Republicamos este artículo publicado en la Agencia Sinc el 11 de octubre de 2022.
Créditos de la imagen destacada: CTIO/NOIRLab/SOAR/NSF/AURA/T. Kareta (Lowell Observatory), M. Knight (US Naval Academy).
El análisis de los datos obtenidos en las últimas dos semanas por el equipo de investigación de la sonda DART de la NASA muestra que el impacto de la nave espacial contra su asteroide objetivo, Dimorphos, consiguió desviar su trayectoria. Este hecho supone la primera vez que la humanidad cambia deliberadamente el desplazamiento de un objeto celeste y la primera demostración a gran escala de la tecnología de desviación de asteroides.
“Todos nosotros tenemos la responsabilidad de proteger nuestro planeta de origen. Al fin y al cabo, es el único que tenemos”, explica Bill Nelson de la NASA. “Esta misión muestra que la NASA se está intentando preparar para cualquier cosa que el universo nos depare. Hemos demostrado que nos tomamos en serio nuestro papel como defensores del planeta. Este es un momento decisivo para la defensa planetaria y para toda la humanidad”, añade.
Antes del impacto de DART, Dimorphos tardaba 11 horas y 55 minutos en orbitar su asteroide anfitrión Didymos, de mayor tamaño. Desde la colisión intencional el 26 de septiembre, los astrónomos han usado telescopios terrestres para medir cuánto ha cambiado ese tiempo de órbita.
Ahora, el equipo de investigación ha confirmado que el impacto de la nave alteró la órbita de Dimorphos alrededor de Didymos en 32 minutos, acortándola de 11 horas y 55 minutos a 11 horas y 23 minutos. Esta medición tiene un margen de error de aproximadamente 2 minutos.
Antes del encuentro, la NASA había definido un cambio mínimo exitoso en el período de órbita de Dimorphos como un cambio de 73 segundos o más. Estos primeros datos muestran que se superó este punto de referencia mínimo en más de 25 veces.
“Es un paso importante para entender el efecto total del impacto de DART con su asteroide objetivo”, afirma Lori Glaze, directora de la División de Ciencias Planetarias de la NASA en Washington. “A medida que nuevos datos lleguen a diario, los astrónomos podrán evaluar mejor si una misión como esta podría usarse en el futuro para ayudar a proteger la Tierra de una colisión con un asteroide, si alguna vez descubrimos que uno se dirige hacia nosotros, y de qué manera podríamos hacerlo”, destaca.
Mediciones futuras
El equipo de investigación todavía está adquiriendo datos con observatorios terrestres situados en distintas partes del mundo, así como con instalaciones desde el radar planetario Goldstone del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) en California y el Observatorio Green Bank de la Fundación Nacional para las Ciencias en Virginia Occidental. Los científicos están actualizando la medición con observaciones frecuentes para mejorar su precisión.
En este momento sus esfuerzos se centran en la medición de la eficiencia de la transferencia de la cantidad de movimiento de unos 22.530 kilómetros por hora de la colisión. Según la NASA, las toneladas de roca del asteroide que fueron desplazadas y lanzadas al espacio por el impacto y que explosionaron retroceso mejoró sustancialmente el empuje.
Para entender el efecto de dicho retroceso, se necesita más información sobre las propiedades físicas del asteroide, tales como las características de su superficie y lo fuerte o débil que es. Estas cuestiones siguen siendo objeto de investigación.
“DART nos ha proporcionado datos fascinantes sobre las propiedades de los asteroides y su efectividad como tecnología de defensa planetaria”, asegura Nancy Chabot, jefa de coordinación de la sonda en el Laboratorio de Física Aplicada (APL, por sus siglas en inglés).”.
Dentro de unos cuatro años, el proyecto Hera de la Agencia Espacial Europea también tiene planificado realizar estudios detallados tanto de Dimorphos como de Didymos, con un enfoque particular en el cráter dejado por la colisión de DART y mediciones precisas de la masa de Dimorphos. Este asteroide no representan ningún peligro para la Tierra, ni antes o ni después de la colisión controlada.