¡Feliz Navidad, malditas y malditos! Desde Maldita Ciencia esperamos que estéis descansando y celebrando (este año con más cuidado que otros) este viernes, 25 de diciembre, pero viernes al fin y al cabo. ¿Que qué queremos decir con esto? ¡Que toca consultorio! Ya sabéis: las dudas científicas no cogen vacaciones.
Por eso mismo, te animamos a que nos sigas planteando las tuyas. Y como no nos cuesta nada el recordarte cómo hacerlo, aquí lo tienes: tenemos Twitter, tenemos Facebook, tenemos correo electrónico ([email protected]) y TikTok. ¡Pero es que también tenemos un chatbot de WhatsApp chulísimo! Guárdate el número: +34 644 22 93 19. Puedes mandarnos tu consulta por donde más rabia te dé. De momento, contestamos a las de esta semana.
¿Por qué a veces salen los ojos rojos en las fotos?
Nos habéis preguntado por qué hay veces en las que, cuando nos hacen una foto, salimos con los ojos rojos. La respuesta, aunque parezca inquietante, está en la sangre de estos órganos del cuerpo. Pero, ¿por qué?
Si vemos es porque la luz del sol o la artificial rebota en la materia. Parte de la luz se absorbe y otra parte se refleja (de ahí que veamos las cosas de diferentes colores, dependiendo de la frecuencia del rayo que rebote y capte nuestro ojo). Aquí la pupila cumple un papel importante.
"La pupila está justo en el centro del globo ocular y es como una puertecita por donde entra la luz. Como es una abertura pequeña, la luz que rebota en la retina no vuelve a salir hacia fuera y por eso al mirar a una persona a los ojos pensamos que la pupila es de color negro", explican en su blog los pediatras Elena Blanco y Gonzalo Oñoro. Es decir, esta parte absorbe toda la luz, no refleja. Por eso la vemos negra.
Ahora bien, si coinciden una serie de factores externos, como que estemos en un entorno poco luminoso y nos saquen una foto con flash, como explican Blanco y Oñoro, parte de la luz rebota en la retina y es capaz de salir del ojo devolviéndonos un color entre rojizo y anaranjado.
"La retina en sí misma es incolora y transparente, pero las células que hay debajo de ella son de color rojizo, al igual que los vasos sanguíneos que llevan la sangre", añaden. Pues bien, en estas condiciones que apuntamos, la pupila se encuentra dilatada. Este es el mecanismo de nuestros ojos para asegurarse que captan la mayor cantidad de luz (y así, poder ver lo máximo posible en unas condiciones de baja visibilidad). "Al estar dilatada permite que parte de la luz que rebota en la retina salga hacia fuera", explican los pediatras.
En definitiva: ese reflejo rojo se produce cuando el flash de una cámara, en condiciones de poca luz, ilumina la retina, la cual es abundante en sangre. "Si los ojos están mirando directamente a la lente de la cámara y el color del reflejo en ambos ojos es de color rojo, en la mayoría de los casos es una buena indicación de que la retina en ambos ojos está libre de obstáculos y es saludable", explica la Academia Americana de Oftalmología. Ahora bien, un "reflejo rojo anormal" blanco, amarillo o negro en uno o ambos ojos, puede ser una señal de advertencia sobre la presencia de alguna afección ocular.
¿Por qué huelen mal los pies?
Si alguna vez ante un "ponte cómodo y descálzate, si te apetece" has pensando que ojalá te tragase la tierra, muy probablemente algo haya tenido que ver con el tufillo que podrían dejar en ese momento tus pies. Esta semana nos habéis preguntado por qué esta parte del cuerpo puede presentar un olor tan característico. Lo primero que hay que tener en cuenta es que, como cualquier otra zona, transpiran y lo cierto es que el sudor, bien, bien, no huele.
Las culpables de este hedor al que muchas veces nos referimos al hablar de pies, en general, son las bacterias. “Estas habitan normalmente en los pies y les encantan los lugares húmedos y oscuros como el interior de unos zapatos sudados”, explica en la web KidsHealth. “Se multiplican con el sudor, de modo que, cuando no uses calcetines, se reproducirán a gran velocidad”.
Además, si coinciden determinadas condiciones, las bacterias pueden darse un buen festín gracias a nuestros pies. “Se alimentan de las células de piel muerta y de los aceites de la piel. Las colonias de bacterias crecerán y empezarán a eliminar productos de desecho en forma de ácidos orgánicos. Son estos ácidos orgánicos los que huelen tan mal”, añaden los expertos de KidsHealth.
Lo “bueno” en todo esto es que hay solución y diferentes medidas para evitar (o disminuir) este mal olor. El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido propone unos cuantos consejos. Entre los más importantes, como es evidente, mantener los pies limpios y secos y cambiarse los zapatos con regularidad. Intenta que estos no te aprieten mucho y que no sean de plástico.
Además, puede ayudar lavarse bien los pies con jabón antibacteriano una vez al día y secarlos bien después de haberlos mojado (sobre todo entre los dedos). Además, utilizar calcetines diferentes cada día, y no reutilizarlos demasiado. Si estos son de lana o algodón y no de nailon, mejor. Las uñas, por su parte, deben mantenerse cortas y limpias y, con respecto a la piel más dura, mejor si la limamos (si no, al humedecerse, puede ser el entorno perfecto para las bacterias de las que hablábamos).
Puedes leer más sobre el tema en The Conversation.
¿Cuál es la mejor postura para dormir durante el embarazo?
Si has estado embarazada quizás lo hayas oído alguna vez: es mejor dormir hacia el costado izquierdo. ¿Pero es verdad? La respuesta corta es que algunos expertos y literatura científica dicen que sí pero sólo en tercer trimestre del embarazo y otros mantienen que no importa la postura a la hora de dormir.
Lo aclara a Maldita Ciencia Carolina Esteve, ginecóloga de la Clínica Eugin, centro de reproducción humana asistida. “En el primer trimestre no se limita la posición para dormir y en el segundo no se recomienda boca abajo por la incomodidad para dormir por la propia barriga”.
En cambio, en el tercer trimestre se desaconseja dormir boca arriba “por un problema anatómico: el peso del feto y la placenta sobre la vena aorta y la vena cava inferior que irrigan la placenta”. Estos vasos sanguíneos pasan por el vientre y el propio peso del útero los comprimiría si dormimos boca arriba.
Esteve aclara que “en general no tiene que dar problemas pero si hay patologías de problemas de irrigación del útero” por hipertensión del embarazo u obesidad, por ejemplo, “al comprimir el peso del útero contra el vaso sanguíneo puede suponer disminución del riego sanguíneo a la placenta”. Y si el problema es el peso, ¿por qué dormir del costado izquierdo y no del derecho? Porque del derecho también habrá compresión sobre esos vasos sanguíneos que irrigan al feto, explica la ginecóloga.
Pero en cambio, la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia señala a Maldita Ciencia que “todas posturas son buenas. Hay aspectos mucho más importantes en la embarazada”. Coincide su posición con un estudio realizado por la Universidad de Utah (Estados Unidos), que ha concluido que dormir de espalda o de costado durante la semana 30 de embarazo (ya en el tercer trimestre de embarazo) no parece aumentar el riesgo de muerte fetal o de generar una reducción del tamaño al nacer o trastornos de la presión arterial alta del embarazo. Pero otros estudios anteriores sí han encontrado relación con dormir y riesgos para el embarazo.
Por lo tanto, la evidencia científica sobre la mejor postura para dormir de las personas embarazadas no está clara.
¿Comer un yogur después las legumbres ayuda a reducir los gases?
¿A quién no le ha pasado? Después de comerse una buena fabada o un cocido, viene una buena racha de gases intestinales. Más allá del olor y la vergüenza que supone, esto puede generar cierta incomodidad si se acumulan. Una supuesta solución por las que nos habéis consultado es si tomar yogur después de comer legumbres ayuda a reducir los gases. Pero, lamentablemente, no funciona. Además de explicaros por qué no, os daremos algunos consejos para reducir los gases que nos producen las legumbres.
Estas flatulencias se deben a la presencia de dos oligosacáridos (conjuntos de moléculas) que nuestro cuerpo no puede digerir: rafinosa y estaquiosa. Ya en el intestino grueso, la microbiota las metaboliza produciendo gases, explica a Maldita Ciencia la dietista-nutricionista Beatriz Robles.
Las bacterias ácido-lácticas que se usan para hacer yogur sí tienen enzimas para fermentar estas sustancias. Pero hay dos problemas: estas bacterias tienen que llegar vivas de forma significativa al intestino grueso y “actúan exactamente igual que las bacterias que ya tenemos en nuestro intestino grueso: fermentan esos hidratos de carbono que nosotros no podemos digerir, y producen gas que vamos a tener que expulsar”, aclara Robles. “Si la fermentación se hace dentro del intestino grueso, a efectos de nuestra vida social nos va a dar igual que las responsables sean las bacterias del yogur o que sean las nuestras propias”, añade.
Aunque sentimos chafarte la ilusión, Robles sí da dos opciones para reducir los gases que producen las legumbres: hervir la legumbre poco tiempo con un exceso de agua, dejar reposar y eliminar esa agua y volver a cocer con agua limpia o hacer una cocción prolongada. El problema de la primera opción es que, además de perder los dos oligosacáridos causante de las flatulencias, con ellos se van también vitaminas y minerales.
Antes de que os vayáis...
Como todas las semanas llegados a este punto nos gustaría recordaros que estamos aquí para resolver todas las dudas y preguntas que tengáis respecto a información científica, pero que si lo que te inquieta tiene que ver con un diagnóstico, tratamiento o afección personal, lo único que podemos aconsejarte es que acudas a un profesional sanitario que conozca personalmente tu caso y pueda tratarte adecuadamente. Ahora sí, ¡FELIZ NAVIDAD!