El pasado 17 de octubre, la mexicana residente en Alemania Mariana Solórzano participó en el podcast Guten Tag Alemania. En un fragmento del episodio que se está difundiendo en redes sociales, Solórzano habla de la fiebre y de los procesos químicos que tienen lugar en el organismo cuando se defiende ante un patógeno. Así, dice que las citoquinas —proteínas reguladoras de la función celular— son parte responsable de la defensa del organismo y que, cuando se toma un “medicamento analgésico”, lo que hace el fármaco es “suprimirlas”. “Entonces el cuerpo ya no se defiende”, concluye.
Pero lo que dice Solórzano no es cierto. En primer lugar, porque la fiebre no es el único mecanismo que el organismo emplea para defenderse de los patógenos. En segundo, porque los medicamentos antipiréticos y analgésicos, como el paracetamol, lo que hacen es impedir la producción de la sustancia que desencadena la fiebre, sin que ello repercuta en la producción de citoquinas. En tercero, porque existe literatura científica que demuestra que estos medicamentos no influyen tanto en la defensa o el resultado de la enfermedad, como en el bienestar del paciente. Os contamos en profundidad.
Fiebre, enfermedad y tratamiento antipirético
Como explicamos en un consultorio científico de Maldita.es, la fiebre es uno de los mecanismos con los que cuenta el organismo humano para defenderse ante patógenos: aumentando la temperatura corporal, virus y bacterias lo tienen ‘más difícil’ para crecer y multiplicarse en el cuerpo.
Como explicaba Marta Valenti, doctoranda en microbiología y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, el proceso febril “se desencadena por la acción de una sustancia conocida como prostaglandina E2 (PGE2) en el hipotálamo”, la zona de nuestro cerebro en la que se controla la temperatura, el hambre y la sed.
Al tiempo que actúa la PGE2, diferentes células del organismo comienzan a producir las citoquinas que menciona Solórzano, “proteínas que permiten la comunicación entre células y respuesta inmune”.
Existen varios tipos de citoquinas, como las pirogénicas, “aquellas que van a favorecer la síntesis de PGE2 y, con ello, la fiebre”, indicaba Valenti; o las proinflamatorias. Con todo esto, lo que logran los medicamentos antipiréticos es que se inhiba la producción de PGE2, sin que ello afecte a la producción de citoquinas. Es decir, el organismo sigue defendiéndose contra el patógeno, a pesar de que la persona que lo toma o bien no ‘nota’ subida de temperatura corporal durante el tiempo que hace efecto el principio activo o bien, sí lo nota, pero este no es tan severo.
Este efecto del antipirético para inhibir la fiebre —sin que ello afecte a la respuesta inmune— también se observa en literatura científica (como esta revisión, publicada en 2013; o este artículo de 2015 publicado en la revista New England Journal of Medicine), en cuyos resultados no se ve diferencias en la duración de la infección ni en la mortalidad entre pacientes que usan paracetamol (uno de los antipiréticos y analgésicos más empleados en el mundo), ya sea población infantil o adulta.
Con esto, la evidencia apunta a que los medicamentos contra la fiebre no reducen la enfermedad en el organismo, pero sí que contribuyen al bienestar de los pacientes, que pueden seguir con su vida sin pasar por los malestares de la fiebre.
En resumen, no es cierto que los medicamentos “supriman” las citoquinas que se producen durante la fiebre, como dice Solózrano, ni incide en que el organismo se defienda mejor o peor.
Origen del contenido
El clip donde Mariana Solórzano habla de la fiebre y la acción de los medicamentos procede del podcast Guten Tag (también llamado Guten Tag Alemania o Guten Tag Berlín), donde dos conductores del programa (Luardo y Benji) hablan del choque cultural entre la cultura latina y germana y las diferencias entre su país natal y cultura (México) y el país donde viven actualmente (Alemania).
El episodio en el que hablan con Solórzano está titulado “Cómo es ser médico en Alemania”, y se estrenó el pasado 17 de octubre. El fragmento dedicado a la fiebre y los medicamentos comienza en el minuto 56:30.
Mariana Solórzano explica en su web que se graduó como Médico Cirujano y Partero por la Universidad de Guadalajara (México). Solórzano difunde contenidos en YouTube (303.000 suscriptores), Instagram (+133.000 seguidores), Facebook (182.110 seguidores) y TikTok (+1,3 millones de seguidores). Además, en sus redes defiende los principios de la “medicina integrativa”, un término que describe a usar prácticas médicas tradicionales con terapias alternativas y/o sin base científica, como la acupuntura o la aromaterapia.
En concreto, Solórzano dice ejercer la medicina ortomolecular, que propone (sin evidencias científicas) que regulando las dosis de determinadas moléculas dentro del organismo, entre ellas las vitaminas, se pueden curar todas las enfermedades. También ofrece “mediciones cuánticas con un aparato especial” a sus pacientes, previo pago de 157 dólares la consulta online.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Marta Valenti, doctoranda en microbiología.
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