El Gobierno de España ha anunciado que declara el estado de emergencia climática. En España, el Congreso de los Diputados ya la declaró en septiembre de 2019, por lo que el Ejecutivo es el segundo poder que afirma la existencia de la emergencia climática en todo el país.
A nivel internacional, el Parlamento Europeo declaró esta emergencia el 28 de noviembre de 2019, instando a la Comisión Europea y a los países miembros de la UE a reducir sus emisiones y a limitar el calentamiento global. De hecho, la Comisión Europea presentó en 2018 un plan para conseguir una Europa "climáticamente neutra" en 2050, pero no pudo salir adelante debido al voto en contra de Polonia.
Más de 1.000 entidades como ayuntamientos, parlamentos y gobiernos de un total de 25 países (entre ellos Francia, Argentina y Bangladesh) también se han sumado a declarar la emergencia climática. Te explicamos qué es y por qué importante utilizar este término en lugar de cambio climático.
Por qué utilizar emergencia climática en vez de cambio climático
Como ya explicamos en Maldita Ciencia, hablar de emergencia climática está más que justificado por la ciencia. Existe consenso entre los científicos de que es la mejor forma de provocar el cambio necesario para detenerla.
Andreu Escrivà, ambientólogo y autor del libro Aún no es tarde: claves para entender y frenar el cambio climático, señalaba a Maldita Ciencia que "se puede hablar de cambio climático y no hacer nada, pero la emergencia climática te interpela directamente, te está diciendo "esto va de vosotros"". El ambientólogo añadía: "Se puede hablar de cambio climático de forma más o menos aséptica, pero no se puede hablar de emergencia climática, sobre todo desde una posición de poder, institucional o empresarial, y seguir sin hacer nada".
El ambientólogo recordaba: "El clima está cambiando, por acción humana, y es una emergencia para nosotros y, además, para gran parte de la biodiversidad del planeta. Este cambio es tan abrupto, tan rápido, tan bestia y lleva asociado una dimensión humana de desigualdad económica, social, migraciones, problemas de salud…, que hace que sea una emergencia abordarlo".
Por su parte, Alicia Pérez-Porro, científica que conecta océano, cambio climático e igualdad de género, e investigadora asociada del Museo de Historia Natural del Smithsonian y presidenta de ECUSA (Españoles Científicos en USA), explicaba a Maldita Ciencia que usar un lenguaje adecuado es clave para que la población entienda que hay que actuar. Este cambio en el lenguaje es una llamada a la acción.
"Si queremos atajar esta crisis todos los actores cuentan. Todo el mundo tiene que entender que el lenguaje importa. Muchos estudios demuestran que cuando apelas a las emociones es cuando la gente realmente entiende que esto va con ellos, que lo que pasa es real", apunta la experta.
Según la investigadora muchos de los negacionistas se agarran a que el cambio climático ha ocurrido a lo largo de toda la historia. "Y sí, el clima no es una cosa estable, pasa por periodos de cambio. Pero cuando hablamos de cambio climático hoy en día nos referimos a un cambio que estamos provocando los humanos", indicaba.
Algunos de los efectos de la emergencia climática: aumento de la temperatura e impacto en la salud
Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, la temperatura global ya ha subido 1 grado por efecto de la actividad humana, y se llegaría al umbral de 1,5 grados en 2030 si las emisiones de efecto invernadero siguen al ritmo actual. Este aumento es el umbral que no debemos de superar si no queremos exponernos a los peores efectos del cambio climático.
Según declaró el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres: "Las conclusiones científicas son que un aumento de temperatura mayor llevaría a cambios drásticos e irreversibles para el ecosistema. Sin embargo, si seguimos como hasta ahora, a finales de siglo habremos subido tres grados".
En 2015 la Organización Mundial de la Salud calificó la emergencia climática como una amenaza para la salud, como ya explicamos en Maldita Ciencia. Por poner un ejemplo, un estudio de la Sociedad Real de Medicina Tropical destaca que las temperaturas más altas en mares y océanos llevarán a una mayor incidencia de enfermedades relacionadas con agua y toxinas en los próximos 25 años.
Los expertos de esta sociedad también afirman que los gobiernos y las autoridades sanitarias no están preparándose adecuadamente para las consecuencias médicas del calentamiento global. Además, se muestran preocupados por la amenaza que supone para la salud la desinformación anticientífica.
En Maldita.es ya hemos desmentido muchos bulos y desinformaciones relacionados con el cambio climático y la energía climática. Aquí puedes ver una selección de los que nos han llegado.
Por su parte, Médicos Sin Fronteras también ha declarado la emergencia climática. En un informe sobre el impacto del cambio climático en la salud, la organización destacaba que las consecuencias de esta crisis son devastadoras. "Estamos viendo de primera mano cómo los factores medioambientales empeoran las crisis humanitarias", señalan.
Los pequeños gestos ayudan a luchar contra la crisis climática
Además de analizar las consecuencias de la crisis climática, los científicos también estudian el impacto que tienen diferentes medidas para mitigarlo. Como os contábamos aquí, un estudio del Instituto Internacional para el Análisis de sistemas Aplicados de Austria publicado la revista Nature Energy en 2018 afirma que el calentamiento global puede limitarse a 1,5 ºC (tal y como establece el Acuerdo de París) si transformamos la forma en la que nos desplazamos, en que calentamos nuestros hogares o en cómo consumimos y usamos los diferentes dispositivos electrónicos.
Los autores señalan como medidas que utilizar vehículos compartidos eléctricos puede reducir la demanda mundial de energía para el transporte en un 60% para 2050, a la vez que disminuye la cantidad de vehículos que hay en las carreteras. Además, según el estudio, el uso de dispositivos inteligentes, que agrupan diferentes funciones en un mismo aparato, en lugar de tener más de uno, limita el crecimiento mundial de energía a un 15% en 2050.
En cuanto al rendimiento energético de los nuevos edificios y las renovaciones de los ya existentes pueden disminuir la demanda de energía de calefacción y refrigeración en un 75% para 2050. El estudio también se refiere al tipo de dieta e incide en que comer menos carne roja puede reducir las emisiones de la agricultura y aumentar la cobertura forestal en 2050 en un tamaño aproximado de Italia y Bangladesh juntos.