La incontinencia urinaria es la incapacidad de controlar la vejiga o la micción (la acción de orinar). Se trata de una afección común que, mientras para unas personas supone un problema menor, para otras puede afectar en gran medida a su vida diaria. Existen múltiples mitos al respecto: ni es cierto que afecte solamente a mujeres y a personas mayores ni la cirugía es el único tratamiento.
Por qué se produce la incontinencia urinaria
La orina es producida por los riñones y almacenada en la vejiga, tal y como indica la Oficina para la Salud de la Mujer del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU. La vejiga tiene músculos que se tensan cuando necesitas orinar. En ese caso, la orina sale de la vejiga a través de un tubo llamado uretra. Al mismo tiempo, los músculos del esfínter (que están alrededor de la uretra) se relajan para permitir que la orina salga del cuerpo.
La incontinencia puede ocurrir cuando los músculos de la vejiga se tensan repentinamente y los músculos del esfínter no son lo suficientemente fuertes como para cerrar la uretra. Esto provoca un fuerte impulso de orinar que es posible que no se pueda controlar. En ocasiones, la presión sobre la vejiga al reír, estornudar o hacer ejercicio puede hacer que se pierda orina. Esto también puede ocurrir si hay algún problema con los nervios que controlan los músculos de la vejiga y la uretra.
“La incontinencia urinaria no es solo un problema médico”, afirman desde la fundación de la Asociación Americana de Urología. También puede afectar a la vida emocional, psicológica y social del paciente: “Muchas personas que tienen incontinencia urinaria tienen miedo de realizar sus actividades diarias normales. No quieren estar demasiado lejos de un baño”.
Guadalupe Fontán, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería, indica a Maldita.es que el aumento de personas con incontinencia urinaria “ha sido notable en los últimos años, ya que va muy asociado al envejecimiento de la población y al aumento de la esperanza de vida que se está produciendo a nivel mundial”.
La incontinencia urinaria no afecta exclusivamente a mujeres
Existen múltiples mitos sobre la incontinencia urinaria. Por ejemplo, es falso que este problema solo afecte a las mujeres. Aunque la prevalencia en ellas es mayor, Fontán asegura que muchos hombres también lo sufren.
Entre el 10% y el 20% de las mujeres tienen incontinencia urinaria, según una revisión publicada en la revista médica JAMA. La Oficina para la Salud de la Mujer del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU señala que la incontinencia afecta al doble de mujeres que de hombres. Según el organismo, esto puede deberse a que el embarazo, el parto y la menopausia pueden aumentar la probabilidad de incontinencia urinaria.
En los hombres, esta afección suele estar relacionada con la glándula prostática, según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés) de EEUU. La incontinencia masculina puede ser causada por la prostatitis (una inflamación dolorosa de la glándula prostática), una lesión de los nervios o músculos debido a una cirugía o una glándula prostática agrandada que puede provocar hiperplasia prostática benigna (una afección en la que la próstata crece a medida que los hombres envejecen).
Las personas mayores no son las únicas que tienen pérdidas involuntarias de orina
Tampoco es cierto que esta afección solo afecte a las personas mayores. “Muchas personas piensan que la incontinencia urinaria es solo una parte del envejecimiento. Pero no lo es”, aseguran desde la fundación de la Asociación Americana de Urología.
La incontinencia urinaria “no tiene edad”, según cuenta a Maldita.es Blanca Madurga Patuel, coordinadora del grupo de urología funcional, femenina y urodinámica de la Asociación Española de Urología. Puede aparecer “desde la infancia hasta la ancianidad, sin respetar ni edad ni sexo”.
La Asociación Europea de Urología indica que la incontinencia urinaria, especialmente en los ancianos, se asocia con fallos cardíacos, fallos renales crónicos, diabetes, depresión, algunas enfermedades neurológicas o alteraciones del sueño.
Un artículo publicado en International Journal of Gynecology and Obstetrics indica que, entre los factores que aumentan el riesgo de padecer incontinencia urinaria, estarían la obesidad, la tos crónica, la depresión o los accidentes cerebrovasculares.
Si bien es cierto que el envejecimiento está relacionado con la incontinencia urinaria, existen otras causas que pueden producirla a edades diferentes. Fontán menciona los embarazos, los partos vaginales, los cambios en los niveles hormonales, la histerectomía (una operación para extraer el útero de una mujer), la menopausia, la diabetes, las infecciones del tracto urinario, las enfermedades neurológicas, el deterioro cognitivo y físico, el tabaquismo, los antecedentes familiares y la cardiopatía isquémica (una enfermedad coronaria).
Los ejercicios para fortalecer el suelo pélvico pueden prevenir la incontinencia urinaria
Si se pierde orina de forma involuntaria, lo más recomendable sería acudir a un profesional sanitario para valorar el problema. “La incontinencia no es algo ‘normal’ ni que deba ocurrir”, comenta Fontán.
Entre los mitos de la incontinencia urinaria, la experta también menciona el de que el único tratamiento sea la cirugía y el de que ningún ejercicio mejore este problema. El ejercicio físico regular y moderado “puede fortalecer la musculatura del suelo pélvico y disminuir el riesgo de desarrollar incontinencia urinaria, especialmente incontinencia de esfuerzo”. Este tipo de incontinencia ocurre cuando la presión sobre la vejiga te hace perder orina. Esto puede pasar al toser, estornudar, reír, levantar algo pesado o realizar actividad física, tal y como explica Medline Plus, el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. En Maldita.es os hemos explicado por qué es recomendable realizar ejercicios para fortalecer el suelo pélvico.
Además del entrenamiento para el control de la vejiga, algunos cambios en el estilo de vida también pueden ser útiles. “Bajar de peso, dejar de fumar , decir ‘no’ al alcohol , beber menos cafeína (que se encuentra en el café, el té y muchos refrescos), prevenir el estreñimiento y evitar levantar objetos pesados puede ayudar con la incontinencia”, indica el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE UU.
Además hay algunos medicamentos que pueden ayudar a que la vejiga se vacíe más al orinar o a tensar los músculos y reducir las fugas. En algunas ocasiones puede ser necesario recurrir a dispositivos médicos. Por ejemplo, un catéter (un tubo para sacar la orina del cuerpo) o un pesario (un anillo de plástico blando que se coloca en la vagina y ayuda a disminuir las fugas).
No hay evidencias de que reducir la ingesta de líquidos ayude a aliviar los síntomas
También circulan por Internet algunos remedios que carecen de evidencia científica. “Muchas personas incontinentes restringen la ingesta de líquidos para aliviar los síntomas de la incontinencia urinaria, pero existe evidencia de que esta medida no los mejora”, afirma Fontán.
La ingesta de líquidos “debe ser adecuada a la edad, la actividad física y el clima”. Según la experta, el consumo debería ser suficiente para “mantener una hidratación adecuada, aliviar la sed y tener un volumen corporal para orinar con normalidad”. Lo normal, según Madruga, sería beber unos dos litros de líquido al día, “dependiendo del ejercicio físico o de si hay situaciones de mucho calor, que harán evaporar líquido a través del sudor”.
“Menos bulos, más rigor científico” es un proyecto de DKV Salud con contenido editorial de Maldita.es.