Si eres más de Papá Noel que de Reyes Magos, sabrás que los renos utilizados como motores de su trineo tienen cuernos (o, al menos, así se representan). Nuestro espíritu de la Navidad pasada (es decir, nosotros, pero en años anteriores) ya explicamos la causa de que la nariz roja de Rudolf se nos ‘pinte’ precisamente así, roja. El motivo es la microcirculación nasal, es decir, los vasos sanguíneos y la sangre que recorren su nariz. Hoy tenemos otro tema que aclarar sobre el transporte de Santa Claus: que no son renos machos quienes tiran de él y repartentus regalos. Son renos hembras o ‘renas’. La clave está, como adelantábamos, en el detalle de los cuernos.
Resulta que a los renos machos adultos se les caen los cuernos poco después del celo, en otoño, mientras que las hembras las conservan durante todo el invierno (estación en la que se enmarca la famosa noche del 24 al 25 de diciembre). Además, a nieve más profunda en invierno, mayor la proporción de hembras con cuernos. Otro dato: el reno es la única especie de la familia de los ciervos (cérvidos) cuyas hembras desarrollan cornamenta de forma rutinaria.
Los cuernos crecen durante el verano y el otoño en las hembras, en el periodo de lactancia. Si tienen descendencia, les crece menos, por lo que la reproducción tiene un coste en el desarrollo de los cuernos. De hecho, las hembras no embarazadas desarrollan los cuernos unas semanas antes que las embarazadas.
Así que, ya sabes: si ves a los renos de Santa Claus en diciembre con cuernos, significa que esto son, en realidad, son hembras. Si no tienen, entonces sí, son machos.