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MALDITA CIENCIA

Chocolate derretido, rooibos y relación entre antivirales por enfermedades crónicas y la COVID-19. Llega a Maldita Ciencia el consultorio 119º

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Hoy es viernes y, como tal y porque somos fieles a nuestra cita semanal, desde primerita hora de la mañana tenéis disponible el consultorio científico de Maldita Ciencia. Esta vez hablamos sobre si hay algún problema en que te comas esa barrita de chocolate que se había derretido o si verdaderamente el rooibos tiene propiedades medicinales. ¿COVID-19? También, también. Atento, que aclaramos alguna que otra duda (más) sobre él.

Y como una vez que solucionamos los de esta semana, necesitamos los temas que aclarar la que viene (esto es un no parar), pues te recordamos que nos puedes hacer llegar todas las preguntas que se te ocurran por TwitterFacebook, correo electrónico ([email protected]) o a través del nuevo chatbot de WhatsApp (¡guárdate el número! +34 644 22 93 19). ¡Vamos a darle caña!

Llevar el pelo suelto o sin cubrir, ¿aumenta el riesgo de contagio de COVID-19?

No es la primera vez que nos habéis preguntado por el pelo como posible medio de transmisión de la COVID-19. De hecho, en Maldita Ciencia ya hablamos de las barbas y del vello facial en relación a este tema. Hoy vuestra duda tiene que ver con las melenas tal cual. Nos habéis preguntado si llevar el pelo largo suelto o sin cubrir puede aumentar el riesgo de contagio por COVID-19. Como ya explicamos hace unos meses, por el momento no hay estudios que hayan investigado sobre ello.

Es evidente que si alguien estornuda o tose a nuestra espalda, tanto el SARS-CoV-2 como otros virus y como en cualquier otra superficie, estos podrían llegar a nuestra cabellera. Ahora bien, que esto suceda no significa que vaya a entrar en contacto con nuestras vías respiratorias y mucho menos que vaya a infectarnos.

"La supervivencia del coronavirus en el pelo aún no ha sido estudiada (o al menos los datos no están disponibles) de manera específica", explicaba a Maldita Ciencia Mónica Berjón Otero, investigadora especializada en Virología y Biología Molecular en el Max Planck Institute for Medical Research (Heidelberg, Alemania). Su recomendación era no obsesionarnos con el tema y simplemente seguir las medidas de seguridad.

María Pino, bióloga e investigadora en la Universidad de Emory (Atlanta, EEUU) y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, coincide en que no existen evidencias científicas sobre que el pelo largo sin recoger o cubrir aumente el riesgo de contagio del SARS-CoV-2. "Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) no tienen ninguna recomendación especial sobre este tema", indica Pino y añade que, aunque "el virus puede depositarse en forma de aerosol en cualquier superficie, como el pelo, la probabilidad de que lo haga en una cantidad suficiente y de que sobreviva, sea infeccioso e incremente el riesgo de nuevas infecciones per se es poca".

 

Lo que sí muestran las evidencias científicas actuales es que la transmisión de la COVID-19 a través de superficies es menos frecuente de lo que se creía en un primer momento, al menos en las condiciones de la vida real.

"Nuestros hallazgos sugieren que es poco probable que la contaminación ambiental que conduce a la transmisión del SARS-CoV-2 ocurra en condiciones de la vida real, siempre que se cumplan los procedimientos de limpieza y las precauciones estándar", explican los investigadores del estudio, publicado en The Lancet. "Estos datos indican que la posibilidad de transmisión a través de superficies inanimadas es menos frecuente de lo que se reconocía hasta ahora", añaden.

Según explicaba en Maldita Ciencia Sonia Zuñiga, investigadora del Centro Nacional de Biotecnología en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CNB-CSIC), contagiarse a través de esta vía sería muy poco probable. Para ello, alguien nos habría tenido que toser cerca en el pelo, dejarlo lleno de goterones (para que hubiese carga viral importante) y que nosotros nos llevásemos esa misma zona a la nariz o la boca. “Una situación muy poco probable en el día a día de una persona”, indicaba la experta.

¿Están las personas que toman antivirales por enfermedades crónicas menos expuestas al coronavirus SARS-CoV-2?

Otra duda sobre el coronavirus que nos habéis hecho llegar es si aquellas personas que toman antivirales por alguna condición están más protegidas frente al coronavirus que causa la COVID-19. La respuesta corta es que no hay evidencia de que los antivirales para luchar contra otros virus impidan la infección del coronavirus ni de que las personas que los toman estén protegidas frente al coronavirus.

Actualmente existen fármacos antivirales frente a cuatro virus: el virus de la gripe, los herpesvirus que causan herpes y varicela, el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y el virus de la hepatitis C, explica a Maldita Ciencia Víctor Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Microbiología (SEM).

De estos cuatro tratamientos antivirales, el único que se debe administrar de forma indefinida es contra el VIH, el virus que puede llegar a provocar sida, añade Esteban Martínez, consultor senior del Servicio de Enfermedades infecciosos del Hospital Clínic de Barcelona, profesor asociado de la Universidad de Barcelona y presidente de Grupo de Estudio del Sida (GESIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). Los antivirales contra la hepatitis C se administran hasta un máximo de 24 semanas.

¿Y estos tratamientos sirven de alguna manera contra el coronavirus SARS-CoV-2? "Los antivirales son bastante específicos. Son moléculas que inhiben una función para su multiplicación y sus dianas son muy específicas para cada virus. No suele haber actividad cruzada contra otros virus. Los antivirales son de corto espectro", aclara Jiménez Cid. Además, el VIH "es biológicamente muy distinto del coronavirus", explica el catedrático de Microbiología.

Frente a la epidemia del coronavirus SARS de 2002 y 2003 se vio que el retroviral ritonavir usado contra el VIH podía tener eficacia contra ese virus, explica Martínez. Por eso se probó inicialmente este inhibidor de la proteasa (enzima que ayuda a romper proteínas) frente al coronavirus SARS-CoV-2 y ahora ya se sabe que no es eficaz: un ensayo clínico no ha encontrado diferencias en la mortalidad ni en la duración de la estancia hospitalaria entre los pacientes COVID-19 a los que se les dio ritonavir y a los que no, explica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

También se ha probado contra el coronavirus el antiviral remdesivir, al cual le hemos dedicado un artículo entero a explicar qué es y qué evidencia hay frente a su utilidad frente al coronavirus. Este fármaco desarrollado frente al virus del Ébola es desaconsejado por la Organización Mundial de la Salud para pacientes con COVID-19. "Hasta el momento se puede ver que tiene un efecto discreto en algunos pacientes pero no tiene impacto sobre la mortalidad. Acorta el ingreso hospitalario, lo cual es un efecto bastante pobre", apunta Esteban Martínez.

El antiviral tenofovir, que se usa en el tratamiento preexposición frente al VIH, la PrEP, "podría tener cierta efectividad frente al coronavirus pero no tenemos evidencia definitiva", señala Martínez. "No hay evidencia contundente y los pacientes seropositivos no deben cambiar de tratamiento ni los pacientes seronegativos deben tomarlo", advierte.

Además, hay líneas de investigación importantes con antivirales "para hacer frente a esta pandemia pero van más avanzadas las vacunas. De momento no hay moléculas específicas contra el coronavirus", concluye Jiménez Cid.

¿Es malo comer chocolate que se ha derretido y luego se ha vuelto a solidificar?

En Maldita Ciencia ya hemos resuelto varias dudas a los más golosos. Por ejemplo, os hemos explicado por qué no hay evidencias científicas que garanticen que el chocolate sea afrodisiaco, qué sabemos sobre la relación entre el chocolate y el acné o por qué el chocolate blanco sí es chocolate. Ahora nos habéis preguntado si es malo comer chocolate que se ha derretido y luego se ha vuelto a solidificar. En principio, no pasa nada por hacerlo, pero es probable que no esté tan bueno como esperabas.

La dietista-nutricionista Beatriz Robles, explica a Maldita Ciencia que consumir chocolate que se ha derretido y luego se ha vuelto a solidificar no supone ningún problema de seguridad alimentaria. Pero, tal y como explica en el libro Come seguro comiendo de todo (2020), sí afecta a las propiedades sensoriales del producto.

“Es un proceso que se conoce como fat-bloom o ‘florecimiento de la grasa’. La composición de la grasa del chocolate hace que en estado sólido su estructura pueda adoptar seis formas distintas de ‘cristales’, que se funden a temperaturas diferentes”, indica. La forma de estos cristales importa porque de ella depende el color, el brillo y la textura de las grasas del chocolate. A partir de 36 ºC, “todas las grasas que forman la manteca de cacao se funden y pasan a estado líquido”. Cuando la temperatura baja de nuevo, se forman otra vez esos cristales, pero lo hacen en las versiones “menos atractivas”, según Robles: “No solo tendrás una capa blanquecina, sino que la textura será basta y arenosa. Comerlo no supone ningún problema para la salud, pero no es nada apetecible”.

El tecnólogo de los alimentos Miguel Ángel Lurueña confirma a Maldita Ciencia que comer este chocolate no debería suponer un riesgo para la salud. Explica que por lo general el chocolate tiene muy poca cantidad de agua: “Eso significa que los microorganismos que estropean los alimentos o que nos enferman (como bacterias o mohos) no pueden crecer. Por eso su fecha de duración es tan amplia”. Ese bajo contenido en agua “impide que se desarrollen microorganismos patógenos” cuando se derrite y se vuelve a solidificar.

Pero puede haber otros problemas. Además de que el chocolate pierda brillo o adquiera una textura desagradable, menciona que se puede producir un enranciamiento de las grasas. “Se producen compuestos potencialmente tóxicos y que aportan mal sabor, como cuando el aceite o los frutos secos se ponen rancios”, indica. Además, en chocolates que incluyen otros ingredientes (por ejemplo frutas), la cantidad de agua es mayor por lo que el riesgo aumenta.

Por su parte, el dietista-nutricionista Daniel Ursúa hace también hincapié en que no es lo mismo si la tableta que se derrite está cerrada o abierta. “Si la dejamos abierta, estará expuesta a los microorganismos del medio ambiente, por lo que puede ser peligroso”. 

La temperatura a la que el chocolate se derrita va a depender principalmente de la proporción de manteca de cacao, leche, azúcar y cacao que tenga, según Ursúa: “Por eso no todos los chocolates funden igual”. El dietista-nutricionista recuerda que el mejor sitio para guardar el chocolate es un lugar fresco y seco. No se recomienda conservarlo en la nevera puesto que al comerlo frío se pierden parte de sus aromas cambiando así su sabor”, aclara.

Mónica Pérez, presidenta de la Asociación Pro-Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Extremadura y miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, indica a Maldita Ciencia que si se guarda en el frigorífico, debe estar bien protegido y envuelto en un papel dentro de otro recipiente hermético. Además, recomienda sacarlo un tiempo antes de su consumo para que se atempere. *

¿Es cierto que el rooibos tiene propiedades medicinales múltiples?

Nos habéis preguntado por las infusiones de rooibos (que no es lo mismo que el té rojo), concretamente si estas tienen "propiedades medicinales múltiples". Entre ellas, habéis oído que son antioxidantes y que refuerzan el sistema inmunitario. ¿Es así? Lo cierto es que, aunque sí pueda tener componentes con determinadas propiedades, esto no debe confundirse con que el rooibos sea un producto terapéutico o medicinal y mucho menos debe sustituir a un tratamiento o fármaco real o a unos hábitos de vida saludables.

Existen investigaciones en ratones que sugieren que el rooibos es antimutagénico (evita mutaciones, alteraciones en el ADN de las células). "Pero no señalan nada en relación al sistema inmunitario per se", comenta a Maldita Ciencia Lorenzo Mingallón, tecnólogo de los alimentos y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. Otra investigación hace referencia a sus propiedades antioxidantes y, de nuevo, antimutagénicas. "Están muy ligadas a la piel y a patologías como la dermatitis o el eccema", señala.

Mingallón apunta que el rooibos "es recomendable como infusión, por ejemplo, para sustituir al té en niños, hipertensos etc.". "Además, como todas las infusiones, es un consumo complementario al de agua y por tanto diurético. Tiene algunos beneficios más o menos contrastados, a veces utilizándolo, no en formatos de consumo como infusión, si no de uso tópico (como calmante para dermatitis), pero no es la panacea y mucho menos un tratamiento medicinal. Ni este ni ningún alimento", advierte el experto.

Además, afirma que la alimentación "siempre será un tratamiento de choque en casos de trastornos en este área y como preventivo enmarcado en un estilo de vida saludable, pero consumir o no un alimento concreto no te va curar ninguna patología", añade. Además, recuerda que el rooibos no es un té. "Muchos lo denominan 'té rojo', pero no procede de la planta del té ni contiene cafeína en su composición. Lo cual puede ser un beneficio para según que colectivos", indica Mingallón.

Daniel Ursúa, dietista-nutricionista, señala a Maldita Ciencia que lo más importante es valorar la globalidad de los hábitos de vida, no la ingesta de un solo alimento (ya te contamos que los superalimentos no existen). "Por muchos antioxidantes que tenga una infusión, no va a sustituir a unos buenos hábitos de vida, entre otras cosas, porque la cantidad de antioxidantes que podemos ingerir a través de las infusiones es limitada", recuerda Ursúa.

Esto no quiere decir que no puedas o debas consumirlo: "Si te gusta tomar infusiones porque te relaja o simplemente te gusta su sabor, adelante, no tiene nada de malo; pero no lo hagas pensando que va a tener unas propiedades que no tiene o que va a sustituir a otros hábitos verdaderamente saludables como comer fruta y verdura fresca (ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales) o hacer ejercicio", explica Ursúa.

Además, el experto añade que cuando hablamos de los riesgos del nutricionismo, nos referimos precisamente a esto. "Destacar de una infusión su contenido en antioxidantes o en minerales puede hacernos creer que es saludable tomarlo por esa cantidad de antioxidantes y podemos pensar que, como estamos tomando esa infusión, no es necesario que adoptemos otros hábitos como el de hacer ejercicio o llevar una dieta rica en frutas y verduras", advierte.

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En este artículo ha colaborado con sus superpoderes los malditos Lorenzo Mingallón y María Pino.

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* Actualizado el 27 de noviembre de 2020 con las declaraciones de Mónica Pérez, presidenta de la Asociación Pro-Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Extremadura y miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.

Primera fecha de publicación de este artículo: 27/11/2020.

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