Ya os hablamos aquí sobre algunos mitos comunes en torno a la menstruación que la ciencia ha desmentido. En este otro artículo vamos a explicar a qué se debe el dolor menstrual y por qué a unas mujeres les afecta y a otras no.
Emanuela Spagnolo, ginecóloga del Hospital Universitario La Paz, explica a Maldita Ciencia que el sangrado menstrual provoca contracciones del útero que pueden ser dolorosas. Pero existen algunos remedios y pautas que se pueden seguir para aliviar el dolor menstrual. Os contamos lo que sabemos al respecto.
La diferencia entre molestia y dolor: "Una menstruación saludable no duele"
¿Cuándo se puede considerar que el dolor menstrual es normal y cuando deberíamos acudir a un especialista? “El dolor menstrual no es normal”, responde a Maldita Ciencia Marina Pérez, fisioterapeuta especialista en ginecología y creadora de Endofem, un proyecto de investigación y divulgación sobre salud menstrual y hormonal.
Explica que “una menstruación saludable no duele. Sí puede producir molestia abdominal, pero sin que precise el uso de analgésicos o sea incapacitante”. En la misma línea se posiciona Xusa Sanz, enfermera experta en salud menstrual, que insiste en que hay que diferenciar el dolor menstrual de la molestia.
“La molestia menstrual sería aquella sensación de pesadez, donde los calambres tienen una intensidad sobrellevable. El dolor suele incapacitar a las mujeres. A veces los analgésicos no son efectivos y este dolor te obliga a quedarte en la cama”, afirma a Maldita Ciencia.
El dolor “es un signo de alarma, no es saludable y no debería normalizarse”. Las expertas consultadas coinciden en que hay que visitar a un especialista en el caso de experimentar un dolor incapacitante, que afecte a la calidad de vida de la mujer y que no se reduzca con antiinflamatorios.
Hace menos de 10 años aún quedaba mucho por hacer en este sentido. Un artículo publicado en 2013 por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia concluía que solo entre un 15% y un 20% de adolescentes con dolor menstrual consultaban a un médico o a un especialista.
El dolor suele ser pélvico pero puede extenderse a las piernas y asociarse con náuseas o diarrea
El dolor provocado por la regla se llama dismenorrea. Pablo Tobias, especialista en Ginecología y Obstetricia en el Hospital Universitario Infanta Cristina, explica a Maldita Ciencia que se trata de una de las consultas ginecológicas más habituales.
“Afecta a entre el 16% y el 91% de las mujeres según diversos estudios y es grave o intensa en entre el 2% y el 29% de las mujeres”, afirma. En el caso de las adolescentes y mujeres jóvenes, afecta a entre el 50% y el 90%, según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos.
El dolor, según Tobias, es “increíblemente variable y subjetivo”. Suele ser pélvico, pero puede irradiar a piernas y muslos y en los casos más graves asociar náuseas, vómitos, diarrea, cefalea (dolor de cabeza) e incluso lipotimia (pérdida repentina y pasajera del conocimiento)”.
Tobias cuenta que este dolor suele comenzar unos días antes de tener la regla. La intensidad de los síntomas es mayor en las primeras 12 o 48 horas de la menstruación (tomando como referencia el principio del ciclo, es decir, cuando empieza el sangrado) y disminuye progresivamente según pasan los días. También es posible presentar molestias periovulatorias (dolor pélvico en relación a la ovulación) un par de semanas antes de la regla.
Qué causa el dolor menstrual (cuando no hay otro problema médico asociado)
La dismenorrea puede ser de dos tipos: primaria, cuando se trata de dolor que no tiene ninguna otra causa, y secundaria, si ese malestar es causado por una patología como la endometriorisis o la adenomiosis, dos patologías de las que os hablaremos más adelante.
La dismenorrea primaria afecta a hasta el 50% de las mujeres que menstrúan, según un estudio publicado en la revista Obstetrics & Gynecology.
Para explicar de dónde viene la dismenorrea primaria conviene entender qué ocurre cuando tienes la menstruación. La regla es un proceso inflamatorio en el que se produce la descamación del endometrio (se desprende la capa interna del útero) y su posterior expulsión mediante contracciones uterinas.
Sanz, enfermera experta en salud menstrual, explica que las prostaglandinas son las sustancias encargadas de producir las contracciones uterinas necesarias para que el endometrio se desprenda. Un desequilibrio de estas sustancias puede provocar dismenorrea. “Si se produce una mayor cantidad de prostaglandinas, la molestia menstrual será mayor”, afirma.
A veces la causa del dolor es otra enfermedad o patología
En el caso de la dismenorrea secundaria, Tobias explica que las causas se presentan “a edades más tardías, a veces tras años sin dolores intensos, y suelen empeorar progresivamente”. El dolor en este caso puede ser provocada por otras enfermedades o condiciones.
Pone como ejemplo la adenomiosis (cuando el tejido que normalmente recubre el útero se desarrolla en la pared muscular del útero), congestión pélvica por varices uterinas u otras causas, una enfermedad inflamatoria pélvica, tumoraciones uterinas (como pólipos o miomas), tumoraciones ováricas o en menor frecuencia por alteraciones urinarias o digestivas.
Pero la causa más común de la dismenorrea secundaria es la endometriosis, según este artículo publicado en la revista American Family Physician. La endometriosis se caracteriza por la presencia de un tejido similar al endometrial fuera del útero (tejido endometriósico), según Sanz: “Este tejido se inserta y desarrolla en zonas periféricas como ovarios, intestino, vejiga, peritoneo y en casos más graves puede invadir zonas más lejanas como el pulmón o el cerebro”.
La endometriosis puede ocasionar dolor pélvico crónico moderado o grave, dispareunia (dolor con las relaciones sexuales), problemas de fertilidad e incluso afectación digestiva o urinaria en los casos más graves, tal y como cuenta Tobias.
EndoMadrid, la asociación de afectadas por endometrosis en la Comunidad de Madrid, explica a Maldita Ciencia que “la comunidad científica sanitaria baraja que al menos un 10% de las mujeres entre 15 y 50 años padecen endometriosis”: “En España según esa estimación estaríamos hablando de entre 1,2 a 1,5 millones de mujeres en edad reproductiva con endometriosis”.
Consideran que existe un gran infradiagnóstico, puesto que tanto en la sociedad como en el ámbito médico no se suele prestar atención al dolor con la menstruación. De hecho, en España se tarda entre 8 y 10 años de media “desde que se consultan los síntomas con un profesional sanitario por primera vez hasta que se consigue ese diagnóstico, pasando por cinco médicos diferentes”.
¿Por qué a unas mujeres les duele más que a otras?
No está del todo claro por qué unas mujeres experimentan un mayor dolor menstrual que otras. Existen diferentes factores de riesgo, según indica Tobias y cita la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia.
Por ejemplo, el tabaco, el estrés, la edad joven (sobre todo la adolescencia), la menarquía (la primera menstruación) precoz, antecedentes familiares (si a tu madre o a tu hermana también les ha ocurrido), la nuliparidad (no tener partos previos) o haber sufrido abusos sexuales (sobre todo en la infancia).
Además, la esfera emocional en los procesos dolorosos tiene mucho peso, según Sanz: “No es raro encontrar a mujeres con dismenorrea primaria que tiene una mala relación con su menstruación y anticipan el malestar aumentando los síntomas negativos”.
Esto no quiere decir que el dolor menstrual sea psicológico, pero “los factores sociales y las creencias tienen un impacto directo en la fisiología”. “Niñas que han vivido un ambiente amable en torno a la menstruación tiene menos probabilidad de sufrir problemas con ella”, sostiene. Además, considera primordial romper con el tabú menstrual en las familias y en el colegio porque “si una niña empieza a menstruar con dolor y lo comunica, se puede ahorrar muchos años de sufrimiento”.
¿Qué remedios hay para evitar el dolor menstrual?
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos indica que "existen datos prometedores, aunque limitados, sobre los beneficios del ejercicio y el tratamiento térmico para los síntomas de la dismenorrea". Hay algunos artículos como este publicado en American Family Physician que sugieren que el calor, el ejercicio y la suplementación nutricional pueden ser beneficiosos en pacientes con dismenorrea.
Spagnolo recomienda ponerse en el abdomen una bolsa con agua caliente para reducir la contractura uterina. Marina Pérez aconseja además hacer estiramientos de la pelvis y ejercicio físico de cardio “para mejorar la oxigenación de nuestros tejidos”.
El ejercicio físico, según Sanz, es un gran analgésico, porque con su práctica segregas endorfinas, que son analgésicos naturales, y porque reduces la cantidad de prostaglandinas que llegan al útero.
Con respecto a la alimentación, Pérez sostiene que debemos eliminar procesados y refinados y aumentar la toma de verdura y fruta, pescado azul, semillas de lino, chía o frutos secos como la nuez (alimentos ricos en Omega 3).
“Especias como la cúrcuma (antiinflamatorio natural) o el jengibre se pueden tomar de forma puntual para disminuir el dolor menstrual”, añade. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos incluye el jengibre entre los suplementos sobre los que hay una evidencia limitada.
Lo que no se debería hacer es llevar un estilo de vida “que fomente esa inflamación”, según Sanz. Por ejemplo “el tabaco empeora las molestias menstruales, el consumo de alcohol es nefasto, el sedentarismo y sobretodo los niveles elevados de estrés”.
Además de los trucos o tratamientos no farmacológicos, también hay quienes recurren a analgésicos. Los más eficaces, según explica Tobias citando esta revisión de artículos, son los Antiinflamatorios No Esteroideos (AINEs, medicamentos ampliamente usados para tratar el dolor y la inflamación) entre los que están por ejemplo el ácido mefenámico, meclofenamato o ibuprofeno.
Para pacientes que no toleren los AINEs, el especialista sostiene que hay otros analgésicos como el paracetamol que pese a ser menos eficaces pueden ser útiles.
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos indica que “la mayoría de las adolescentes que presentan dismenorrea tienen dismenorrea primaria y responderán bien al tratamiento empírico con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o supresión hormonal”.
Sanz subraya que para algunas mujeres “la toma de anticonceptivos es la solución porque el problema no se puede resolver mediante cambios en el estilo de vida, por tanto, lo que les funciona es la supresión del ciclo de forma química”. Aunque suelen usarse comprimidos orales, Tobias sostiene que no parece haber diferencias en comparación con otras vías como el anillo vaginal.
Además, algunos tratamientos de fisioterapia pueden aliviar el dolor menstrual en mujeres con dismenorrea primaria, según esta revisión publicada en la revista Journal of Physiotherapy. Los investigadores concluyen que puede ser útil el uso de calor, la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea y el yoga en el tratamiento del dolor menstrual.
Sin embargo, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos sostiene que pese a que la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea y el yoga han demostrado una mejoría en la dismenorrea en algunos estudios, "la evidencia actual no los respalda como terapias complementarias y alternativas de primera línea".
Los falsos mitos sobre la regla
Hay muchos mitos sobre la regla que son falsos. Os contamos algunos de los más populares, que Xusa Sanz nos ha ayudado a desmentir.
- “El ciclo menstrual ideal debe durar 28 días”. No es así: “El ciclo menstrual puede ser saludable si oscila entre 25 y 32 días, o incluso entre 21 y 35 o más, siempre y cuando sea ovulatorio y el resto de características sean saludables como la cantidad o los días de sangrado”.
- “No es posible quedarse embarazada durante la menstruación”. Es falso: “Puedes tener una fase folicular (la primera fase del ciclo) muy corta, mantener relaciones sexuales al final de los días de sangrado y quedarte embarazada porque el esperma sobrevive hasta cinco días en el interior del aparato reproductor de la mujer. De aquí la importancia de conocer tu ventana de fertilidad”.
- “La regla se sincroniza con la de las mujeres que te rodean”. A día de hoy no hay evidencias de que sea así. “Hasta la fecha no hay ningún estudio que lo demuestre, aunque se piensa que las feromonas pueden tener una función, no se sabe con certeza”, cuenta Sanz.
- “No se deben mantener relaciones sexuales durante la menstruación porque puede producir endometriosis”. También es falso. Ya os hemos contado anteriormente lo que sabemos de la endometriosis.
- “El óvulo se desprende con la menstruación”. Es falso: “El óvulo si no es fecundado se destruye a las 12 o 24 horas de la ovulación y se reabsorbe en la misma trompa uterina”.
Existen muchos otros mitos sobre la regla. Por ejemplo, no está demostrado que si te duchas o bañas cuando tienes la regla se corta el sangrado, que si haces mayonesa se corte o que las plantas se marchiten porque tengas la menstruación. Puedes leer más sobre falsos mitos de la regla aquí.
Primera fecha de publicación de este artículo: 03/07/2020