Nos habéis preguntado por varios artículos publicados en diferentes medios de comunicación que afirman que los enjuagues bucales "pueden desactivar la COVID-19 en humanos". Sin embargo, no hay evidencias de que sea así. Los titulares surgen a raíz de una interpretación incorrecta de un estudio.
Se trata de una investigación del Colegio de Medicina de Penn State (Estados Unidos) cuyos resultados han sido publicados en la revista Journal of Medical Virology en septiembre de 2020 que ni ha sido realizada en humanos ni ha estudiado el comportamiento del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, sino el de otros coronavirus. Además, en ningún momento dice que pueda "desactivar la infección".
"Como los mismos autores dicen, puede ser un punto de partida sugerente, pero: uno, no se ha hecho con SARS-CoV-2, sino con otro coronavirus humano que causa resfriado común, con lo cual no se pueden directamente extrapolar las conclusiones; y dos, se ha hecho en unas condiciones que podrían no ser exactamente las mismas en las que se encuentra el virus en la cavidad nasofaríngea (la zona de la nariz y la garganta), ni las que simulan la aplicación de este tipo de productos", explica a Maldita Ciencia Sonia Zúñiga, investigadora de coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología.
Para la experta, la metodología y las conclusiones parecen adecuadas, ya que los propios investigadores "son muy prudentes y no van mucho más allá de decir que estos son datos preliminares, que sugieren que este tipo de productos podrían ayudar a eliminar el virus en ese entorno".
Sin embargo, pone una pega. "Tal y como yo lo veo, este tipo de productos podrían ayudar a una mejor higiene y, por tanto, a eliminar virus que aún no está dentro de las células. Pero si el virus ya ha infectado las células de esa zona, no se va a eliminar", aclara Zúñiga. "Quizá podría ayudar a que se redujese la carga viral que un infectado está liberando y, por tanto, reducir las posibilidades de transmisión a otras personas, pero no más que lo que lo hacen la mascarilla y la distancia social", concluye.
Francisco Zaragozá, catedrático de Farmacología y vocal de Investigación y Docencia del Consejo General de Farmacéuticos, señalaba en Redacción Médica que, debido a la falta de especificación, por no haber tratado en personas, el informe carece de veracidad. "Si es una aportación más, estupendo, pero para que sea un aporte es necesario que digan qué producto es, para poder tener un juicio veraz y consistente. Al no explicarlo no vale para nada. El tema es que si no especifican con cuántos pacientes han tratado este estudio no es serio y carece de valor", indicaba el experto.
Zaragozá coincide en que, como mucho, esta podría ser una medida más de higiene. "Como medida higiénica lo podría entender, al igual que nos ponemos alcohol gel, usamos mascarilla y guardamos distancia. Lo que sí hay que pensar es que el individuo no puede estar todo el día aplicándose este antiséptico bucal", apunta el vocal del Consejo General de Farmacéuticos.
"Esto es un poco de sentido común: cualquier medida de buena higiene es mejor para reducir las posibilidades de contagio. Es como el lavado de manos. Si además de hacerlo con frecuencia, también te lavas la cara con agua y jabón cuando llegas a casa, pues mejor", concluye Zúñiga.
P.D.: Recuerda que tampoco es buena idea lavarse la vagina con Listerine u otro enjuague bucal.
Primera fecha de publicación de este artículo: 28/10/2020.