Una página web llamada Real Science se dedica a recopilar y actualizar una lista de nombres de atletas que, supuestamente, han sufrido paradas cardiorrespiratorias o han muerto después de haber recibido las vacunas contra la COVID-19. El vínculo entre estos supuestos problemas de salud y las vacunas se hace sin aportar evidencias: en la práctica totalidad de casos no se concreta el estado de vacunación de los atletas y en muchos de ellos no se trata de una muerte súbita o paro cardiaco, sino que hay causas o enfermedades previas que los explican.
Otros verificadores que pertenecen a la International Fact-Checking Network (IFCN), de la que es miembro Maldita.es, han desmentido el contenido de esta lista u otras afirmaciones vertidas por Goodsciencing.com. Es el caso de FactCheck.org, Lead Stories, Logically, AP Fact Check o Reuters. Media Bias Fact Check, una web especializada en estudiar el sesgo ideológico y la credibilidad de medios, considera a Goodsciencing.com una web con “muy baja” credibilidad y “sesgada a la extrema derecha”, que “promueve pseudociencia al nivel de la charlatanería, usa fuentes pobres, realiza propaganda, falla en sus verificaciones de hechos y tiene una completa falta de transparencia [en sus contenidos]”.
‘Cherry picking’ de casos sin ninguna metodología
En su primer párrafo, el contenido dice lo siguiente (y es lo que vertebra todo el argumento de la lista): “Definitivamente no es normal que tantos atletas, principalmente jóvenes, sufran paros cardíacos o mueran mientras practican su deporte, pero este año [2021, cuando se empezó a recopilar casos] está ocurriendo. Muchos de estos problemas cardiacos y muertes se producen poco después de que recibieran la vacuna COVID”.
Así, esta publicación dice recoger casos individuales, fecha de la muerte, lugar, nombre y edad de la persona y una breve descripción de lo que quien redacta la lista dice que ha ocurrido: enfermedades, si tenía una postura favorable o no a estas vacunas, si se conoce causa de muerte, etcétera. Junto a esta información, se enlazan recortes de páginas web, en algunos casos portales conocidos por haber difundido desinformación sobre las vacunas, como The Gateway Pundit.
Mostramos como ejemplo tres casos de esta web de diciembre de 2022:
- 30/12/2022, Indiana (EE.UU.), fallecido. Uche Nwaneri (38 años), exjugador de fútbol americano, encontrado inconsciente tras sufrir una parada cardiaca. “Estaba a favor de la vacunación y a menudo hablaba de encarcelar a los antivacunas”, se puede leer en la lista. Aporta recortes de New York Post; Daily Mail, donde se recoge su fallecimiento, pero sin evidencias de cómo conecta con su estatus de vacunación; y un enlace al portal The Gateway Pundit, que aprovecha para rescatar publicaciones en redes del fallecido a favor de las vacunas.
- 26/12/2022, Alemania, fallecido. Anónimo (24 años), jugador amateur de fútbol que colapsó después de 8 minutos tras ser sustituido durante un torneo. A pesar de intentar la resucitación cardiopulmonar, murió. La lista aporta recortes de la NDR (radiotelevisión pública del norte de Alemania), del periódico Hannoversche Allgemeine y de la radio Ems Vechte Welle, donde no se ofrecen detalles sobre su estado de vacunación ni si sufría de enfermedades previas.
- 26/12/2022, Kentucky (EE.UU.), fallecido. Max Sorenson (17 años), jugador de baloncesto de instituto, sufre una “situación médica en su casa” y después fallece. En este caso, la lista facilita enlaces de los medios Cowboy State Daily, Euroweekly News y la radio Almeria Gold, donde se recogen declaraciones del forense del condado, quien considera la causa de la muerte un problema médico y no un suicidio, homicidio o situación deribada del uso de drogas. Tampoco hay rastro de su estado vacunal.
Esta lista es un ejemplo de la falacia de evidencia incompleta o cherry picking, una táctica desinformadora que consiste en elegir casos individuales que, en principio, cuadran con la hipótesis antivacunas que defiende el contenido para aparentar solidez en los argumentos.
Eric Burnett, médico de medicina interna y hospitalaria y profesor en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), recopila en este hilo de Twitter otros casos de cherry picking que la lista presenta como “muerte súbita cardiaca”, sin serlo: un buceador que sufrió una infección de garganta que se extendió a los pulmones, un exatleta que desarrolló una infección renal, una biatleta que tuvo herpes después de recibir la vacuna y que no murió, un exjugador de fútbol que falleció en un accidente de tráfico y otro que murió por sobredosis de drogas, un jugador de fútbol sala que murió de complicaciones por su hepatitis autoinmune, un luchador de artes marciales que falleció por complicaciones de su linfoma (linfohistiocitosis emofagocítica), un exjugador de fútbol de 58 años que murió de cáncer, un boxeador que falleció por complicaciones de su cáncer de estómago, un jugador de curling de 62 años que murió de cáncer y un entrenador de caballos de 47 años que murió durante una cirugía.
Todos estos casos descritos por Burnett están recogidos e incluidos en la lista de la web de Real Science, a pesar de que no conectan con su hipótesis de partida: ni son problemas vinculados a las vacunas COVID-19 ni son ‘repentinas’ ni tienen que ver con afecciones cardiacas ni son durante la práctica deportiva. Además, en ninguno de estos casos se aportan datos sobre su estado vacunal.
Las vacunas contra la COVID-19 son seguras y efectivas, también en deportistas
Pese al enorme esfuerzo que supone recopilar datos, recortes y contenidos de más de 1.000 personas que han sufrido algún problema de salud en su vida, esto no tiene por qué significar ni demostrar nada en relación con las vacunas contra la COVID-19.
Estos fármacos han demostrado su seguridad y eficacia en los ensayos clínicos previos a su aprobación, y su efectividad en la reducción de la mortalidad, enfermedad grave y hospitalización por COVID-19 con los datos del mundo real. En cuanto a deportistas de élite, también hay literatura científica que ha explorado el impacto de la vacunación para confirmar que es segura, efectiva y beneficiosa.
Una de las preocupaciones en este grupo poblacional es que los efectos adversos de la vacunación —fiebre, dolor de cabeza y muscular, malestar corporal— puedan interrumpir su exigente calendario de entrenamientos y preparación antes de un evento deportivo, como pueden ser los Juegos Olímpicos.
Una carta al editor publicada en The Lancet Respiratory Medicine en diciembre de 2021 desglosa los efectos adversos que tuvieron 127 atletas olímpicos y paralímpicos tras la administración de sus vacunas contra la COVID-19: dolor en el sitio del pinchazo (94% de los deportistas), cansancio (28%), fiebre y escalofríos (2% tras la primera dosis, 18% tras la segunda), dolor muscular (7 y 33%) y dolor de cabeza (16 y 34%). Sin embargo, el 73% de los atletas afirmaron no haber desarrollado ninguno de estos efectos y que de haberlo hecho, estos habrían afectado mínimamente a sus entrenamientos. Solo el 6% (ocho atletas) se sintieron “completamente incapaces” de entrenar. Las conclusiones que extrajeron los autores es que la vacunación contra la COVID-19 era bien tolerada por atletas y que los efectos adversos no afectaban a su participación deportiva.
Otro trabajo científico publicado en la revista Journal of Applied Physiology en enero de 2022 exploró cómo afectaba la vacunación contra la COVID-19 a personas físicamente activas, con el foco en la existencia de atletas profesionales reacios a vacunarse preocupados por si los efectos adversos pudiesen afectar a su rendimiento. Los 18 participantes hicieron una ronda de 20 minutos de ejercicio en bici antes y después de completar su pauta de vacunación, con una rutina que les exigía llegar hasta el 50, 60, 70 y 80 por ciento de su capacidad aeróbica máxima. De esta manera, podían estudiar cómo reaccionaba el organismo a ejercicios de diferentes intensidades.
Así, concluyeron que la vacunación no tuvo efecto sobre un gran número de valores fisiológicos que se miden en sangre (ácido láctico, adrenalina y cortisol) y en la respiración (captación de oxígeno, producción de CO2, ventilación, relación de intercambio respiratorio, predicción de capacidad aeróbica máxima y umbral ventilatorio). Sí que encontraron aumentos significativos en la frecuencia cardiaca y niveles de noradrenalina (una sustancia química producida por algunas células nerviosas y en la glándula suprarrenal), especialmente entre quienes recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech (la mayoría de participantes del estudio), pero incidieron en que se necesita explorar más este asunto y estudiar si afecta realmente al rendimiento de los deportistas profesionales.