Republicamos este artículo de Matt Bertone, entomólogo en la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) publicado en The Conversation el 20 de julio de 2018.
Sé que me costará convencerle, pero déjeme intentarlo: si encuentra una araña en casa, no la mate.
¿Por qué? Porque las arañas son una parte importante de la naturaleza y del ecosistema que forma parte del interior de su vivienda. Además, son seres con derecho a la vida.
A la gente le gusta pensar que sus casas son lugares seguros aislados del mundo exterior. Pero, de repente, puede aparecer una araña. Algunas se quedan encerradas sin pretenderlo, otras son visitantes temporales. Las hay que disfrutan en su hogar, donde viven felices y crean arañitas. Estos arácnidos suelen pasar inadvertidos y la mayoría de los que encontramos no son ni agresivos ni peligrosos. Puede que hasta le estén haciendo el favor de comerse insectos o incluso otras arañas.
Mis compañeros y yo llevamos a cabo una investigación visual en 50 hogares de Carolina del Norte para clasificar los artrópodos que vivían en ellos. Todas las casas que visitamos albergaban arañas. Las especies más comunes que encontramos fueron las arañas de telaraña y las arañas de bodega.
Ambas tejían telarañas en las que esperaban atrapar alguna presa. Las arañas de bodega solían usar la telaraña para cazar a otras arañas, engañando a sus víctimas fingiendo serlo también ellas.
Aunque son depredadores generalistas –comen cualquier cosa que cacen–, las arañas suelen capturar plagas molestas e incluso insectos portadores de enfermedades, como los mosquitos. Hay incluso especies de arañas saltadoras que prefieren comer mosquitos llenos de sangre en los hogares de África. Así que matar a una araña no solo le costará la vida del arácnido, sino que estará haciendo que miembros de otras especies dañinas para el humano sigan viviendo.
El miedo a las arañas es normal. Tienen muchas patas y casi todas son venenosas, aunque el veneno de la mayoría de las especies es imperceptible para el ser humano, si es que llega a penetrar en nuestra piel. Los propios entomólogos podemos padecer aracnofobia. Conozco a varios colegas que han superado su miedo observando y trabajando con estas increíbles criaturas. Si ellos pueden hacerlo, ¡usted también!
Las arañas prefieren evitar a los humanos. Nosotros somos mucho más peligrosos que ellas. Las picaduras de araña son muy raras. Hay algunas especies como la viuda negra o la araña violinista que sí pueden provocar lesiones importantes, pero aun así, sus picaduras son poco frecuentes y no suelen ocasionar grandes perjuicios.
Si no puede soportar que haya arañas en su casa o en su garaje, en lugar de matarlas, intente cogerlas y sacarlas al exterior. Encontrarán otro sitio al que ir y tanto usted como ellas quedarán satisfechos y vivos. Pero si puede convivir con ellas, tener arañas en casa es positivo. De hecho, es lo más normal.
Sinceramente, aunque no las vea, ellas están ahí. Así que viva y deje vivir a la próxima araña que se encuentre.