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Probablemente nunca te hubieses imaginado leer las palabras pomelo y píldora anticonceptiva en una misma frase, teniendo esta sentido. Pues bien, hoy es el día: nos habéis preguntado si es cierto que esta fruta puede interferir en la eficacia de los anticonceptivos hormonales orales. La respuesta es que no.
Aunque no hay estudios concretos que lo demuestren, se sabe que algunos compuestos presentes en el pomelo podrían afectar a la forma en que nuestro cuerpo procesa algunos medicamentos. En el caso de la píldora, podría influir en la cantidad de medicamento que absorbemos, a lo alto: es decir, no afectaría a su eficacia pero sí, potencialmente, al riesgo de efectos secundarios.
¿Qué relación hay entre pomelo o su zumo y la píldora anticonceptiva?
Los anticonceptivos orales combinados, más conocidos como píldora anticonceptiva, contienen tanto estrógeno como progestina.
“En teoría, consumir zumo de pomelo o pomelo y píldoras anticonceptivas que llevan estrógenos podría aumentar los niveles de estrógeno en la sangre”, explica a Maldita Ciencia Vicent Carmona, ginecólogo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. Esto no reduce la eficacia como método anticonceptivo, pero podría aumentar la posibilidad de efectos secundarios como sensibilidad mamaria, náuseas, cambios en el sangrado uterino, coágulos de sangre o cáncer de mama.
Eso sí, Carmona añade que estas consecuencias “son raras”, que sólo serían significativas en mujeres con predisposición a desarrollar tales efectos secundarios y que, además, consumieran pomelo a diario y durante largos periodos de tiempo.
¿Por qué esta fruta puede hacer que aumente el estrógeno en sangre?
Al tomar un medicamento, como explica este artículo de la FDA, son las enzimas del sistema digestivo (moléculas que controlan las reacciones químicas de nuestro cuerpo) las que se encargan de su descomposición y/o absorción. El pomelo, sin embargo, puede interferir en el proceso, haciendo que dependiendo de cuál sea el fármaco con el que interactúe, absorbamos o demasiada cantidad o, por el contrario, muy poca.
También lo recoge la Clínica Mayo en su página web, que indica que “el problema es que los químicos de la fruta pueden interferir con las enzimas que metabolizan el medicamento en el sistema digestivo”. “Un medicamento que se descompone demasiado rápido no tendrá tiempo de funcionar. Por otro lado, un medicamento que permanece en el cuerpo demasiado tiempo puede acumularse hasta niveles potencialmente peligrosos”, añade Katherine Zeratsky, certificada en dietética por el estado de Minnesota y la Asociación Dietética Estadounidense, en el mismo artículo.
Este artículo del sitio web Drugs.com, revisado por la farmacéutica Leigh Ann Anderson incide en que, actualmente, los posibles efectos secundarios señalados (náuseas, sensibilidad mamaria, coágulos, etc.) no se han probado con el pomelo concretamente, pero también que “teóricamente podrían ocurrir”. Lo que los estudios sí han demostrado es que determinados compuestos, las furanocumarinas (también presentes en esta fruta) inhiben o bloquean a las enzimas encargadas de descomponer los estrógenos (CYP3A4). De ahí que los niveles de estos últimos puedan aumentar, “lo que genera un riesgo de efectos secundarios nuevos o empeorados”.
“Por lo tanto, la recomendación es evitar el consumo de pomelo o su jugo mientras se toman anticonceptivos combinados (los que llevan estrógenos)”, concluye Carmona. Puedes leer más sobre medicamentos o sustancias que sí podrían interferir en la eficacia de la píldora anticonceptiva en este artículo de Drugs.com. Además, en Maldita Ciencia hemos explicado otros mitos y dudas sobre los anticonceptivos orales.
Para la redacción de este artículo, nos ha prestado sus superpoderes el ginecólogo Vicent Carmona.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 11/05/2021
