Seguramente lo hayas sentido o quizás sepas alguien en tu entorno. Cansancio, menor capacidad de concentración, desgana, incertidumbre vital… Es la conocida como fatiga pandémica. Ya os hemos contado que con la pandemia ha aumentado el insomnio y los síntomas de depresión y ansiedad. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) usa este término para hablar de “desmotivación para seguir las conductas de protección recomendadas, que aparece de forma gradual en el tiempo y que está afectada por diversas emociones, experiencias y percepciones”. Os explicamos el doble sentido de este término y os contamos estrategias para afrontarla.
La otra fatiga pandémica
La otra acepción de fatiga pandémica se aplica a la gente que está mal como consecuencia de la pandemia y sus efectos, explica a Maldita Ciencia la psicóloga clínica Aurora Gómez Delgado.
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“Cuando hay una situación de estrés, tenemos una energía extra que durante un tiempo corto lo podemos afrontar aunque puede hacer, por ejemplo, que nos cueste dormir. Pero en este caso, la alerta se prolonga durante un año y no es sólo nuestra sino también por nuestros seres queridos. Esta tensión se acumula en el cuerpo y va a tener efectos negativos a largo plazo”, aclara Gómez Delgado. La psicóloga explica que la pandemia es “como una maratón que no sabemos cuándo acaba ni cómo dosificar nuestras energías. El problema es la incertidumbre porque las normas están cambiando constantemente, en el tiempo y en el espacio”, añade.
¿Cómo podemos hacer frente a esta fatiga pandémica ahora que la mayoría de la población de España vive en municipios de máximo riesgo de transmisión del coronavirus? Algunos consejos de la psicóloga son comunes para cualquier situación de estrés constante: reforzar las pautas de sueños, de nutrición y de ejercicio adecuadas. Pero también son necesarias las actividades placenteras y objetivos por el que hacemos este esfuerzo, encajarlas en nuestros objetivos vitales. Gómez recomienda que las personas hagan cosas que les produzcan placer y a la vez que ayudan a los demás, como puede ser participar en las despensas solidarias o hablar por teléfono con personas mayores en soledad no deseada.
También le parece a la psicóloga una buena estrategia tener una “mochila de riesgos posibles”, es decir, poder realizar actividades sin asumir muchos riesgos ni quemarnos. Un ejemplo sería si quedamos con una amiga con mascarilla al aire libre, ya no vamos esta semana a la peluquería. “Hay que dosificar” las situaciones de riesgo, aclara Gómez. La psicóloga clínica también reclama como posible medida que los gobiernos permitan a los ciudadanos participar como parte de la solución.
La fatiga pandémica y recomendaciones para mantener el apoyo de la ciudadanía, según la OMS
La desmotivación para tomar medidas frente al coronavirus es “una respuesta natural y esperada a una crisis de salud pública prolongada, entre otras cosas porque la gravedad y la escala de la pandemia de COVID-19 han exigido la aplicación de medidas invasivas con impactos sin precedentes en la vida cotidiana de todos, incluidos los que no se han visto directamente afectados por el virus en sí”, explica la OMS.
El organismo ha dado una serie de recomendaciones sobre estrategias comunicativas para hacer frente a la fatiga pandémica (un relajamiento de la población frente a las medidas que tiene que tomar contra el coronavirus) que han sido traducidas al español por el Grupo de trabajo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para Estrategia Comunicativa frente a la Fatiga Pandémica.
Las cuatro estrategias claves dirigidas a los gobiernos para mantener y revitalizar el apoyo de la ciudadanía a las conductas preventivas son: entender a las personas, la participación y que la gente se involucre como parte de la solución, permitir a las personas vivir sus vidas pero reduciendo el riesgo, y reconocer y abordar las dificultades que están experimentando.
El organismo internacional también propone 10 acciones concretas:
- Pensar de forma local, apoyándose en grupos de la sociedad civil.
- Preguntar a las personas usuarias de los distintos entornos (laboral, educativo...) cómo implementarían las medidas.
- Hacer recomendaciones sobre cómo seguir con la vida, pero reduciendo el riesgo de transmisión.
- Preparar soluciones seguras para futuras celebraciones nacionales donde la gente de distintas generaciones se reúne en distintos lugares, como las navidades.
- Entender qué medidas son insostenibles a largo plazo y corregirlas o compensarlas con otras medidas.
- Hacer que las recomendaciones sean fáciles y lo más asequibles posibles.
- Reconocer la contribución de todas las personas y evitar la amenaza, el miedo y la culpa
- Ser claros, precisos y predecibles.
- Hacer estudios poblaciones de forma habitual.
- Adaptar los mensajes a grupos específicos que estén experimentando desmotivación.
Fact-checkers de 30 países nos hemos unido para luchar contra la ola de desinformación que ha traído consigo el nuevo coronavirus iniciado en China, puedes leer más sobre los desmentidos en este artículo y en este otro del IFCN.
Primera fecha de publicación de este artículo: 27/01/2021