Hay alimentos que parecen inmortales. Por ejemplo, ¿se ponen alguna vez malos productos como la mermelada, la miel o el cacao en polvo? Aunque en ocasiones pueden durar años si han sido sometidos a tratamientos para eliminar los microorganismos o tienen poca agua, esto no quiere decir que sean eternos. Influirá, por ejemplo, si los hemos conservado en las condiciones adecuadas o si se encuentran abiertos.
Ya os hemos contado qué diferencia hay entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente. La dietista-nutricionista Fátima Japón cuenta a Maldita Ciencia que siempre nos debemos fijar en si un producto tiene fecha de caducidad, y nunca comérnoslo pasada esa fecha. “Hay una alta probabilidad de que las bacterias patógenas hayan proliferado en el alimento”, explica la experta.
Hay algunos productos que no tienen fecha de caducidad, sino de consumo preferente, tal y como cuenta la dietista-nutricionista Beatriz Robles a Maldita Ciencia. Según indica, suele ser el caso de la miel, el cacao en polvo, la mermelada, las conservas, las legumbres secas, el arroz seco, la pasta seca, las bebidas envasadas o las salsas.
Estos alimentos pueden “durar años”: “Incluso se han hecho estudios con conservas de hace décadas y seguían estando estériles. Pero no quiere decir que sean eternas”. En principio, siempre que estén cerradas y con el envase intacto, consumirlas “será seguro varios días o semanas tras la fecha marcada”.
Si están abiertas, a pesar de que pueda parecer que están en buen estado y no alteradas, deben consumirse en el plazo que indica el envase para el momento en el que se abren, que es lo que se conoce como “caducidad secundaria”. Por ejemplo, pueden tener una advertencia de este tipo: “Una vez abierto, mantener refrigerado y consumir en 3 días”.
¿Por qué hay alimentos que parece que nunca se ponen malos? Robles menciona que algunos pueden haber sido sometidos a esterilización como las conservas. De esta forma, se eliminan todos los microorganismos, tanto los patógenos como los alterantes (aquellos que alteran las características organolépticas y fisicoquímicas de los alimentos como el color, el sabor, el olor o la textura).
Albert Monferrer, veterinario experto en industria alimentaria y de calidad y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, explica a Maldita Ciencia que algunos productos (por ejemplo, los que van en polvo o la miel) tienen poca agua disponible para que crezcan los microorganismos.
Según cuenta, estos alimentos son seguros desde el punto de vista alimentario, aunque pueden cambiar organolépticamente. “Por ejemplo, la miel puede cristalizar o las mermeladas oscurecerse. Nos hemos de fijar que no hayan cogido humedad y se haya desarrollado moho o que no hayan crecido insectos en los productos en polvo”, comenta.
Alba Santaliestra Pasías, presidenta del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Aragón, indica a Maldita Ciencia que hay productos como la mermelada o la miel cuyo elevado contenido en azúcares “implica que sea una atmósfera en la que es casi imposible que los microorganismos puedan conquistarlos y por ello mantienen sus propiedades casi como el primer día”.
“Un adecuado almacenaje, en recipientes preferiblemente de vidrio, con cierre hermético, y en lugar seco y protegido de la luz serán parámetros que permitirán maximizar la vida útil en las mejores condiciones de todos estos alimentos”, comenta Santaliestra, que también es secretaria del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas y presidenta del Comité Científico de la Academia Española de Nutrición y Dietética. En Maldita Ciencia también os hemos explicado por qué hay alimentos que no deberías congelar o meter en el frigorífico y cuál es la mejor forma de ordenar los alimentos en la nevera.
Mario Sánchez , tecnólogo de los alimentos, confirma que el hecho de que algunos alimentos tengan fecha de consumo preferente (en lugar de fecha de caducidad) “no quiere decir que sean inmortales”. Todo dependerá de si los hemos conservado en las condiciones apropiadas que nos indica el fabricante en el envase o de si el producto está abierto: “Por ejemplo, una conserva de pescado sin abrir dura años y tiene consumo preferente, pero una vez abierta dura unos pocos días”.
En general, el tecnólogo de los alimentos recomienda respetar las fechas del envase en la medida de lo posible. Aunque “si es consumo preferente y el producto está sin abrir, podemos apurar algunos días más”.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes la dietista-nutricionista Fátima Japón y el veterinario Albert Monferrer.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 18/05/2021