Nos habéis preguntado por un mensaje de una supuesta enfermera australiana que recomienda no dejar que te apunten con un termómetro infrarrojo en la frente y en la glándula pineal porque es perjudicial para la salud. En su lugar, aconseja apuntar a la muñeca o al codo. No hay evidencias de que estos dispositivos sean perjudiciales para la salud. Además, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos indica a Maldita Ciencia que la temperatura no se puede medir en cualquier parte del cuerpo de forma indistinta. Os lo explicamos.
No hay evidencias de que los termómetros infrarrojos sean perjudiciales para la salud
El mensaje supuestamente está escrito por una enfermera australiana (de quien no se mencionan nombre ni apellidos) que se niega a apuntar a sus pacientes a la frente con un rayo infrarrojo. “¿Es prudente colocar un láser infrarrojo en la glándula pineal de alguien?”, indica.
La glándula pineal es un órgano pequeño del cerebro que produce melatonina (una hormona vinculada, entre otras cosas, con los ciclos de vigilia y sueño). Según esta supuesta enfermera australiana, la glándula pineal se encuentra “directamente en el centro de la frente”. En realidad, está en el centro del cerebro y bastante alejada de la frente, tal y como muestra esta infografía de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
En el mensaje, se indica que apuntar con un rayo infrarrojo a la cabeza (y a la glándula pineal) puede causar problemas de salud. A día de hoy no hay evidencias de que estas pistolas para medir la temperatura sean perjudiciales para la salud, tal y como os contamos aquí. Tampoco dañan la vista ni matan neuronas.
Pablo Eguia, vocal de la Sociedad Española de Neurología, explica a Maldita Ciencia que estos dispositivos “no emiten ninguna señal perjudicial y por tanto no dañan nuestro organismo”.
En la misma línea se posiciona Conchi Lillo, profesora de la Universidad de Salamanca y neurobióloga. Según cuenta a Maldita Ciencia, es imposible que este tipo de dispositivos “pueda provocar daño alguno en nuestro organismo porque las pistolas para medir la temperatura, a pesar de que se llamen ‘de infrarrojos’, no emiten, sino que recogen la información del calor que desprende un cuerpo”.
Los humanos, según explica, emitimos calor en forma de infrarrojos. “Nuestros ojos no perciben este tipo de radiación, pero hay aparatos que sí lo hacen, como estas pistolas medidoras de temperatura, que usan esta tecnología para recoger la información del calor corporal”, cuenta.
E incluso en el caso de que emitieran radiaciones infrarrojas, “estas tendrían que ser muy concentradas y de una gran potencia para que fueran potencialmente dañinas”.
La Delegación de Galicia del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO) subraya que todos los aparatos de este tipo deben estar homologados para poder ser utilizados sin que ello suponga ningún riesgo para la salud de las personas.
Raúl Máximo, ingeniero de soporte técnico de PCE Instruments (una empresa que comercializa dispositivos de este tipo) insiste en que “un termómetro infrarrojo de frente sin señalador láser o de otro tipo no debe emitir nada, salvo la mínima radiación electromagnética que pueda emitir cualquier equipo electrónico de pequeña potencia, que no está demostrado que suponga ningún daño a las neuronas ni a la salud en general”.
“De demostrarse algo así, tendríamos que prescindir de todo equipo eléctrico y electrónico que tengamos y volver a la Edad de Piedra”, dice a Maldita Ciencia.
“La temperatura no se puede medir en cualquier parte del cuerpo de forma indistinta”
En el mensaje se afirma que colocar un termómetro en la muñeca o en el codo es “mucho más preciso y mucho menos dañino”. Pero la temperatura no se puede medir en cualquier parte del cuerpo de forma indistinta, según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
La temperatura normal del cuerpo “se considera cercana a los 37 grados centígrados”. Pero “tanto la edad, las características de la propia persona, la hora del día o la zona del cuerpo donde se toma la temperatura, son factores que pueden afectar a la temperatura”.
Por ejemplo, Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) explica a Maldita Ciencia que la temperatura promedio normal oral es de aproximadamente 37°C mientras que la temperatura rectal suele ser entre 0,3°C y 0,6°C más alta que la oral y la medida en la frente suele ser entre 0,3°C y 0,6°C más baja que la oral.
Antonio Blanes, responsable de Servicios Técnicos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, cuenta a Maldita Ciencia que una medición debajo del brazo “tiene un mayor impacto de la temperatura ambiente”. Los termómetros infrarrojos frontales "están preparados para tomar la temperatura, específicamente, en la frente".
Si se toma en otras partes, “puede ser variable y los resultados no serán óptimos”. “Incluso, si una persona lleva maquillaje o una crema hidratante, se puede alterar las mediciones”, afirma.
Primera fecha de publicación del artículo: 18/09/2020.