Cambiarse el color de ojos se ha convertido en el último retoque de cirugía estética que está de moda en TikTok. La influencer española Daniela Requena decidió operarse para cambiar el color de sus ojos, de marrón a azul, y lo contó en su perfil: “Este es el resultado de mi operación de cambio de color de ojos 48 horas después. No hay filtro. Ojos ya para siempre azules”. La publicación se ha vuelto viral, con más de 300.000 visualizaciones –a 8 de marzo–, y han sido muchos los especialistas que han alertado del peligro que supone esta intervención. Las consecuencias, dicen los expertos consultados por Maldita.es, pueden ser perjudiciales: desde cuadros graves de glaucoma –enfermedad que daña el nervio óptico del ojo–, hasta descompensación corneal –pérdida de transparencia en la córnea–, cataratas o, incluso, ceguera.
¿A qué se debe el color de nuestros ojos?
El color de nuestros ojos, explica el oftalmólogo y maldito Rubén Pulido, está determinado por el color del iris (la parte coloreada del ojo que tiene en su centro un orificio, la pupila). Este está determinado por diferentes factores, como la genética, la exposición al sol o la edad: “Estos factores determinarán la cantidad de melanina, un pigmento que está en la piel y en el interior de los ojos y que nos protege ante la exposición a la luz solar”.
El experto aclara que, a mayor cantidad de melanina y cuanto más activada se encuentre ésta por la luz solar, más oscuro se verá el iris. A la inversa, se verá más claro, pudiendo colorearse de todo un rango de tonalidades desde el celeste claro hasta el marrón oscuro, pasando por diferentes tonos de verde, ámbar, y marrón.
¿Se puede cambiar el color de nuestros ojos?
Pulido señala que el color de nuestros ojos se puede cambiar a través de diferentes medios: “Los principales son el uso de prótesis, como lentes de contacto pigmentadas (lentillas); los iris artificiales, generalmente de silicona, que se implantan dentro de los ojos; y la aplicación de diferentes tipos de láseres, que producen básicamente una atrofia del iris con el fin de eliminar los gránulos de melanina y disminuir de esta manera el grado de pigmentación del tejido, o bien lo tintan”.
En principio, el uso de lentes de contacto es, para el experto, el método menos arriesgado: “Eso sí, no es inocuo y debe realizarse cumpliendo con las normas de higiene y control médico que se necesitan para hacer uso de estas lentes”.
Por otro lado, los implantes de iris artificiales se aplican a través de una cirugía en la que se abre el ojo y en la que existe riesgo de infección: “Se implanta un elemento extraño en un lugar en el que puede producirse inflamación, glaucoma por obstrucción de la salida de humor acuoso –líquido que se encuentra en el interior del ojo que ayuda a mantener su estructura y a controlar la presión ocular– o descompensación corneal –que puede terminar en un trasplante, en cataratas y en uveítis, un tipo de inflamación ocular–”.
La despigmentación, que consiste en un tratamiento con láser para reducir el pigmento (el color) del iris, produce la destrucción del tejido de esta parte del ojo, además de dispersión del pigmento –elimina el pigmento propio de ojo, es decir, reduce su color– y la posibilidad de cuadros graves de glaucoma, uveítis y cataratas. “No es un procedimiento recomendado por las sociedades científicas de oftalmología. Es irreversible. Sin embargo, hay quienes lo realizan contra toda recomendación y evidencia”, zanja Pulido.
Por último, la queratopigmentación, que es la técnica utilizada en el caso de la influencer española. El doctor José Antonio Gegúndez, oftalmólogo y vicesecretario de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), explica a Maldita.es que esta técnica consiste en cambiar el color de la córnea: “La córnea es transparente. Lo que se hace a través de este proceso es aplicarle una especie de tatuaje, (respetando la zona central, donde está la pupila) tiñéndola de diferentes colores”. Tampoco se ha demostrado que este método sea seguro, dice Gegúndez.
La queratopigmentación, riesgos y consecuencias
El vicesecretario de la SEO señala que la pigmentación de la córnea produce diferentes problemas. Por un lado, dificulta las exploraciones médicas del interior del ojo: “La córnea es transparente y a través de ella vemos las estructuras del interior del ojo”. También, hace más compleja la detección de posibles glaucomas o desprendimientos de retina.
Se trata de un método que, además, es permanente. El pigmento que se introduce en el interior de la córnea no es reversible. Gegúndez insiste: “No se ha demostrado que esta técnica sea segura sobre la córnea”.
La Academia Estadounidense de Oftalmología (AAO, por sus siglas en inglés) advierte de que esta técnica comporta “altos riesgos de seguridad” e insiste en que el procedimiento debe seguir sometiéndose a pruebas clínicas en Estados Unidos. Según explicaba su portavoz clínico, Ivan Schwab, en Vision Center, uno de los principales problemas es que “no sabemos lo suficiente sobre el procedimiento para decidir si causará o no problemas como el glaucoma en el futuro”.
Sin embargo, no todos los expertos apuntan en la misma dirección. El doctor y profesor Jorge Alió, catedrático en Oftalmología de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, defiende en un comunicado, al que ha tenido acceso Maldita.es, que la técnica de queratopigmentación es una técnica avalada por una investigación científica de más de diez años.
La queratopigmentación es la técnica más estudiada antes de ser introducida en la práctica clínica, según Alió. Aunque se introdujo hace siglos, “se ha desarrollado recientemente, reportando niveles adecuados de seguridad y eficacia”, explica el catedrático, que añade que los resultados cosméticos de este procedimiento, a medio y largo plazo, así como la satisfacción del paciente han sido objeto de informes recientes.
“El nivel de evidencia disponible sugiere que la queratopigmentación cosmética es la mejor opción quirúrgica respaldada por evidencia para los pacientes que buscan un cambio de color de ojos cosmético permanente”, subraya el experto. Por otro lado, incide en que “se necesita” investigación adicional para “optimizar” los resultados, “minimizar” las complicaciones postoperatorias y desarrollar aún más nuevas alternativas quirúrgicas.
Gegúndez resalta que puede haber experiencias avaladas por algún grupo, pero que esos niveles de evidencia científica son bajos: “La ciencia se basa, sobre todo sus decisiones, en las técnicas, métodos y tratamientos que aplica en grandes estudios, estudios clínicos multicéntricos que estén bien diseñados y que analicen bien la seguridad y la eficacia de todos los procedimientos”. Esta técnica carece, dice el experto, de la aprobación de la comunidad científica.
Cambiarse el color de ojos, la operación viral en TikTok
El caso de Daniela Requena no es el único publicado en la red social. Otros usuarios también han utilizado su perfil para hablar de cómo está siendo su experiencia con estas técnicas: “Sabías que puedes cambiar el color de tus ojos? Mis ojos eran oscuros, pero quise cambiarlos a verdes. Fue muy rápido y no dolió (sic)”. En otro perfil, una usuaria muestra su proceso para cambiar el color de sus ojos de marrón avellana a verde.
La viralidad de estos contenidos y la falta de concienciación sobre sus riesgos ha hecho que diferentes profesionales de la salud los aborden a través de sus cuentas de TikTok. El oftalmólogo Antonio Villareal alertaba en su perfil en la red social que estas técnicas “ponen en riesgo nuestra visión”. Eva Ruiz, estudiante de óptica y optometría, explica en un vídeo que estás técnicas son “una barbaridad para nuestros ojos” y añade que, a la larga, estas técnicas pueden llegar a producir ceguera: “A nadie le compensa tener los ojos azules para acabar así”.
El doctor Pulido resalta el peligro que supone hablar con tanta ligereza sobre este tipo de procedimientos. Según su experiencia, algunos usuarios se plantean someterse a estas prácticas, claramente peligrosas, después de ver los vídeos. “Es muy importante concientizar sobre la importancia del cuidado de la visión y sobre que éste sea realizado por profesionales habilitados”, subraya.
No hay ningún motivo médico para cambiar los ojos de color
Conchi Lillo, maldita y experta en patologías de retina, señala a Maldita.es que no existe ningún motivo médico que requiera el cambio de color de ojos: “Tener el iris más claro no aporta ninguna ventaja sobre tenerlo más oscuro, es solo algo estético”. Este cambio, explica, puede producir deslumbramientos o fotofobia, ya que el iris oscuro bloquea mejor la cantidad de luz que llega a la retina. “No hay ninguna razón que haga necesaria la operación, es solo cuestión de estética”, resalta. Además, recuerda que la operación puede ser peligrosa y sus consecuencias, perjudiciales.
Los ojos pueden cambiar de color de forma natural
Las intervenciones estéticas no son el único motivo por el que el color de los ojos de una personas puede cambiar a lo largo de su vida, sino que también puede ocurrir de forma natural, según señala Rubén Pulido.
“Algunas personas nacen con diferentes colores en los ojos, condición que se llama heterocromía”, explica. Mientras que en un porcentaje de la población es normal y no tiene significado patológico, hay otros casos en los que los cambios de color del iris pueden deberse a ciertas enfermedades de origen inflamatorio, traumático y hasta neoplásico (es el caso de tumores malignos tales como el melanoma de iris). Además, con la edad, puede producirse una degradación de los gránulos de melanina, con el correspondiente aclaramiento natural del color de los ojos.
La Academia Estadounidense de Oftalmología recoge en su página web un listado de los diferentes factores que pueden provocar que los ojos cambien de color. Entre los factores que pueden influir en este proceso se incluyen los genes, ciertas enfermedades y medicamentos, así como los traumatismos. Estos cambios pueden producirse en el color del iris o en otras zonas del ojo, como la córnea.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes el maldito Rubén Pulido, oftalmólogo, y Conchi Lillo, experta en patologías de retina, que forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es en colaboración con FECYT que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.
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