En los últimos meses nos habéis preguntado todo tipo de dudas sobre los huevos: si se pueden congelar, si se pueden comer más de dos a la semana, si es mejor guardarlos en la nevera o si un huevo sigue siendo comestible aunque tenga una pequeña mancha roja o marrón flotando. Ahora nos habéis preguntado si alguien alérgico al huevo puede consumir carne de pollo y de gallina. Pues depende. Para la mayoría no hay problema, pero algunas personas padecen el síndrome ave-huevo y sí pueden experimentar síntomas respiratorios y digestivos tras tomar carne de pollo o de gallina.
Ramón de Cangas, dietista-nutricionista y doctor en Biología Molecular y Funcional, explica a Maldita Ciencia que “la alergia al huevo de gallina es una reacción generada por un mecanismo inmunológico derivado de la ingesta y contacto con el huevo”. “Como es obvio, ser alérgico al huevo no significa ser alérgico a otros alimentos. En general, las personas con alergia al huevo pueden consumir carne de gallina y otras aves”, explica De Cangas, que también es miembro del Comité Asesor del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.
No obstante, señala que sí que hay ciertas personas que pueden sufrir el llamado síndrome ave-huevo frente a una proteína “presente en las plumas y la carne de gallina e incluso otras aves”: “En estos casos, su consumo sí genera problemas”.
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) indica que la mayoría de los pacientes pueden comer carne de pollo o gallina con normalidad. “No obstante, en el caso de los alérgicos a la yema de huevo, se ha descrito, en algunos casos, una relación entre la misma y el desarrollo de síntomas respiratorios y digestivos tras la ingesta de huevo, carne de pollo, gallina, o tras el contacto con plumas, excrementos…”, señala. El síndrome ave-huevo se ha descrito sobre todo en adultos, aunque también puede afectar a niños, según la SEICAP.
Un artículo sobre este síndrome publicado en Pneuma, la revista de la Sociedad Gallega de Patología Respiratoria, Neumología y Cirugía Torácica, indica que el síndrome ave-huevo se da habitualmente en adultos, sobre todo en mujeres con una edad media de 46 años. Los autores sostienen que las personas con este síndrome pueden presentar “síntomas sistémicos tras la ingesta de huevo de gallina o carne de pollo”.
Arturo Rodolfo Domínguez Lázaro, exjefe de servicio de Alergia en la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, indica en el El gran libro del Huevo que en los adultos la alergia al huevo “puede ir precedida de síntomas respiratorios al contacto con las aves y posteriormente aparecer síntomas digestivos, cutáneos y respiratorios al ingerir yema de huevo o carne de pollo (síndrome ave-huevo)”.
Inmaculada Sánchez-Guerrero Villajos, médica especialista en alergología y miembro del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC, cuenta a Maldita Ciencia que si una persona es alérgica al huevo y a la carne, “presentará unos síntomas tras su ingesta que podrán variar desde picor en la boca y la garganta, que desaparece sin tratamiento, hasta un shock anafiláctico con dificultad para respirar, mareo, vómitos, bajada de tensión arterial y habones (placas rojas elevadas de la piel) en el cuerpo”.
Carmelo Escudero Díez, del Servicio de Alergología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, confirma a Maldita Ciencia a través del Instituto de Estudios del Huevo que los adultos pueden padecer el “síndrome ave-huevo”. “Este síndrome produce en algunos casos alergia a proteínas de huevo o carnes de aves por sensibilización primaria a proteínas de plumas o deyecciones (excrementos) de aves a las que se ha expuesto el paciente de forma repetida”, señala.
Según cuenta, se trata de un síndrome producido por alergia a proteínas diferentes a las que producen la alergia al huevo en niños. De hecho, “la alergia a las carnes de aves, y en particular a la de pollo, es muy infrecuente entre los niños con alergia al huevo”.
Sánchez-Guerrero cuenta que en niños los huevos y la leche “son los alimentos más frecuentemente implicados en la producción de las reacciones alérgicas”. “Aproximadamente un 66% de los alérgicos al huevo podrán consumirlos con normalidad a partir de los siete años”, cuenta. La médica especialista en alergología asegura que “es excepcional que los niños alérgicos a las proteínas de huevo lo sean también a la carne de pollo, aunque sí que hay algún caso descrito”.
Por este motivo, Escudero subraya que los niños con alergia al huevo no deben hacer una dieta exenta de carnes de aves. Sólo a aquellos menores que hayan tenido síntomas al comer carnes de aves se les debe hacer un estudio específico para descartar alergia a sus proteínas porque, según ambos expertos, se trataría de “casos excepcionales”.