En Maldita.es ya hemos explicado por qué no es cierto que depilarse con cuchilla haga que el pelo, al volver a crecer, sea más duro, fuerte u oscuro. Nos habéis preguntado por algo relacionado: si es cierto que, si nos cortamos el pelo frecuentemente, nos crecerá más rápido. La respuesta es que, independientemente de que metamos más o menos tijera a la melena, esto no hará que crezca más o menos rápido. ¿Por qué? Porque el crecimiento del pelo depende del bulbo piloso, su parte ‘viva’ dentro de la piel de la cabeza, no de la parte final e inerte de este. Es decir, no existe relación alguna entre ambos: cortar el pelo no estimula el bulbo piloso y, por tanto, tampoco la velocidad con la que crece.
Ahora bien, cortarlo con una frecuencia adecuada sí puede influir en la calidad del cabello: al ‘sanearlo’ habitualmente, estaremos deshaciéndonos de la zona más estropeada (al fin y al cabo, es la que más tiempo lleva ‘con nosotros’).
Cada pelo está conformado por un tallo, la parte visible que sobresale de la piel; y su raíz, que se adentra hacia las capas más profundas de la piel. A su alrededor se encuentra el folículo piloso (una especie de funda de piel y tejido conectivo), que también está conectado a una glándula sebácea, encargada de retirar las células muertas, mantenerla lubricada y prevenir que los tejidos se resequen. En la base, la raíz se ensancha hasta convertirse en el bulbo piloso, desde donde crece el pelo
Dado que el tallo es materia inerte, no materia biológica viva, cortarlo por su extremo no influye en su crecimiento. Ahora bien, aunque no haga que nos crezca más rápido, cortarnos frecuentemente el pelo sí hará que, en general, la melena luzca mejor, ‘más sana’.
“Lo que pasa es que el tallo está mucho tiempo expuesto al aire libre, a diferentes agresiones, y es fácil que esto lo deshilache, que tenga la punta un poco más fina o estropeada (a quienes tienen el pelo largo les resultarán más familiares esas puntas abiertas)”, explica a Maldita.es David Saceda, miembro del Grupo Español de Tricología de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Lo que conseguimos al cortarlo, según el experto, es quitar esa parte defectuosa, dejando un extremo mucho más ‘limpio’ y grueso y mejorando su aspecto.
De hecho, cuando rapamos o rasuramos el cabello, la sensación de tener el pelo todavía más grueso es mayor. “El porqué es que estamos accediendo a la misma base del pelo, la zona más virgen y más protegida, al cabello con un grosor real, no con el grosor más deteriorado que supone el paso del tiempo del tallo piloso”, señala Saceda.