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Nos habéis hecho llegar un vídeo donde se ven unas palomas muertas por el suelo con un texto que dice: “Barcelona. Los pájaros se caen como piedras del cielo. La red de 5G es la culpable [?]”. El vídeo sí se grabó en Barcelona, pero no hay ninguna evidencia de que la muerte de las aves se deba a antenas 5G. De hecho, no hay evidencias de que el 5G afecte a la salud de las aves, ni de las personas, como explicamos después.
Un usuario colgó en Twitter el pasado 24 de abril un breve vídeo de 14 segundos donde se ven unas 15 palomas muertas en un suelo de adoquines, junto a un par de palomas vivas. Este contenido ha aparecido en más plataformas y se sigue compartiendo. En el vídeo, quien graba dice “Esto es muy raro”. Sin embargo, en ningún momento se ve cómo las palomas “caen como piedras del cielo”, ni de antenas 5G.
El vídeo sí se grabó en Barcelona
Como se explica en este artículo, el Ayuntamiento de Barcelona ha confirmado que el vídeo se grabó allí. Además, en el vídeo se ven claramente la forma característica de los adoquines de la capital catalana: una loseta gris de cemento hidráulico conocida como panot (aquí puedes leer más sobre su historia).
El Ayuntamiento descarta que las antenas 5G sean la causa y apunta a un posible envenenamiento
A finales de marzo, BTV, que muestra un fragmento más largo del vídeo en cuestión, y el diario Metropoli Abierta, entre otros, identificaban el lugar de los hechos reflejados en el vídeo con el Mercat del Ninot, en el distrito del Eixample y explicaban que hay una investigación en curso por parte de la Guàrdia Urbana de Barcelona sobre las causas de la muerte de los animales. Su principal hipótesis era un envenenamiento por parte de los vecinos que les dan de comer.
Maldita.es ha contactado con el Departamento de prensa del Ayuntamiento de Barcelona, que nos ha asegurado, a 28 de mayo, que “a fecha de hoy, disponemos de los resultados de las necropsias, pero aún no tenemos las análisis toxicológicas porque el laboratorio de Toxicología de la Fauna silvestre del IREC (Instituto de Investigación en Recursos Cinérgicos) aún no está operativo. Los resultados concluyen que las muertes no han sido causadas por ninguna enfermedad infecciosa o parasitaria, ni por ningún traumatismo. Por lo tanto, -concluye- los resultados disponibles y la situación de los hechos indican que podría ser una intoxicación por envenenamiento alimentario. Así que podemos descartar que sea por ninguna antena 5G.”
El autor del vídeo original atribuye la muerte de las palomas a una supuesta “potencia RF” y lo relaciona con la COVID-19
El vídeo, que originalmente se colgó en un grupo italiano llamado Libera Espressione con 3165 miembros en Telegram, no da ningún detalle o información sobre dónde concretamente se habría grabado, ni cuándo. El tuit que hemos mencionado antes está fechado 24 de abril; sin embargo, en el grupo de Telegram el vídeo se publicó el día 10 de abril, con un texto que no hace referencia al 5G sino a una supuesta “potencia RF”, donde por “RF” se entiende “radio frecuencia”.
El texto dice: “La potencia RF es utilizada para estimular la mutación del COVID19 en una cepa agresiva. Pasaba en Barcelona, durante el pique de muertos. Seguramente no es casualidad y las palomas lo demuestran. Las ondas electromagnéticas matan a los volátiles destrozando su sistema nervioso”.
Empezamos recordando que la COVID-19 es la enfermedad, no el virus: una eventual “mutación” afectaría al virus, no a la enfermedad. El virus se llama SARS-CoV-2, y no hay ninguna relación entre 5G y este ni ningún otro virus (lo explicamos aquí), ni existe una “cepa agresiva” del virus (como escribimos aquí), ni existe ninguna evidencia de que la radiofrecuencia, la que se utiliza para las trasmisiones radio, los wifi o los teléfonos celulares, pueda causar algún tipo de variaciones en el virus o daños a la salud. Tampoco es la primera vez que se relaciona, erroneamente, la muerte de aves a la tecnología 5G: aquí las causas de las muertes de los volátiles.
No hay evidencias que respalden supuestos daños del 5G, ni a pájaros, ni a personas
Como ya os contamos, a día de hoy no hay evidencias ni se han encontrado pruebas de que este tipo de ondas puedan repercutir en nuestro organismo. El 5G utiliza radiación no ionizante (radiación de baja energía que no tiene la suficiente capacidad como para eliminar un electrón de un átomo o molécula) de microondas y a frecuencias similares a las que ya se usan, por ejemplo para la televisión.
Además, y en cualquier caso, la radiación debe estar siempre por debajo de los límites internacionales de seguridad establecidos por la Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante (ICNIRP, por sus siglas en inglés).
Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) nos explicaba en el mismo artículo que la penetración de la 5G en el cuerpo (milímetros) es menor que la de las tecnologías anteriores (centímetros) a mayor frecuencia. "La capacidad de entrar en nuestro cuerpo es menor, la piel actúa como pantalla, es decir, los posibles efectos de calentamiento se quedan en superficie", dice.
