¿A quién no le ha pasado? Después de comerse una buena fabada o un cocido, viene una buena racha de gases intestinales. Más allá del olor y la vergüenza que supone, esto puede generar cierta incomodidad si se acumulan. Una supuesta solución por las que nos habéis consultado es si tomar yogur después de comer legumbres ayuda a reducir los gases. Pero, lamentablemente, no funciona. Además de explicaros por qué no, os daremos algunos consejos para reducir los gases que nos producen las legumbres.
Estas flatulencias se deben a la presencia de dos oligosacáridos (conjuntos de moléculas) que nuestro cuerpo no puede digerir: rafinosa y estaquiosa. Ya en el intestino grueso, la microbiota las metaboliza produciendo gases, explica a Maldita Ciencia la dietista-nutricionista Beatriz Robles.
Las bacterias ácido-lácticas que se usan para hacer yogur sí tienen enzimas para fermentar estas sustancias. Pero hay dos problemas: estas bacterias tienen que llegar vivas de forma significativa al intestino grueso y “actúan exactamente igual que las bacterias que ya tenemos en nuestro intestino grueso: fermentan esos hidratos de carbono que nosotros no podemos digerir, y producen gas que vamos a tener que expulsar”, aclara Robles. “Si la fermentación se hace dentro del intestino grueso, a efectos de nuestra vida social nos va a dar igual que las responsables sean las bacterias del yogur o que sean las nuestras propias”, añade.
Aunque sentimos chafarte la ilusión, Robles sí da dos opciones para reducir los gases que producen las legumbres: hervir la legumbre poco tiempo con un exceso de agua, dejar reposar y eliminar esa agua y volver a cocer con agua limpia o hacer una cocción prolongada. El problema de la primera opción es que, además de perder los dos oligosacáridos causante de las flatulencias, con ellos se van también vitaminas y minerales.
Primera fecha de publicación de este artículo: 28/12/2020