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MALDITA CIENCIA

Las "mascarillas inteligentes" de la marca CLIU: permiten leer los labios al ser transparentes, pero no hay evidencias de que sus filtros de carbón activo sean eficaces frente al coronavirus

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A muchos de vosotros os ha llamado la atención un nuevo tipo de mascarillas, conocidas como "mascarillas inteligentes" que, en teoría, son capaces de autodesinfectarse, medir la calidad del aire y alertar de focos cercanos de coronavirus, además de proteger contra el SARS-CoV-2. Os explicamos lo que sabemos sobre ellas.

Las mascarillas deben cumplir normas técnicas concretas para saber qué tipo y nivel de protección ofrecen, pero estas no lo especifican

Según la página web de la marca, CLIU, esta nueva mascarilla "protege de los virus, el polen y la contaminación y gracias a su aplicación móvil, informa sobre la calidad de la respiración, la presencia de brotes cercanos y la pureza del aire de tu entorno". Además, dispone de una pantalla transparente para cubrir tanto la nariz como la boca, al contrario que las mascarillas higiénicas, quirúrgicas y EPI, que "permite a las personas con dificultades auditivas leer el labial de los demás y captar inmediatamente cualquier información". Sin embargo, todavía no se comercializan (la página web solo permite reservar, no comprar), sino que están en desarrollo vía crowfunding.

"Efectivamente, el producto es muy atractivo y utiliza las ventajas que nos ofrece la electrónica hoy en día. Pero sea la mascarilla que sea, debemos estar seguros del tipo y nivel de protección que ofrece", recuerda a Maldita Ciencia Fernando Usera, del Servicio de Bioseguridad del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

En la fabricación y comercialización de los equipos de protección, al igual que con respecto a muchos bienes y productos, es fundamental tener como referencia el sistema de normalización y certificación. "Los diferentes equipos de protección deben cumplir normas técnicas específicas, normas UNE, EN e ISO, por las cuales sabemos para cada equipo qué tipo de protección y nivel de protección ofrece", comenta el investigador.

Añade, además, que los laboratorios que se encuentran acreditados para certificar frente a estas normas evalúan el equipo a petición del fabricante y así determinan su tipo y nivel de protección. De esta forma, cuando se adquiere un equipo de protección individual se tiene una garantía de sus características de protección y de cómo y en qué condiciones se puede utilizar. "Teniendo en cuenta todo lo indicado anteriormente, esta mascarilla debería encontrarse certificada frente a una norma técnica que garantizase su tipo y nivel de protección", aclara Usera.

Desde Maldita Ciencia nos hemos puesto en contacto con el fabricante para aclarar si las mascarillas disponen de los certificados necesarios para avalar su eficacia en la protección contra la COVID-19 (que no vienen reflejados en la página web), así como si cumplen las normas técnicas requeridas (ya que no las especifican), pero aún no hemos obtenido respuesta. "Desconozco si estas mascarillas tan atractivas cumplen algún tipo de especificación o norma. Si la cumplieran todo correcto, pero si no fuera así, tendríamos todas las dudas sobre su tipo y nivel de protección", concluye el experto.

Para que una mascarilla sea eficaz, lo importante son los filtros

Gemma del Caño, farmacéutica especialista en seguridad alimentaria, opina que todo depende de los filtros que utilice este tipo de mascarilla. "¿Que es muy mona y tiene Bluetooth? Eso está muy guay. Pero es que no necesitamos una mascarilla con Bluetooth ni con la que podamos consultar el móvil: necesitamos una mascarilla que sea eficaz. Entonces, todo va a depender de los filtros que tenga", indica. “Esta mascarilla es como una mascarilla normal a la que le pones un filtro, como también se lo pones a una mascarilla normal", añade Del Caño.

Como puede verse en la imagen, la "mascarilla inteligente" utiliza filtros de carbon activo para filtrar el aire que inspiramos. Hay estudios que apuntan que las máscaras con este mecanismo están destinadas a absorber productos químicos del aire inhalado. "No se prueban formalmente para la eficiencia de filtración de partículas y bacterias, y no reclaman protección contra la transmisión por aire o por gotitas", indican los autores, aunque añaden que en la situación en la que nos encontramos y si no hay mascarillas quirúrgicas disponibles, su uso en personas con síntomas respiratorios es preferible a que no lleven mascarilla.

Por otro lado, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de China indican aquí que "las mascarillas de gasas de algodón o de carbón activado tienen ciertos efectos protectores y también pueden reducir la propagación de gotas al toser, estornudar y hablar".

"Que tenga filtros de carbón activo no significa que nos pueda prevenir frente al coronavirus sino, como dicen, evitar el polvo y el polen del ambiente", recuerda Del Caño que además explica en este artículo por qué este tipo de filtros en las medias máscaras no son eficaces contra virus y bacterias.

Otras ventajas e inconvenientes: inclusión, autolimpieza, sostenibilidad, y precio elevado

La página web de CLIU también dice que gracias a la base especial de rayos UV, la máscara se puede recargar y "eliminar todas las bacterias en un instante".

Aunque mencionan bacterias y no virus, recordamos (como ya explicamos aquí) que los virus son sensibles a la luz ultravioleta porque esta destruye los ácidos nucleicos y daña su ADN, dejándolos incapaces de realizar funciones vitales. Una investigación publicada en la revista Journal of Virological Methods analizó qué ocurría con un coronavirus anterior al actual, el SARS-CoV, y concluyó que el virus se inactivaba por luz ultravioleta a 254 nm, tratamiento térmico de 65 grados ºC en adelante y condiciones alcalinas (pH> 12) o ácidas (pH <3).

Entre otra de las cualidades que indica la empresa sobre el producto, señala la importancia de que esta pueda autolavarse. "No le veo ninguna ventaja frente a las mascarillas habituales: muchas también se pueden lavar en la lavadora", opina Del Caño. "Tampoco es más ecológica porque tienes que seguir cambiando los filtros exactamente igual que lo haces en el resto de mascarillas con filtro o a la misma velocidad que repones una mascarilla quirúrgica", afirma.

La propia empresa indica que el estudio efectuado para la realización de esta mascarilla "tuvo en cuenta las formas, los materiales, las funciones de los equipos y programas informáticos mediante una planificación y un análisis muy precisos". Sin embargo, añade que "dado que se trata de un proyecto de crowdfunding de alto valor tecnológico, algunas características y funcionalidades pueden variar".

"Yo lo que veo que es una campaña de marketing brutal. La mascarilla es super molona, pero creo que no supone una ventaja a día de hoy pagar esa barbaridad de dinero [desde 68€]", concluye Del Caño. "La única ventaja es que tiene el frontal transparente, lo que podría facilitar la lectura de labios para la gente que tiene discapacidad auditiva".

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