Quizás lo hayas visto o seas tú mismo quien usa dos mascarillas a la vez (dos quirúrgicas o una quirúrgica y una FFP2) para disminuir el riesgo de contagio por coronavirus de una forma más efectiva. Pero, ¿de verdad lo consigue? Excepto en circuntancias muy concretas que ahora explicaremos, esta práctica no tiene sentido ni es recomendable.
Irene Suárez, farmacéutica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, cuenta a Maldita Ciencia que "es importante que hagamos un uso correcto de las mismas y evitar la utilización de más de una mascarilla a la vez, ya que esta práctica no aumenta la eficacia de la protección y en cambio genera un aumento del consumo y de residuos innecesario". Suárez explica que la idea de que "dos mascarillas son mejor que una" surge a raíz del énfasis inicial en la transmisión del virus por gotículas, cuando ahora sabemos que también existe la transmisión aérea o por aerosoles.
"Al principio se decía que el virus solo se podía transmitir a través de gotitas salivales, pero ya se ha demostrado que puede permanecer en aerosoles", recuerda Javier Corada, ingeniero experto en mascarillas EPI y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. Esto ha creado "la percepción de que la mascarilla es un parapeto para proteger contra proyectiles, cuyo ajuste no es muy importante. El símil del humo ayuda a entender la gran importancia de este ajuste", explica este informe científico sobre vías de transmisión SARS-CoV-2 para el Ministerio de Ciencia e Innovación de España.
Es decir, que es más importante una mascarilla bien ajustada que evite que respiremos esos aerosoles (que serían como el humo) que un parapeto doble para frenar las gotículas (que se parecerían más a los proyectiles).
Sin embargo, como ya hemos dicho, en algunas situaciones sí se utilizan dos mascarillas juntas, una FFP2 y una quirúrgica: "En el sector hospitalario, muchas veces se utiliza FFP2 y encima una quirúrgica o higiénica (que es más económica). Esto se hace sencillamente para poder tirar esta última tras su uso y que la FFP2 valga para más turnos. Solo eso, para que el EPI no se ensucie", explica Corada, y no porque esto ofrezca una mayor protección.
"Con la FFP2/FFP3 ya tienes la protección hacia fuera que tendría la quirúrgica, pero además tienes una protección hacia dentro. Los hospitales cuando la usan [combinada con una higiénica], es para para aumentar la durabilidad de la mascarilla de protección", añade el ingeniero.
Además incide en que la quirúrgica es una mascarilla "altruista": protege a los demás. "Al final sí, es una barrera, pero su función es que si tú tienes el virus, este no salga hacia fuera".
Por otro lado, en el caso especial del uso en hospitales, desde la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (ASEPAL) recuerdan la importancia de ponerse adecuadamente la mascarilla quirúrgica para que esta no interfiera en la correcta colocación del EPI, y por tanto, en el ajuste facial, de la mascarilla autofiltrante. "Si existiese la más mínima duda, siempre es recomendable contactar con el fabricante para asegurarse de que este uso no interferirá en el funcionamiento del EPI", añade Javier Díaz Alonso, responsable técnico de ASEPAL.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Javier Corada.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 19/11/2020.