Nos habéis preguntado si el nuevo coronavirus puede sobrevivir en el agua y si podrías infectarte por beberla o por bañarte en ella. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos coinciden en que si el agua está correctamente tratada, no supondría un riesgo de contagio. Esto es lo que sabemos al respecto.
El coronavirus se transmite principalmente a través de gotículas respiratorias expulsadas por una persona infectada cuando tose, estornuda o habla. Esas gotículas pueden caer en el suelo, en otras superficies o incluso en el agua, que también podría ser contaminada fecalmente.
Aún así, no se sabe con certeza si el virus encontrado en las heces puede ser capaz de causar la COVID-19. Por el momento, el agua no aparece entre las vías de transmisión del virus que recoge la Organización Mundial de la Salud.
No sabemos cuánto tiempo puede sobrevivir el virus en el agua
A día de hoy no hay evidencias científicas que muestren con certeza cuánto tiempo puede permanecer el SARS-CoV-2 en el agua. “Los estudios de laboratorio de otros coronavirus que tienen lugar en ambientes bien controlados indican que el virus puede permanecer infeccioso en agua contaminada fecalmente desde días hasta semanas”, explica la Organización Mundial de la Salud.
El consumo de agua potable es seguro
Si bien la OMS no descarta una posible persistencia del coronavirus en el agua potable, por el momento no se han detectado rastros del SARS-CoV-2 en ella. Tanto este organismo como los CDC y el Ministerio de Sanidad aseguran que el consumo de agua potable es totalmente seguro. El Gobierno explica que el actual tratamiento de desinfección de las aguas en España así lo asegura.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), que también recomienda a los ciudadanos de este país seguir bebiendo agua del grifo de forma habitual, advierte de que no es necesario hervir el agua potable como medida de precaución contra la COVID-19.
El proceso de potabilización de agua consta de varias etapas que eliminan todos los virus. Así lo afirma el departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña: “En el tratamiento del agua hay dos etapas del proceso que inciden específicamente en los virus, incluyendo también el coronavirus. La ozonización (inyección de ozono al agua) y la cloración. Por otro lado, el cloro también preserva su calidad durante el transporte”. Este departamento explica que en Cataluña se está implantando una tercera etapa de desinfección por luz ultravioleta.
El coronavirus cuenta con una membrana exterior que lo protege. La OMS afirma que los virus envueltos, generalmente, son menos estables en el medioambiente y son más susceptibles a los oxidantes como el cloro. "Los métodos convencionales de tratamiento de agua que usan filtración y desinfección, como los de la mayoría de los sistemas municipales de agua potable, deben eliminar o inactivar el virus que causa COVID-19", indican los CDC.
Otros coronavirus humanos también son sensibles a la desinfección ultravioleta, según informa la OMS. El calor alto, el pH bajo, la luz solar y los desinfectantes comunes como el cloro también facilitan su inactivación.
No hay evidencias de que puedas contagiarte a través del agua de piscinas
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos explican que a día de hoy no hay evidencias de que el coronavirus pueda transmitirse a las personas a través del agua de piscinas, jacuzzis, spas o áreas de juego con agua.
“La operación y el mantenimiento adecuados (incluida la desinfección con cloro y bromo) de estas instalaciones deberían inactivar el virus en el agua”, afirma en una web de preguntas y respuestas frecuentes sobre el coronavirus y el agua.
El riesgo de transmisión del coronavirus a través de aguas residuales es bajo
Ciudades como París, Roma, Milán o Massachusetts han hallado trazas genéticas del nuevo coronavirus en sus redes de alcantarillado. París, tras enterarse, decidió suspender inmediatamente el uso de este agua para el riego y también paralizó las fuentes ornamentales de agua no potable, según el periódico francés Le Monde. Por el momento, no se ha comprobado si estas trazas halladas tenían capacidad infectiva.
Los CDC afirman que todavía no se sabe si este virus puede causar enfermedades si una persona está expuesta a aguas residuales no tratadas o sistemas de alcantarillado. No hay evidencias científicas hasta la fecha de que esto haya ocurrido. “En este momento, se cree que el riesgo de transmisión del virus que causa la COVID-19 a través de sistemas de alcantarillado adecuadamente diseñados y cuidados es bajo”, afirman los CDC.
Albert Bosch Navarro, catedrático del Departamento de Microbiología de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, explica en una entrevista en el portalTecnoaqua que la presencia del virus en aguas residuales permite trazar la prevalencia de la infección en la población. Pero, según señala, todo indica que estas trazas no podrían contagiarnos debido a que el virus tiene una estructura poco estable y a que este se excreta en las heces "ya mayormente inactivado”.