilizar unos (desechables) frente a otros (reutilizables)? ¿E interfieren de alguna forma en la aparición o intensidad del dolor menstrual?
Lo cierto es que no hay evidencia de que un tipo de producto sea mejor o peor que el otro: en caso de haberlas, las posibles consecuencias negativas asociadas al uso de ambos, como el síndrome del shock tóxico, son similares. Por otro lado y según los expertos consultados por Maldita.es, es poco probable que un producto cause o influya, por sí solo, en el dolor, siempre y cuando se utilice correctamente. Lo verdaderamente importante en este contexto es prestar atención al mantenimiento de una higiene adecuada.
No hay evidencias de que el uso de tampones (ni ningún otro producto de higiene femenina) haga las reglas más dolorosas
Según los expertos consultados por Maldita.es, no hay evidencia de que los productos de higiene femenina no reutilizables se relacionen con un mayor dolor menstrual que los que se pueden volver a usar, siempre que se coloquen y utilicen correctamente. Tampoco de que sean más perjudiciales para la salud.
“Existen pocos estudios que comparen específicamente los riesgos de los productos desechables (tampones, compresas) y los de los productos reutilizables (principalmente la copa). En concreto, no hay ninguno que compare [la existencia o intensidad de] el dolor menstrual, la dismenorrea, entre las usuarias de un producto u otro”, explica a Maldita.es Alejandro Correa Paris, ginecólogo e investigador en HIRU (Health Independent Research United, por sus siglas en inglés) y maldito que nos ha prestado sus superpoderes.
En opinión del experto, es poco probable que el producto en sí influya en el dolor, ya que “los factores asociados con la dismenorrea son muchos, y la mayoría son características fisiológicas o variables biológicas, como antecedentes médicos o la edad de la primera regla, mientras que la elección del producto para la higiene menstrual depende de la preferencia personal de cada persona y de factores socio-culturales, que no tienen ninguna relación directa con el dolor menstrual”.
La explicación, añade, es que la función de los productos de higiene menstrual es recoger el fluido cuando ya está en la vagina. De ahí que, en personas con útero y sin malformaciones genitales, no haya ninguna teoría lógica plausible que pueda explicar que un producto provoque más dolor que otro.
Xusa Sanz, maldita y enfermera experta en salud menstrual, coincide con Correa y explica que “no hay absolutamente ninguna evidencia de que los productos de higiene no reutilizables produzcan más dismenorrea que los reutilizables”. En caso de dolor por el uso de uno u otro tipo de producto, la recomendación es acudir a un profesional sanitario que estudie el caso y descarte posibles causas. Es probable que estos dolores no sean consecuencia del uso de tampones o de una copa menstrual (repetimos: si están bien colocados), sino de otro problema de salud.
Usar una copa menstrual puede reducir la posibilidad de infecciones vaginales, pero no de síndrome de shock tóxico
Es cierto que ambos productos, tanto los tampones como las copas menstruales, pueden causar, además de infecciones leves, lo que se conoce como síndrome del shock tóxico, una complicación grave y poco frecuente de ciertos tipos de infecciones bacterianas, como explicó Irene Suárez, farmacéutica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, en este artículo. Ocurre al mantener una acumulación de sangre en la vagina durante un tiempo prolongado, lo que facilita que un tipo de bacteria, los estafilococos, proliferen. Las consecuencias físicas derivadas del síndrome del shock tóxico son bastante bruscas y repentinas: puede generar malestar general, fiebre alta, tensión arterial baja, molestias gastrointestinales, dolor de cabeza y confusión. En determinados casos, puede ser mortal.
Actualmente, no se dispone de literatura científica suficiente para comparar la probabilidad de que esta situación ocurra en función del producto de higiene menstrual utilizado. A lo que apunta la evidencia científica como principal factor a tener en cuenta, independientemente de la elección entre compresa/tampón y copa menstrual, es una higiene adecuada.
En este sentido, los especialistas coinciden en que la copa menstrual sí puede considerarse “algo más higiénica”: “Hay estudios que han reportado que la copa disminuye la tasa de infecciones vaginales como la vaginosis bacteriana, en comparación con compresas o tampones”, señala Correa. Sanz también indica que la copa es más ‘amable’ y respetuosa con las condiciones vaginales, dado que no absorbe la humedad de la zona, como sí ocurre con el tampón.
En cualquier caso, Correa aclara que no hay diferencia en la tasa de síndrome de shock tóxico entre productos desechables y no desechables: la probabilidad de que ocurra es similar en ambos casos. “La copa es segura y tiene ventajas sobre los productos desechables: afecta menos al medio ambiente, a la salud vaginal y a la economía de las personas que menstrúan. Pero esto no significa que los productos desechables sean nocivos para la salud o tengan efectos negativos”, agrega el experto.
En la misma línea, Pablo Tobias, también ginecólogo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, explica que, teniendo en cuenta la baja incidencia del síndrome de shock tóxico, harían falta muestras muy grandes para hallar diferencias importantes entre los productos desechables y no desechables. Se estima que la prevalencia mundial es de un caso por cada 30.000 personas. Es decir, es poco probable que ocurra.
Además, actualmente, menos de la mitad de los casos se relacionan con el uso de productos de higiene femenina. El resto están vinculados a causas como infecciones cutáneas, quemaduras o cortes.
Lo más importante es mantener la higiene y cambiar el tampón, la compresa o la copa con frecuencia
La higiene durante la menstruación es la clave para evitar cualquier tipo de infección. En relación a los tampones, los especialistas recomiendan no mantener el mismo durante mucho tiempo, sino cambiarlo frecuentemente (de cuatro a ocho horas, según este artículo de la Clínica Mayo). Respecto a la copa menstrual, es recomendable no llevarla puesta más de entre ocho y 12 horas seguidas y extremar las medidas higiénicas al máximo.
Lavarse bien las manos antes y después de colocarse el producto, elegir aquellos con menor nivel de absorción y alternarlos con toallas higiénicas son otras de las formas de prevenir complicaciones.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes Alejandro Correa Paris, especialista en ginecología y obstetricia; Xusa Sanz, enfermera experta en salud menstrual y Pablo Tobias, también ginecólogo.
Xusa Sanz forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es en colaboración con FECYT que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.
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