No eres el único o la única que, al bajar del coche y cerrar la puerta, ha notado un calambrazo. Puede que también lo hayas percibido al pasar cerca de la televisión o tras rozar o chocar con otra persona. Este fenómeno se debe a la electricidad estática, como ya explicamos en Maldita.es. Ahora bien, durante los últimos días y a través de nuestra web, hemos recibido otra consulta sobre este tema: si es o no posible que estos ‘chispazos’ lleguen a suponer un peligro o a hacernos daño en casos determinados. La respuesta es no, ya que la electricidad estática no constituye una amenaza directa para la vida humana.
Como ya explicamos en Maldita.es, la electricidad estática es un desequilibrio entre cargas positivas y negativas. Eso que sientes, de hecho, es una corriente de electrones que pasa de un objeto o persona cargado negativamente a ti.
Esto ocurre porque todos los objetos que nos rodean están formados por átomos, la unidad más pequeña de la materia. A su vez, los átomos se componen de diferentes partículas: protones, con carga positiva; electrones, con carga negativa y neutrones que, como su nombre indica, son neutros. Es decir, todo objeto físico está formado por cargas, las mismas sobre las que has escuchado que, de ser opuestas (negativas versus positivas, y viceversa), se atraerán. Por el contrario, si son iguales, se repelerán.
“Esas cargas se acumulan y no pueden escapar. Por eso, en una situación de contacto con una persona que, por su ropa, por sus zapatos aislantes o por la sequedad del ambiente, por ejemplo, tenga una carga diferente a la nuestra, quien tenga más cargas acumuladas se las cederá a quien tenga menos”, explica a Maldita.es Alberto Nájera profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS).
Nájera añade que, cuanto mayor sea la carga acumulada , mayor será ese trasvase de carga en un tiempo determinado y la intensidad de corriente. Por supuesto, esto también aplica a la consecuencia: el chispazo. Sin embargo, “en condiciones normales no alcanzaremos cargas estáticas tan grandes como para producir una descarga mortal o peligrosa”.
Esto no aplica a una electrocución, que sí supondría un peligro para la salud. “Esos valores necesarios para matar o producir un daño en una persona no los conseguimos, por suerte, con la electricidad estática, que puede acumularse en la ropa o el cuerpo de una persona y no irá más allá de un pequeño chispazo y una sensación leve de punción”, explica el experto.
Ahora bien, como recoge el Servicio de Prevención y Medio Ambiente de la Universitat de València (UV), aunque la electricidad estática no constituye una amenaza directa para la vida humana, “un choque eléctrico producido por una carga estática puede provocar un sobresalto”, un pequeño susto. De ahí que, por ejemplo, “si estuviéramos sobre una superficie elevada, pudiésemos sufrir una lesión grave por la caída”. También se considera motivo de preocupación en lugares peligrosos, donde una chispa estática pudiera tener energía suficiente como para encender vapores y nubes de polvo, según añade la UV.