De los alimentos caducados pasamos al café que lleva cierto tiempo hecho. Nos habéis preguntado si es verdad que puede causar taquicardias o acidez. No hay evidencias científicas de que sea así.
La supuesta vinculación con las taquicardias se debería a la cantidad de cafeína, según la dietista-nutricionista Beatriz Robles: “En general, la cafeína del café es bien tolerada y, aunque puede producir algunos efectos cardiovasculares agudos, según la EFSA no son clínicamente relevantes en personas sanas”.
Las alteraciones del ritmo cardiaco solo aparecerían asociadas al consumo de grandes cantidades de cafeína, excepto en el caso de que haya una sensibilidad individual. Robles explica a Maldita Ciencia que la cafeína no es un compuesto volátil, por lo que “su concentración va a ser la misma o solo ligeramente superior por la evaporación de una parte del agua que se produce en el recalentamiento del café”.
¿Qué diferencia hay entre tomarse el café recién hecho o de hace un par de días? “Para la salud, ninguna”, responde.
Pero, en cuanto a la experiencia placentera de beber un café, “desde luego que hay diferencias: el café tiene cientos de compuestos volátiles que le dan sus características deseables y estos se van degradando hasta que prácticamente pierde todos sus matices”, afirma. Es habitual que, según se deja pasar el tiempo, “tenga un sabor más amargo, por la transformación de distintos compuestos”.
Para Robles, lo mejor sería no tener que recalentarlo. Pero si hay que hacerlo, “tendría que estar guardado en el frigorífico en un recipiente hermético y recalentarlo aplicando poco calor”. Es decir, “no en el microondas a toda potencia)”.
En la misma línea se posiciona el tecnólogo de los alimentos Miguel Ángel Lurueña. Para él, hacer café y dejarlo en la cafetera a temperatura ambiente durante varios días hasta que lo vamos acabando “es un error”.
En primer lugar, porque “se puede deteriorar rápidamente (se producen reacciones de oxidación que producen compuestos de aromas y sabores desagradables)”. Además, “puede contaminarse con microorganismos que podrían poner en riesgo nuestra salud, como ocurre con otros alimentos”. “Deberíamos conservarlo en el frigorífico en un recipiente hermético una vez que se enfría, así prolongaremos su vida útil durante aproximadamente tres días”, añade.
Robles indica que también hay que tener en cuenta que si se añaden otros ingredientes al café como leche o nata “va a ser más susceptible al crecimiento de microorganismos y hay que ser extremadamente riguroso con la higiene, poniéndolo cuanto antes en el frigorífico y recalentándolo por encima de los 75 grados”.
Primera fecha de publicación de este artículo: 12/08/2020