Nos habéis preguntado si utilizar más la mano no dominante (la izquierda en diestros y la derecha en zurdos) en acciones habituales como manipular picaportes, tirar de la cadena y, en general, tocar superficies que sean susceptibles de haber sido tocadas por un número mayor de personas, podría reducir la posibilidad de contagiarnos del coronavirus SARS-CoV-2.
"Generalmente la gente utiliza la mano dominante para todo, coger objetos, abrir puertas, etc. Y por supuesto, para tocarse la boca, nariz, ojos", indica a Maldita Ciencia Mónica Berjón Otero, investigadora especializada en Virología y Biología Molecular en el Max Planck Institute for Medical Research (Heidelberg, Alemania). "Por ello, tendría lógica pensar que si intentamos utilizar la otra mano para las cosas de rutina, aunque usemos la mano dominante para tocarnos la cara, reduciríamos la probabilidad de llevar el virus a las vías de entrada (boca, nariz...)", añade.
Es decir, si damos por hecho que, instintivamente, vamos a tocarnos la cara (a pesar de que las medidas de precaución son claras en este aspecto: tratar de hacerlo lo menos posible) y normalmente lo haremos con la mano dominante, si utilizamos la contraria para manipular objetos que puedan portar al virus, la primera estará más limpia, por lo que sí reduciríamos la probabilidad de contagio.
"Sin embargo, el uso, únicamente, de la mano no dominante para realizar las tareas no es un método fiable y seguro para evitar la infección", incide Berjón. "De nuevo, el único válido es el de la higiene personal haciendo hincapié en el lavado de manos", recomienda. También, evitar tocarse la cara en la medida de lo posible. En este artículo te contamos más sobre estas y el resto de recomendaciones oficiales para prevenir el COVID-19.